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Salen a relucir de nuevo turbios manejos en el judo

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El expediente abierto por la Federación Española al presidente de la Valenciana ha ensuciado aún más las ya habitualmente turbias aguas del judo español. Gabriel Juan Sancho -presidente valenciano- recibió en carta fechada el 26 de diciembre la noticia de que había sido expedientado, según acuerdo de la junta directiva del día 15 del mismo mes. Juan Sancho solicitó una entrevista para poner al corriente de los hechos al Consejo Superior de Deportes, y ayer fue recibido por Luis Alvarez de Bohórquez, quien manifestó que el Consejo tan sólo actuará de árbitro una vez que el asunto llegue a sus manos.

Resulta evidente que dentro de los distintos estamentos federativos del judo hay unos claros enfrentamientos, por mucho que éstos se quieran ocultar. Es el caso de Gabriel Juan Sancho con el presidente de la Española, Pasucal Juan Olmos. « Efectivamente », manifestó Juan Sancho a EL PAIS, «estoy en total desacuerdo con la política que sigue la Española, porque actúa de forma arbitraria y no permite que cada federación regional tenga su criterio. Además, si no está de acuerdo con lo que una regional dice o hace, lo menos que puede hacer es esperar a que haya una asamblea, pero no tomar medidas unilateralmente. Este expediente ha venido como consecuencia de una serie de propuestas que yo he enviado a la Española para que fuesen expuestas en la asamblea del día, 20. Si entonces salen derrotadas me hubiera ido con las orejas gachas y él hubiera triunfa do, pero no se ha atrevido a esperar.»Sin entrar en pequeños detalles, sí se puede calificar de duro el ataque de la Española a Juan Sancho, al que se le acusa de desobediencia, de actuar de forma desaprensiva y provocadora y, por supuesto, de dedicarse profesionalmente al comercio de artículos deportivos referentes a esta federación. Ello «le hace incompatible con el desempeño de sus funciones federativas, tal y como establece la normativa legal vigente».

Todo parece indicar que el presidente, Pascual Juan Olmos, pretende que Gabriel Juan Sancho no tenga acceso a la asamblea, y de ahí que haya comunicado un acuerdo del día 15 de diciembre con fecha del 26. Para mayor jocosidad, otro comunicado que igualmente posee EL PAIS, con fecha del 2 de enero, añade más cargos en contra de Juan Sancho, que, al parecer, se les había olvidado en su junta. Juan Sancho dijo que a la actual Federación Española le falta madurez y lo que le pasa es algo así como si quisiera ser presidente del sindicato del arroz alguien que hubiera comido arroz sólo un par de veces. En torno al tema de si García de la Fuente, el anterior presidente, lo hacía mejor, Juan Sancho dijo: «No es que yo diga eso; es que se están encargando ellos de demostrarlo.»

Reunión prohibida

Gabriel Juan Sancho -36 años y veinte dentro del mundo del judo, cinturón negro- convocó a través de Miguel Villamón (antiguo director técnico nacional y ahora secretario técnico en su Valencia natal) a los medios informativos de Madrid a las cuatro de la tarde en el CSD. Sin ningún carácter oficial hubo en una habitación tina charla con él. Curiosamente, y después de media hora de conversación, fue comunicada la prohibición de que esa reunión fuera celebrada alIí. EL PAIS se puso inmediatamente en contacto con Luis Alvarez de Bohórquez, quien manifestó que el Consejo no entra ni sale en el tema y se limitará a ser árbitro. Igualmente, justificó la prohibición alegando que «seria tomar parte por parte del Consejo, y si un día lo pidieran todos los presidentes de federaciones regionales sería imposible atenderlos, por lo que no se pueden crear precedentes».La burocracia sigue como protagonista dentro del deporte oficial, pero lo más claro es que el mundo del judo vuelve a estar revuelto y de nuevo los intereses creados en todos los aspectos han vuelto a interferirse en el deporte como tal. El propio Álvarez de Bohórquez comentaba encogiéndose de hombros que en este deporte no habla logrado, después de escuchar a unos y otros, saber quiénes eran los «buenos» y los «malos». «Resulta inconcebible saber lo que hay detrás de todo esto. Nosotros sólo podemos esperar acontecimientos y, una vez que lleguen los temas hasta aquí, actuaremos para dar o quitar la razón a quien sea.»

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