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Reportaje:

Arnold Palmer, supermilionario del deporte mundial

Arnold Palmer, jugador norteamericano, primer «grande» del golf moderno, se calcula que ha ganado cerca de 5.000 millones de pesetas a lo largo de su carrera como profesional del deporte. En esta cifra se incluyen los prernios y los contratos publicitarios. Cassius Clay, cuya leyenda como boxeador en la cumbre terminó el pasado día 2 en Las Vegas, cobró como despedida 620 millones. Más espaciadamente, con sus combates más famosos, no anduvo lejos de Palmer en cuanto a ganancias. El tenista Borg aún está en camino de alcanzar tanto dinero. Golf, tenis o boxeo, como automovilismo, béisbol o baloncesto americano, siempre al máximo nivel, son ejemplos principales de los muchos millones que se mueven ya alrededor del mundo del deporte.

Decir qué deporte da más dinero a sus practicantes no es fácil. Depende incluso de las zonas y de la.s características de cada modalidad. En general, a lo largo del mundo, golf y tenis, tenis y golf, dos deportes eminentemente individuales, son los más «generosos». Concretamente en Estados Unidos -como en casi todo- es donde se pueden ganar las mayores cantidades de dinero con el golf. En los casí cincuenta torneos abiertos del denominado circuito americano sevan a repartir este año casi mil millones de pesetas en premios. En Eu1ropa, en cambio, no se llegará ni a la tercera parte.El caso del tenis es distinto y precisamente por ello tiene cierta «superioridad económica», al ser más regular en el reparto. Sin embargo, los torneos m agníficani ente dotados son minoría. Junto a los muchos que dentro del circuito del Grand Prix ofrecen 50.000 dólares en total (unos cuatro millones de pesetas), los importantes no superan -por ahora- los 500.000 dólares (cuarenta millones de pesetas). Esta cantidad se repartió, por ejemplo, en el torneo de campeones de la WCT, disputado en Forest Hills, pero ni siquiera los cuatro más famosos, integrantes del Gran Slam, llegan al ella. Roland Garros se queda en 400.000 dólares (treinta millones de pesetas); Wimbledon y Estados Unidos -Flushing Meadows-, 300.000 dólares (unos veinticinco millones de pesetas), y Australia -Melbourne-, 350.000 dólares (unos veintisiete millones de pesetas).

Sin embargo, existen otros, como la Copa de las Naciones, de Düsseldorf, o los torneos de Las Vegas y el que se juega actualmente en Tokio, que gracias a firmas patrocinadoras de órbita mundial pueden superar -el primero está dotado con 414.000 dólares (unos 31 millones de pesetas)- o rondar -300.000 dólares reparten igualmente los dos segundos- estas cifras millonarias. Sucede, sin embargo, que tras ellos sólo otros tres torneos, naturalmente en ciudades norteamericanas -Filadelfia, Palm Springs y Memphis-, suben hasta los 250.000 dólares (menos de veinte millones de pesetas), y cinco -Indianapolis, Cincinatti, Hamburgo, Milán y Roma- a los 200.000 dólares (quince millones de pesetas). El mínimo para torneos de entidad es de 175.000 dólares (trece millones de pesetas). En España sólo tiene esa dotación el Torneo Conde de Godó. Cabe recordar que en el circuito americano de golf la media de reparto en los torneos supera los 300.000 dólares, con lo que hay, por- ello, más posibilidades de reparto que en todo el Grand Prix de Tenis.

Otros ingresos

En todo caso, donde los cálculos sobre las ganancias deportivas se pierden es al referirse a las exhibiciones y a los ingresos por publicidad. En este punto, además, se entra en el terreno de la «selección». Si anteriormente se han barajado cifras generales, la realidad es que la mayoría se las llevan unos cuantos privilegiados. Y si en golf o en tenis existe una elite, más aún en otros deportes individuales, como el automovilismo o el boxeo -en escasísimos ejemplos- o colectivos, como el fútbol, el béisbol y el baloncesto, estos dos últimos típicamente americanos.El ganador del Grand Prix de Tenis ganará, al margen de los premios en torneos de la temporada, otros 300.000 dólares de una sola tacada. Hasta el momento, John McEnroe es el que tiene más posibilidades. El segundo -Lendl, al que siguen ahora Borg y Connors-, 200.000 dólares. Precisamente Borg, vencedor del último Masters, al que aspiran los ocho primeros clasificados del citado Grand Prix, se embolsó 100.000 dólares (casi ocho millones de pesetas). Sin embargo, estas cantidades, que se pueden conseguir por haber alcanzado antes un gran nivel, y después de muchos sudores, quedan superadas fácilmente en los partidos de exhibición que las ciudades, con un buen soporte publicitario, se atreven a montar en determinados momentos de «descanso» de las figuras. El tenis tiene en esto una gran ventaja, desde que los enfrentamientos fuera de los torneos clásicos están admitidos. Es otro dinero «directo» conseguido en las pistas antes de beneficiarse, como en el resto de deportes, de la publicidad de su imagen.

En automovilismo, por ejemplo, ciñéndonos a la fórmula 1, donde únicamente se barajan las cifras más altas, resulta difícil separar las ganancias por contratos y premios de la publicidad. En realidad, las victorias son sólo un mínimo aporte al total. El caso del brasileño Emerson Fittipaldi, por ello, es el más significativo. Después de ganar sus dos títulos mundiales en 1972 y 1974, su unión a Copersucar, empresa azucarera paraestatal de su país, le supuso una media de 250 millones de pesetas por año durante cuatro o cinco, aunque apenas se clasificaba. El austriaco Niki Lauda llegó a alcanzar esa cifra, pero sólo dos o tres años. En todo caso, las ganancias actuales de los números uno, de los últimos campeones mundiales Jody Schekter o Alan Jones, por ejemplo, pueden rozar los doscientos millones, seis o siete veces más que lo obtenido en sus tiempos por el británico Jackie Stewart, primer corredor que empezó a ganar grandes cantidades con la fórmula 1. Stewart se retiró para dedicarse a los negocios en numerosos campos de la industria y la alta, empresa.

Genio de la inversión

El modelo de profesional hábil inversor de su dinero tiene su primer nombre en Arnold Palmer, de 51 años, primer gran jugador de golf, quizá con menos fama que su «alumno», Jack Nicklaus, pero con una fortuna personal mayor, que puede acercarse a los 5.000 millo.nes de pesetas. El es, con grandes ingresos desde 1955, el máximo ejemplo del mucho dinero que se puede ganar con el deporte.Cassius Clay, Muliarrimad Afi, acaba de llevarse 620 millones por recibir la última paliza de su carrera a puños de Larry Holmes. Clay, caso único en la historia del boxeo, fue-aumentando sus bolsas desde que arrebató el título mundial a Sonny Liston en Miami, el 25 de febrero de 1964. En veinte defensas posteriores de su título, así como en la mayoría de combates disputados en el intermedio de sus dos épocas de campeón, y especialmente en los últimos celebrados, con la reconquista por segunda vez del entorchado, se hizo multimillonario. Desde cifras cobradas sobre el millón de dólares al comienzo, hasta nueve o diez veces más al Final -gracias, sobre todo, a la televisión-, Clay pudo haber ganado en quince anos sobre 4.000 millones de pesetas. Inmobiliarias en Chicago, compañías de exportación e importación, una granja de trescientos acres en Michigan..., figuran entre sus inversiones.

Otros privilegiados del deporte son las figuras del béisbol y el baloncesto americano, sobre todo. Si John Watson, el golfista que más gana en su especialidad actualmente, logrará cincuenta millones esta temporada sólo en premios, y en su aún corta carrera se acerca ya a los doscientos, esta cifra tiene asegurada ganarla en seis años el jugador de béisbol Garry Templeton, que acaba de firmar un contrato de tres millon.es de dólares por los Cardenales, de San Luis. En cuanto al baloncesto, Kareem Andul-Jabbar -ex Lew Alcindor-, sucesor de Wilt Chamberlain en la cumbre del deporte de la canasta, como otra de las grandes estrellas negras, Julius Erving, no bajan de los cincuenta millones anuales. Sus ingresos publicitarios, en cambio, son ya inferiores al pertenecer a deportes colectivos. A figuras del hockey sobre hielo o del rugby-fútbol les sucede lo mismo, aunque a menor nivel de popularidad. Individualmente, también yóqueis de carreras de caballos, como Bill Schoenmacker, son multimillonarios.

Borg, caso aparte

De todas formas, el caso más pujante de ganancias actualmente no es norteamericano. Se trata de Borg, naturalmente, cuyas ganancias, aparte de los premios, son el vivo ejemplo , del fructífero hombre-anuncio-deportivo. Si Palmer, como Nicklaus, le han sacado provecho publicitario a sus pantalones de cuadritos, a los zapatos, a los jerseis y a las camisas, Borg, como ejemplo máximo de los tenistas, no tiene problemas de ingresar así doscientos millones de pesetas por año. Aunque hasta diciembre de 1979, Connors, Nastase y Vilas habían ganado en sus respectivas carreras más dinero en premios que él -entre los doscientos y los 140-, la publicidad del sueco es mucho más boyante, pese a que, en su caso, como en todos los citados, es muy difícil dar cifras exactas. En sus asuntos financieros interviene directamente Mark McCormack, el agente que,«lleva» muchísimos deportistas famosos por unos porcentaj es entre el 25 % y el 50%.Borg, cuando pareció agotar su fuente millonaria por usar prendas -cuarenta millones al año-, raqueta -treinta-, zapatillas -7,5- o bolas -tres- y muchas otras prebendas, encontró los parches, pequeños anuncios no menos beneficiosos. El caso de Borg, europeo que ha dejado pequeños a «millonarios» anteriores, como Cruyff y Merckx, aún queda abierto a un amplísimo -y aparte- futuro multimillonario.

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