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La habilidad de Rubio y la actuacion del colegiado, decisivas

Luis Gómez

ENVIADO ESPECIAL La habilidad de Rubio para provocar los penaltis y la extrema rigurosidad del colegiado García de Loza dieron al Atlético una victoria en el estadio Villamarín. La expulsión de Biosca y Alex, que dejaron al Betis con nueve jugadores, fue bien aprovechada por el cuadro rojiblanco, que supo sacar una alta rentabilidad al esfuerzo de sus jugadores.

Rubio, si Santamaría hubiera tenido mejor criterio, debió ser titular fijo en el Mundial. Su habilidad para provocar penaltis le puede hacer pasar a la historia del fútbol español. Hasta el momento no se conoce ningún jugador que lo haga con tanta clase. En dos partidos, Rubio ha provocado dos penaltis y, por tanto, dos goles, lo que da idea de su gran estado de forma para este tipo de jugada. La primera vez que cogió una pelota en el área, supo encontrar una pierna ingenua que le tirara al suelo. Fue la segunda clave del encuentro.

Porque, en el balance final, la actuación del colegiado fue decisiva, porque al expulsar por doble amonestación a dos jugadores béticos, dejó en tal inferioridad al equipo sevillista que éste se vio incapacitado para poder hacer algo positivo en el partido.

Luis no debió entender que el Betis era un equipo excesivamente peligroso. A lo más, por la táctica que dispuso, decidió al equipo sevillano como diez jugadores que acompañaban a Cardeñosa. Si Julio Prieto acertaba a anular el buen ojo del cerebro bético, parecía seguro que sus diez compañeros no verían fútbol en toda la noche. Atrevida decisión la del técnico rojiblanco porque hasta despreció un marcaje severo sobre Gordillo, e incluso sobre Parra, jugador que se encontró las más de las veces solo, ante el despiste general de Votava. Durante el primer tiempo, y a pesar de que el Betis lanzó siete saques de esquina, no se detectó una especial peligrosidad. El dominio era bético, pero Cardeñosa no pudo dirigir el juego y el ataque local resultó apresurado y torpe. Como contrapartida, el Atlético, que fue ordenado en defensa, no tuvo rapidez ni acierto en el ataque.

La táctica continuó invariable en el segundo tiempo, quizás con los hombres del Atlético más atentos a la delantera. El esquema falló, lógicamente, cuando Cardeñosa se vio libre de marcaje en el saque de un libre directo. Era el minuto quince y un perfecto lanzamiento se colaba por la escuadra. Pero la habilidad del flaco tuvo emulación en la exquisitez de Rubio para provocar un penalti, hecho que esta vez resultó más creíble por cuanto hubo de ser retirado con visibles muestras de dolor.

Tras el empate, las tácticas dejaron paso al discurrir de unos acontecimientos que parecían incontrolables. La expulsión de Biosca exasperó al público y a los jugadores bélticos, que perdieron todo control. Fruto también de ese nerviosismo, el Atlético, que pasó a dominar, acusó precipitación porque era consciente de su ventaja. Pequeños encontronazos, hábilmente provocados a veces, rompieron toda línea de juego, en un encuentro que fue marrullero, pero sin excesiva dureza. La segunda expulsión, de Alex, hizo pensar en una posible alteración del orden.

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