Pajarón presentó su dimisión irrevocable
Rafael Pajarón presentó su dimisión como director técnico de la Federación Española de Atletismo. Su decisión, con carácter irrevocable, la dio a conocer en el transcurso de la primera jornada de la asamblea nacional celebrada ayer en Madrid. Hoy finalizará la asamblea, con la votación de diversas propuestas que se formulen, entre ellas, el perdón a los atletas sancionados por no querer participar en los Juegos Mediterráneos, pese a la opinión en contra del consejo directivo de la Federación.
Durante veintitrés minutos, y después de tres horas y media de asamblea, Rafael Pajarón tomó la palabra. Tras hacer una exposición triunfalista de su gestión durante la, presente temporada, dijo: «Dolido por las injusticias y el trato inhumano recibido por parte de atletas, entrenadores y cierto sector de la prensa, dimito irrevocablemente por, además, me han echado de la Federación.»La explicación pública que dio Pajarón a la asamblea fue la siguiente: «He sufrido críticas injustas y nunca de aspecto técnico, sino caprichosas. En una ocasión difícil, el consejo directivo me ratificó su confianza y yo seguí porque vi que tenía apoyo. Ahora ya no puedo con la nueva reestructuración, porque veladamente se me quita el poder al situarme por debajo de los responsables de los equipos nacionales. En esta situación, moralmente ya no puedo seguir, porque se les ha dado la razón a los atletas.»
Tras una obligada intervención del presidente de la Federación Española, Juan Manuel de Hoz -«no hemos echado a nadie; queremos concordia y porque confiamos en la labor de Pajarón queremos que siga»-, prácticamente la totalidad de los asambleístas mostraron su confianza en Pajarón. Unicamente Rodríguez Piñero, vicepresidente nacional, vio desde un prisma real la dimisión del director técnico: «Es comprensible que dimita. No queremos seguir con la venda en los ojos. Hay un divorcio real entre atletas y dirección técnica. Quisimos reconsiderar la política deportiva para diluir responsabilidades y evitar así que las antipatías se centrasen en uno solo. Pero, de esta manera, es verdad que a Pajarón se le quita poder. » Seguidamente hizo referencia a que Pajarón debe seguir en la Federación, «porque no está en el atletismo para acumular poder», sino que tiene condiciones para trabajar en la sombra -siempre se le criticó su falta de trato-, aun a costa de sacri icar un atletismo de escaparate.
Pajarón, no obstante, se puso incondicionalmente a disposición del nuevo responsable del equipo masculino, Carlos Gil, y le facilitará la lista de atletas que tenía previsto fueran fijos a Moscú, lista que, por la dimisión de Pajarón, no se dio a conocer.
Carlos Gil, por su parte, y como primera medida para empezar su gestión, pidió que se levantaran las sanciones de los atletas que no fueron a los Juegos Mediterráneos, consistentes en supresión de beca hasta 1980: «Yo recriminé la postura de los atletas, pero sé que son psíquicamente frágiles por el stress a que se ven sometidos. Les impusieron tres meses de sanción y ya han cumplido dos. Son los que van a tener que ir el próximo año a los Juegos Olímpicos. Yo he venido al cargo porque me lo pidieron, no porque lo quisiera. Me gustaría, por todas estas razones, partir de cero, con las páginas del libro limpias. Yo no tengo por qué cargar con sanciones en las que no tuve nada que ver. Quiero que esta sea la asamblea de la concordia y, por ello, pido que se suspendan las sanciones desde el día 30 de noviembre.»
La respuesta a este tema fue sorprendente. De Hoz pidió que se aplazara la votación a hoy, Carlos Gil insitió en que no había razón para aplazarla y los asambleístas replicaron que ya no había tiempo. La verdadera razón se encuentra en que no gustó la petición a la mayoría, por cuanto los atletas no asistieron a la asamblea por no considerarla representiva y el ambiente era hostil contra ellos. Precisamente Carlos Gil comentó su petición en el consejo directivo, que se reunió el viernes, y sus miembros desaconsejaron que la hiciera. La solución a este tema, planteado por el nuevo responsable de la selección, es el aspecto más interesante y polémico de la segundajornada de la asamblea.
Voto de censura a la asamblea
Juan Carlos Blanco, presidente de la Federación Madrileña, fue otro de los protagonistas de la asamblea. Pidió la disolución de la misma por no tener el mínimo de representación por parte de los clubes, a lo que se le contestó que era perfectamente legal, pues cumplía todos los requisitos que contemplaban los estatutos.
La réplica de Blanco tuvo ya argumentos legales: había que declarar a la asamblea nula y sin capacidad de decisión, porque los estatutos dicen que sólo pueden tener voto las federaciones que tengan clubes legalmente constituidos y que tiene que haber constancia de que las federaciones provinciales lleguen a la asamblea nacional después de haber celebrado las suyas dentro de su ámbito. El secretario general de la Española reconoció que ni Granada ni Orense tenían clubes, aunque por circunstancias atenuantes, y que no podía dar fe de que se hubieran celebrado las asambleas provinciales. Pese a todo, lo único que se permitió es una duda razonable de que no se cumplían los estatutos.
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