Las Madres de Plaza de Mayo, amenazadas de muerte por grupos paramilitares

Coincidiendo con la presentación del nuevo Estatuto de Partidos Políticos por el presidente general Reynaldo Bignone, desde el aparato del régimen militar argentino se desató una intensa campaña de intimidación contra las Madres de Plaza de Mayo y familiares de los 30.000 detenidos-desaparecidos en el país.

En la madrugada del 24 de agosto último, un escuadrón de quince personas armadas irrumpió en el edificio donde reside María Adela Gard de Antokoletz, vicepresidenta de las Madres de la Plaza de Mayo. Al día siguiente se llevó a cabo una operación similar en el domicilio de su tesorer...

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Coincidiendo con la presentación del nuevo Estatuto de Partidos Políticos por el presidente general Reynaldo Bignone, desde el aparato del régimen militar argentino se desató una intensa campaña de intimidación contra las Madres de Plaza de Mayo y familiares de los 30.000 detenidos-desaparecidos en el país.

En la madrugada del 24 de agosto último, un escuadrón de quince personas armadas irrumpió en el edificio donde reside María Adela Gard de Antokoletz, vicepresidenta de las Madres de la Plaza de Mayo. Al día siguiente se llevó a cabo una operación similar en el domicilio de su tesorera, Juana M. de Pargament.Mientras el general Bignone y el comandante en jefe del Ejército, general Cristino Nicolaides, daban a conocer públicamente el Estatuto, y, reservadamente, a ciertos civiles, la cláusula secreta anexa de prohibir "toda revisión de lo actuado durante la guerra contrasubversiva", la campaña intimidatoria se extendía hacia las 2.500 madres de desaparecidos registradas en su asociación civil. En los domicilios allanados, las fuerzas de seguridad pegaron carteles en los que se acusa a las Madres de Mayo de "alimentar su egoísmo, descargar su resentimiento y fomentar el odio hacia nuestro país".

La intimidación masiva es acompañada estos días por el terror telefónico, de "voces cultivadas, que no son las de simples y toscos agentes", especificó una de las amenazadas, que prometen a esas madres que "les vamos a poner una bomba", "vamos a matar una a una a las mamitas, las abuelitas y los nietitos". A la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe Pastor de Bonafini, las amenazas paraoficiales le reservan un destino concreto: "A vos te vamos a pegar cuatro tiros".

Sufren amenazas de muerte la secretaria de las Madres de Mayo, María del Rosario Cerrutti, la conocida periodista Magdalena Ruiz Guiñazú y la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, María S. de Mariani, abuela de Clara Anahí, secuestrada, recién nacida, junto a sus padres.

El presidente Bignone dijo en julio último a The Buenos Aires Herald que "es imposible publicar las listas de desaparecidos (y sus destinos), porque simplemente no sabemos qué les ha pasado, si están muertos o viviendo en otra parte ( ... )". Sin embargo, el responsable de los Institutos Militares, general Omar Riveros, en febrero de 1980, en su discurso de despedida ante la Junta Interamericana de Defensa (JID), en Washington, estableció para la historia, con innegable franqueza: "Hicimos la guerra con la doctrina en la mano, con las órdenes escritas de los Comandos Superiores. Nunca necesitamos, como se nos acusa, de organismos paramilitares. Esta guerra la condujeron los generales de cada fuerza. La guerra fue conducida por la Junta Militar de mi país, a través de sus estados mayores".

Desde abril de 1977, las Madres de Mayo son la punta de lanza de la resistencia civil al régimen militar. Arriesgando sus propias vidas, desfilan en círculo frente a la Casa de Gobierno todos los jueves, las cabezas tocadas con pañales infantiles, que llevan bordados los nombres de los desaparecidos.

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