Frustrante participación de Segovia en un programa de cooperación cultural del Consejo de Europa

Malograda la oportunidad de realizar en la ciudad un proyecto ajustado a sus necesidades

A escasos meses de la culminación del programa trienal auspiciado por el Comité de Cooperación Cultural del Consejo de Europa sobre Política de desarrollo cultural de las ciudades, el balance que ofrece la participación de Segovia, representante de España en el mismo, no ha respondido a las expectativas suscitadas en su momento. La actuación promovida por el Ayuntamiento segoviano dentro del programa, la Ordenación para uso cultural del valle del Clamores, tanto por su gestión como por su contenido, no ha aportado prácticamente nada a la animación cultural de la ciudad ni ha contribuido a sati...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

A escasos meses de la culminación del programa trienal auspiciado por el Comité de Cooperación Cultural del Consejo de Europa sobre Política de desarrollo cultural de las ciudades, el balance que ofrece la participación de Segovia, representante de España en el mismo, no ha respondido a las expectativas suscitadas en su momento. La actuación promovida por el Ayuntamiento segoviano dentro del programa, la Ordenación para uso cultural del valle del Clamores, tanto por su gestión como por su contenido, no ha aportado prácticamente nada a la animación cultural de la ciudad ni ha contribuido a satisfacer ninguna de sus necesidades objetivas en la materia.

La disociación existente en este sentido se plasmó desde un primer momento en la oposición a dicha actuación de importantes sectores ciudadanos, así como del propio ministro de Cultura, quién retiró el apoyo económico anteriormente concedido por su departamento Ignorando las directrices emanadas del Consejo de Europa acerca de la participación ciudadana en el programa, en agosto de 1978, la Corporación municipal acordó Aportar al mismo un anteproyecto de uso cultural del valle del Clamores, promovido por el propio Ayuntamiento en 1976, y olvidado desde entonces a causa del rechazo que generó en los círculos culturales segovianos.La transformación de una zona de huertas en un denominado espacio polifuncional, o especie de auditorio, fue el caballo de batalla de la oposición, por considerar que ello alteraba el equilibrio del valle, calificado como paisaje pintoresco e integrado dentro del conjunto histórico-artístico de la ciudad.

Falta de participación ciudadana

Rescatado y asumido, sin ningún tipo de debate público, por el Ayuntamiento como aportación de Segovia al programa de cooperación cultural del Consejo de Europa, el rechazo al anteproyecto se reprodujo automáticamente por parte de asociaciones de defensa del patrimonio histórico-artístico y del medio ambiente y élite cultural de la ciudad. Pese a esta oposición, la nueva Corporación municipal, constituida en 1979, mantuvo el controvertido anteproyecto y confirmó como asesor cultural en el programa al director de la Comisión Provincial de Promoción Cultural, Francisco de Paula Rodríguez, resuelto impulsor de aquél, al tiempo que comenzó a gestionar del Ministerio de Cultura la subvención necesaria para llevarlo a efecto.A finales del indicado año, el entonces titular del departamento, Manuel Clavero, anunció al alcalde de Segovia la concesión de 48 millones de pesetas para financiar la participación de la ciudad en el programa, subvención condicionada a la preceptiva aprobación por la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico-Artístico del proyecto, cuyo contenido quedaba imprejuzgado. A la vista de esto, se plantea a nivel ciudadano la necesidad de presentar otras propuestas alternativas al mencionado anteproyecto, en la línea de cubrir alguna de las carencias de la ciudad en materia cultural, limitando la actuación en el valle a su limpieza y acondicionamiento como parque cultural.

Entre aquellas propuestas cabe señalar la de restauración de La Alhóndiga, edificio que actualmente alberga con gran precariedad el archivo municipal y sobre el que existe un anteproyecto para uso cultural. Sin embargo, este debate es obviado por el experto cultural designado por el Ayuntamiento en el programa, quien califica de orquestada oposición tal situación, insinuando la imposibilidad de variar ante el Consejo de Europa la propuesta efectuada. Esto último sería desmentido más tarde por el administrador general de la división de asuntos culturales del organismo europeo, Jean Raty, quién afirmó que «está descartado por nuestra organización el inmiscuirse en una cuestión de orden nacional», remitiendo dicha competencia al Ministerio de Cultura. En el mismo sentido, durante una reunión sectorial del programa celebrada en junio de 1980 en Angulema, el director del mismo, Raymond Weber, recordó a la delegación segoviana la no injerencia del Consejo en el contenido y realización de los proyectos de las ciudades.

En los primeros meses del pasado año se constituye, con notable retraso, el comité de evaluación y seguimiento del proyecto, órgano consultivo a nivel local, integrado por representantes de distintas corporaciones y entidades. Este comité reconduce la actuación en el valle hacia el saneamiento y tratamiento forestal del mismo y propone la redacción de un plan especial de protección.

Ello supone, en la práctica, la eliminación de la polémica zona polifuncional, es decir, la parte específicamente cultural del anteproyecto, quedando reducido éste a una acción a acometer por el propio Ayuntamiento y el Instituto para la Conservación de la Naturaleza. Así las cosas, el actual ministro de Cultura, Iñigo Cavero, comunicó al alcalde, el pasado mes de abril, la suspensión de la subvención concedida con anterioridad por su departamento. Esta decisión se justificó en la no presentación del proyecto alguno a la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico-Artístico.

Tala ilegal de arbolado protegido

Ante la celebración durante la pasada semana, en Segovia, de una reunión sectorial del programa, se puso en marcha, con premura, la actuación en el valle relativa a su saneamiento, limpieza y tratamiento forestal. Respecto a lo primero, son eliminados los vertidos superficiales. En cuanto a lo segundo, encomendadda Icona, ha sido aprovechando por este organismo para efectuar, bajo el es polón de el Alcázar una tala de carácter puramente maderero, que ha afectado a varios centenares de chopos, en su mayor parte, en perfectas condiciones. Dicha tala se había intentado ya hace dos años, desistiéndose entonces ante la oposición encontrada en unos momentos en que estaba candente la polémica suscitada por la eliminación de olmos centenarios en el paseo Nuevo de la ciudad. Al amparo y camuflaje de la operación de limpieza del valle se ha efectuado ahora, sin contar con la autorización de la Comisión del Patrimonio.Pese a la ilegalidad de la tala, la citada comisión no promovió su inmediata paralización, conformándose con el indulto de menos de un centenar de ejemplares y aceptando una vez más los hechos consumados.

En definitiva, el balance que ofrece la participación de Segovia en el programa trienal de Cooperación Cultural del Consejo de Europa que está a punto de concluir, se reduce a la eliminación de los vertidos superficiales sobre un va¡le calificado como paisaje pintoresco y una discutible limpieza forestal del mismo. Una acción que no debería haber trascendido a ningún tipo de proyecto, y menos a nivel internacional, por constituir elemental obligación del Ayuntamiento y de Icona.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En