Permiso limitado para salir de nuevo al exterior
Los inversores españoles podrán volver a comprar determinados valores en el euromercado -es decir, en los mercados extranjeros- en cuanto la Dirección General del Tesoro y Política Financiera termine una orden ministerial que revocará la dictada en el verano de 1982 que impedía este tipo de operaciones provisionalmente durante tres meses.Los españoles pudieron acceder a los mercados extranjeros por primera vez desde la guerra civil a partir del 26 de septiembre de 1979, fecha en que se promulgó el Real Decreto 2.236, que permitía adquirir títulos de organismos internacionales (Banco Mundial, Consejo de Europa), del Reino de España o de empresas y organismos españoles públicos o semipúblicos cotizados en las distintas bolsas extranjeras y emitidos en divisas.
Los tres años que estuvo vigente esta permisibilidad, los inversores que acudieron a este mercado obtuvieron tasas de rentabilidad muy elevadas y siempre por encima de las revalorizaciones del mercado interior. Y ello, entre otras consideraciones, por la depreciación de la peseta frente a otras divisas en ese período y a la mayor elevación de los tipos de interés en el exterior. Así, no era raro ver que emisiones del Banco Mundial alcanzaban rentabilidades reales del 38%. Pero eso no fue todo, emisiones españolas en dólares, como alguna de Renfe, superaron ese porcentaje al situarse en cotas del 40% a lo largo de 1981.
Precisamente esos resultados fueron el aliciente para originar una profusión de salidas de capital español al extranjero, lo que unido al descenso de las reservas de divisas, llevó al Gobierno a cortar este tráfago.
Sin embargo, el euromercado es poco accesible a los inversores inexpertos debido a la complejidad de la amplia gama de sectores y grupos que se ofrecen, por la divisa en que se realiza la emisión, los tipos de emisores, así como las características especiales de cada emisión.
Una salida recortada
De todas formas, el proyecto que estudia la Dirección General del Tesoro y de Política Financiera no contempla esta vez la posibilidad de adquirir títulos de organismos internacionales (véase EL PAIS del pasado 12 de mayo), ya que los responsables financieros estiman que la situación económica española no permite andarse con lujos a la hora de financiar proyectos ajenos. Otra de las limitaciones estudiadas es la garantía de repatriación de la amortización y de los intereses, con vistas a que los inversores no puedan colocar indefinidamente su capital en los mercados extranjeros.Las emisiones españolas veteranas en el euromercado, como el Reino, Renfe, Petromed o el Instituto Nacional de Industria, así como aquellas nuevas que acudan al exterior con la demanda de inversores españoles en sus emisiones, pueden alcanzar unas mejores posiciones en su cotización, con lo que conseguirán una mayor cobertura en su riesgo de cambio, al igual que los inversores españoles que se decidan a acudir a ellas convenientemente asesorados.
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