Miguel Angel: "Todo penalti parado es fallo del lanzador"

«Siempre que un lanzamiento desde el punto de penalti no se transforma en gol, se debe a un fallo del delantero.» Son palabras de Miguel Angel, guardameta del Real Madrid, que, debido a una lesión y a las excelentes actuaciones de su compañero y rival Mariano García Remón, ha pasado de ser considerado el número uno de España al ostracismo. Exactamente el mismo en el que estaba el «parapenalties» madridista, gracias al cual el Real Madrid ha ganado los dos torneos en los que ha participado este verano.

No es la primera vez que se da en el deporte el hecho de que se pase, por una circunstancia, de la gloria al ostracismo, ni es la primera vez que se produce en el club blanco el lujo de tener dos porteros internacionales y de primerísima fila. Sin necesidad de acudir al archivo, es fácil recordar los casos de Juanito Alonso y Domínguez o de Vicente y Araquistáin. En este momento, ningún club goza del privilegio de tener su portería tan bien guardada, hasta el punto de que el problema del técnico es más por exceso que por defecto. De ahí que se haya permitido prescindir recientemente del tercer guardameta, Maté.Es evidente que tiene que resultar muy duro pasar por la situación por la que atraviesa en estos momentos Miguel Angel. Se lesionó ante el Santander en la primera vuelta de la Liga pasada, al tiempo que cometía un penalti; tuvo que salir García Remón a ponerse en la línea de metay de tener el máximo castigo. Desde entonces no ha vuelto al once titular blanco el orensano, que es pera el alta médica definitiva dentro de unos días. «Será muy difícil volver a ocupar el puesto, pero estoy preparado para ello, ya que en este club siempre ocurre lo mismo. Por lo menos me será tan difícil alcanzar la titularidad como te fue a Mariano García Remón. Además, ahora está jugando muy bien y, lógicamente, el técnico no querrá cambiar. Lo que sí mantengo, porque siempre lo he dicho y sin ánimo de restar méritos a mi compañero, es que siempre que hay fallo en los penalties se debe a una torpeza del que los lanza. No es lógico que desde once metros, a balón parado y sin nadie, no llegue el balón a la red.»

Está claro que el gallego tiene ideas fijas, pese a que es evidente que García Remón ha roto con todas las teorías en cuanto a detener un penalti se refiere. Hoy nadie duda de que si el Madrid empata un partido y llega a la serie de penalties, con García Remón en la puerta, al final le sonreirá el triunfo. «Me están saliendo muy bien las cosas, pero no sólo por los penalties, sino porque pienso que estoy en buena forma y pese a hacer poco tiempo que hemos empezado he cogido el ritmo con rapidez. Tenía mucho interés en empezar bien, porque el técnico no me conocía. Creo que ahora está satisfecho. No es cierto que esté mejor que nunca. Ocurre que hacía tiempo que no jugaba a gusto, con plena confianza, que es lo que te hace rendir plenamente. Confío en que siga la racha para no abandonar el puesto en mucho tiempo.»

Miguel Angel, con haber parado también un buen número de máximos castigos, no consiguió llegar a crear la psicosis que en estos momentos hay en los delanteros cuando tienen a García Remón enfrente. Por ejemplo, el Spórting de Gijón no transformó ninguno de los últinos cinco penalties que lanzó a García Remón. No es muy lógico hablar de especialistas, porque lo suyo es pensar que cualquier jugador de Primera División debe saber lanzar un castigo, sobre todo ahora que en muchas ocasiones son muchos los millones que se ventilan por un solo lanzamiento. Quizá el caso más claro y más reciente que admite una exacta comparación es el de Perramón en el balonmano, en el que en muchas ocasiones ninguno de sus rivales quería lanzar el penalti cuando era él quien estaba en la puerta. El balonmanista, ahora ya retirado, llegó a detener en momentos decisivos hasta cuatro penalties consecutivos.

Esta última temporada, Garcia Remón salvó la eliminatoria de la Copa del Rey frente al Atlético de Madrid. Fue esa una de las ocasiones en las que su intervención resultó, además de decisiva, muy eficaz, deportiva y económicamente, para el club. Ahora, tanto en Bruselas como en La Coruña, ha «salvado» el principio de temporada a los directivos y al técnico del nuevo y millonario Real Madrid.