Javier Solana, denuncia el peligro de "caer en tentaciones exclusivistas que pueden abocar a un cierto aldeanismo"

Clausura en Valencia del II Encuentro, de Escritores del Mediterráneo

El ministro de Cultura, Javier Solana, cerró, con las palabras que pronuncio ayer durante el acto de clausura del II Encuentro de Escritores del Mediterráneo en el paraninfo de la Universidad de Valencia, el debate abierto el miércoles por el escritor Juan Goytisolo, quien denunció el peligro de encerrarse en las culturas nacionales y preconizó el mestizaje cultural. Solana dijo que la cultura mediterránea tiende a la universalidad y huye de los exclusivismos. Denunció el peligro de "caer en tentaciones exclusivistas que empobrecen culturalmente y pueden abocar a un cierto aldeanismo".

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El ministro de Cultura, Javier Solana, cerró, con las palabras que pronuncio ayer durante el acto de clausura del II Encuentro de Escritores del Mediterráneo en el paraninfo de la Universidad de Valencia, el debate abierto el miércoles por el escritor Juan Goytisolo, quien denunció el peligro de encerrarse en las culturas nacionales y preconizó el mestizaje cultural. Solana dijo que la cultura mediterránea tiende a la universalidad y huye de los exclusivismos. Denunció el peligro de "caer en tentaciones exclusivistas que empobrecen culturalmente y pueden abocar a un cierto aldeanismo".

"En España", indicó Javier Solana, ministro de Cultura, "estamos viviendo un proceso de enorme interés cultural, pero también muy delicado, en el que fácilmente puede perderse el tino. Hemos ido del imperio de una cultura establecida, impuesta, anuladora de las diversas sensibilidades culturales, a una reivindicación lógica de éstas. En este punto del proceso, la palabra iluminadora de los creadores, el sentido de sus propias obras pueden ayudarnos a no caer en tentaciones exclusivistas que empobrecen culturalmente y que pueden abocar a un cierto aldeanismo y a su secuela de capillismos".Solana abrió su intervención con una referencia a Cézanne, de cuya obra se celebra una exposición en Madrid. "La sensibilidad de Cézanne, siendo provenzal, siendo mediterránea, produjo una obra universal".

"Parece que hay una cosa cierta", precisó, "y es que mal se puede ser universal si no se es previamente fiel a las raíces, fiel al paisaje, fiel a la cultura materna. Y también cabe decir que mal se puede defender la cultura propia si uno se queda reducido a las experiencias más cercanas sin incorporar otras influencias, sin enriquecerse con otras culturas".

Creadores mediterráneos

Dijo haber citado a Cézanne porque era una experiencia cercana, "pero podríamos hablar de miles de creadores mediterráneos de los que podríamos extraer la misma lección, porque no en vano nos encontramos ante el conjunto de culturas más rico que existe en la historia, el que se ha dado en torno al Mediterráneo".En el caso del Mediterráneo, a juicio del ministro, es difícil caer en la trampa del exclusivismo cultural. "Yo pienso que es muy difícil no ser universal siendo mediterráneo, es decir, siendo consecuente mente mediterráneo", pues para ello "habría que negarse a las correspondencias profundas entre las culturas que se han dado en torno a este mar, que durante muchos siglos fue el centro del mundo y en torno al cual han surgido miles de voces universales y eternas".

Solana añadió que "seria aún mucho más desgraciado aquel ciudadano que pensara que con la mera cualidad del Mediterráneo se creyera ya superior". Ello constituiría "una forma perversa de aldeanismo y una forma primaria para autojustificarse y para ocultar la propia mediocridad".

El reto de las tecnologías

Indicó que la tradición cultural mediterránea ayuda a afrontar un reto. "Me estoy refiriendo", señaló, "al reto que supone la aplicación de las nuevas tecnologías de la comunicación, que van a afectar profundamente las pautas de conducta, los criterios y las prácticas culturales de nuestros pueblos", pues, "junto a las ventajas que proporcionará la nueva sociedad telemática" hay también riesgos.Uno de ellos es "el debilitamiento de la cohesión solidaria a la que puede conducir el enclaustramiento en un hogar autosuficiente, en un hogar bunker". Otro lo constituye "la estratificación del poder social, ya que se favorecerá a las clases más acomodadas en detrimento de las más débiles".

"Por fin", dijo el ministro, "nuestros pueblos corren el riesgo de ser colonizados económica e ideológicamente por parte de los imperios tecnológicos". Por ello, "desde aquí, donde nació la cultura del ágora, debe partir el discurso humanista frente a la despersonalización y la uniformación. Opongamos a la cultura del bunker despersonalizado nuestro viejo y nuevo concepto del ágora".

Javier Solana cerró su intervención con unas palabras del escritor valenciano Juan Gil-Albert al reencontrar su tierra: "Era mi verdadera cultura: era la Provenza era Italia, era el mar; el Mediterráneo, sí, antiguo y fresco, tal vez demasiado colmado, ya allá en su lejana orilla rosa, la Grecia inmortal".

El presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma, que intervino después de Javier Solana, abundó en el tema para decir que "la España de las autonomías no es la de las culturas nacionales y regionales encerradas en sí mismas, sino la del renacimiento cultural".

Renacimiento cultural

Aludió a la difusión de la cultura entre amplias capas de la sociedad como uno de los "rasgos diferenciales" de los valencianos que pueden ofrecer a otros pueblos. "Esa España de las autonomías no está encerrada en sí misma, sino lanzada a una proyección universal, porque es la España de la libertad y de la cultura".Por otra parte, Solana firmó ayer un convenio entre el ministerio, el Ayuntamiento de la ciudad y la Consejería de Cultura de la Generalitat para construir en breve un auditorio, dentro del plan de cinco que está previsto edificar en otras tantas capitales. El ministro dijo que esperaba que el auditorio de Valencia sea una realidad a finales de 1985.

Una vez clausurado el II Encuentro de Escritores, Solana, en compañía de las primeras autoridades valencianas, inauguró un monumento al poeta Ausiàs Mare en los jardines de Viveros de la capital, obra del escultor Andreu Alfaro.

Durante al acto intervino el profesor Lluis Alpera, de la universidad de Alicante, que leyó unos poemas de Marc.

La escultura, que tiene 19 metros de altura por 3,5 de ancho, está realizada en tubo de acero inoxidable con sección cuadrada. El proyecto había sido realizado por Alfaro en 1975 y hasta ahora no se había materializado.

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