'AIsino y el cóndor', candidata al 'oscar'

Seleccionada entre las cinco candidatas al reciente oscar a la mejor película extranjera, Alsino y el cóndor fue vencida en la última votación por la española Volver a empezar. Al margen de otras consideraciones, hubiera sido difícil que el primer largometraje producido por el Gobierno sandinista lograra un premio en los Estados Unidos. Su temática, además, no olvida la intervención de las tropas norteamericanas en la actual situación de Nicaragua: prevé incluso su invasión.Es la última película dirigida por el chileno Miguel Littin, de quien recientemente vimos en televisión su primera obra, El chacal de Nahueltoro. Son las dos mejores de su filmograria; de mayor interés, a nuestro juicio, que La tierra prometida, Actas de Marusia, El recurso del método o La viuda de Montiel. En Alsino y el cóndor recupera el hálito poético de aquella primera obra, narrando, en términos sencillos, la historia de un niño que observa con admiración el continuo vuelo de un helicóptero norteamericano que atraviesa la selva en la que vive. Ilusionado por ese prodigio, él también quiere volar. Aunque los intentos para conseguirlo se ven frustrados, alimentan su pasión; no en vano el militar norteamericano que conduce el helicóptero le ha invitado a viajar en él.

Mientras tanto, a su alrededor, la guerrilla. El niño la conoce desde que nació, entendiéndola con normalidad, sin traumas aparentes, como una lógica de la vida. Su accidente al intentar volar un día le acerca, sin embargo, a ella. Alsino creerá incorporarse en el mítico Manuel, guerrillero ignorado cuyo nombre atraviesa la selva como un símbolo de esperanza: él es el cóndor.

Entre la fábula fantástica y el reportaje inmediato, Alsino y el cóndor se abre a múltiples sugerencias. Así se reconoció en los festivales de Venecia y San Sebastián, donde se exhibió con éxito. Su candidatura al oscar de este año prolongó esa ilusión en Miguel Littin, exiliado desde el asesinato del presidente chileno Salvador Allende. Haber ganado el oscar suponía para él vencer en la batalla que, junto a otros ex¡liados, mantiene en su trashumancia por distintos países. Era impensable, sin embargo, independientemente de que Volver a empezar haya interesado más a los miembros de la Academia de Hollywood.

Cabe congratularse de que los programadores cinematográficos de Televisión hayan adelantado la exhibición de Alsino y el cóndor, sujetándose - a criterios de actualidad. No sólo, en este caso, los que determina el os.car norteamericano, sino la realidad inmediata de Nicaragua.