La Interpol retiene obras robadas en Castilla-León

Un gran número de tesoros artísticos procedentes de los cuantiosos robos de que han sido víctimas en los últimos años diversas iglesias, monasterios y capillas de la región castellano-leonesa se encuentran depositados en un domicilio que la Interpol tiene destinado a estos efectos en París, en espera de su reclamación.

Esta información fue dada a conocer por el presidente del Consejo castellano-leonés, García Verdugo, en una conferencia sobre el patrimonio cultural de la mancomunidad del norte de la provincia de Burgos, que, dentro del seminario sobre ordenación y promoción del terr...

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Un gran número de tesoros artísticos procedentes de los cuantiosos robos de que han sido víctimas en los últimos años diversas iglesias, monasterios y capillas de la región castellano-leonesa se encuentran depositados en un domicilio que la Interpol tiene destinado a estos efectos en París, en espera de su reclamación.

Esta información fue dada a conocer por el presidente del Consejo castellano-leonés, García Verdugo, en una conferencia sobre el patrimonio cultural de la mancomunidad del norte de la provincia de Burgos, que, dentro del seminario sobre ordenación y promoción del territorio de la zona norte, tuvo lugar en Medina de Pomar la pasada semana.

A preguntas del público asistente al seminario, sobre las actuaciones del Consejo en materia de conservación del patrimonio artístico de la región, García Verdugo mencionó que, entre otras, el Consejo estaba desempeñando una importante actividad para que todos los tesoros expoliados volvieran a sus lugares legítimos. Y contó cómo a raíz de las gestiones del Consejo para recuperar seis tapicel del siglo XVI, de un valor incalculable, que fueron robados a finales del pasado año en Castrojeriz (Burgos), no sólo se consiguió localizar y devolver tres de ellos, sino que en París, donde fueron hallados, los representantes del Consejo se encontraron con que en un local que la Interpol tiene para depositar objetos robados que han sido incautados por esta organización policial había un verdadero arsenal de objetos preciosos de origen presumiblemente castellano-leonés.

Estas piezas se hallan depositadas en espera de que sus propietarios las reclamen. El problema estriba en que muchos obispos o sacerdotes que han visto expoliadas sus capillas no han dado parte de ello, o no han podido o sabido dar con su paradero. Para facilitar esta labor, el Consejo ha comenzado a hacer gestiones.

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