Entre el pensamiento y la poesía

María Zambrano declaró. nada más conocer la noticia del premio que estaba muy conmovida por la sencillez y sobriedad con que se ha llevado todo. «He evocado el aspecto monárquico con José Ferrater Mora, presidente del jurado, que me comunicó la noticia, y creemos que no a pesar, sino por ser republicanos lo aceptamos gustosamente por tratarse del primer Rey republicano de España. El premio ya lo tenía con las personas que me leen, me quieren y me escriben desde hace muchos años.María Zambrano, nacida en Vélez-Málaga en 1904, constituye una de las figuras más clandestinas, sugerentes y desconoc...

María Zambrano declaró. nada más conocer la noticia del premio que estaba muy conmovida por la sencillez y sobriedad con que se ha llevado todo. «He evocado el aspecto monárquico con José Ferrater Mora, presidente del jurado, que me comunicó la noticia, y creemos que no a pesar, sino por ser republicanos lo aceptamos gustosamente por tratarse del primer Rey republicano de España. El premio ya lo tenía con las personas que me leen, me quieren y me escriben desde hace muchos años.María Zambrano, nacida en Vélez-Málaga en 1904, constituye una de las figuras más clandestinas, sugerentes y desconocidas de la cultura española contemporánea. Discípula de Ortega y Gasset -de cuya figura siempre ha hablado con respeto y admiración-, se educó en Segovia y Madrid, y llegó a profesora ayudante de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid antes de la guerra civil. El 28 de enero de 1939 partió hacia el exilio, del que todavía no ha regresado. Ha residido, sucesivamente, en Cuba, México y Puerto Rico, impartiendo clases en las universidades de La Habana, Morefia, San Juan y en la Casa de España mexicana, que después se convertiría en el Colegio de México.

Regresó a Europa posteriormente, viviendo en Italia y Francia, en París y en una pequeña, aldea del Jura francés, antes de fijar su residencia en Ginebra. Entre sus obras más importantes destacan Horizonte del liberalismo (1930), Pensamiento y poesía en la vida española (1939), Filosofía y poesía (1939), El pensamiento vivo de Séneca (1944), La agonía de Europa (1945), Hacia un saber sobre el alma (1950), El hombre y lo divino (1955), Persona y democracia (1959), La España de Galdós (1960), España, sueño y verdad (1965), El sueño creador (1965), La tumba de Antígona (1967), Los intelectuales en el drama de España (1977), Claros del bosque (1977) y Dos escritos autobiográficos (1981). En 1971, una editorial española, Aguilar, lanzó el primer volumen de su Obra reunida, que incluye algunos de estos títulos y que todavía puede encontrarse en librerías, pues al carecer del eco necesario no se agotó la edición.

El pensamiento de María Zambrano se encuentra en una encrucijada entre filosofía, política y literatura. Su vocación democrática, que le llevó al exilio, está siempre presente en sus obras. Pero mayor aún es la estrechísima relación entre pensamiento y poesía en su obra, ya por sus contenidos como por su intento mismo de crear un pensamiento poético, pues la escritora considera que la poesía es, tanto en su formulación filosófica como en su misma expresión, una manera de conocer, y posiblemente la más alta. Su estilo es, por ello, uno de los más hermosos de la lengua castellana.

Varias editoriales españolas -Taurus, Alianza, La Gaya Ciencia y Pre-textos- preparan ediciones de sus obras. Asimismo, la Junta de Andalucía propuso a María Zambrano para una cátedra extraordinaria, petición que ha apoyado la Universidad de Córdoba. Y el Ayuntamiento de su ciudad natal, Vélez-Málaga, ha acordado su nombramiento como hija predilecta. Mientras tanto, María Zambrano se mostraba vacilante en cuanto a su eventual regreso a su patria: «¿Volver a España?», decía, «he ido y he vuelto. Es terrible volver al cabo de tanto tiempo. Yo siento la llamada. Yo quiero ir. Pero lo que no quiero es tirarme por la ventana. Hay algo que todavía se resiste. Que sea lo que Dios quiera ... ».