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En los años ochenta persistirán las diferencias entre países ricos y países pobres

«Cualquiera que sean los niveles de crecimiento, todo indica que las disparidades masivas de los niveles de vida continuarán y reflejarán el abismo ya existente entre países desarrollados y en vías de desarrollo», afirmó ayer, ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, Robert Mac Namara, presidente del Banco Mundial, al hacer proyecciones estimativas sobre «perspectivas del desarrollo» para los años ochenta, es decir, para la próxima década.Según Mac Namara, si se hace análisis desde un punto de vista estrictamente realista, habrá seiscientos millones de «pobres absolutos» antes del fin del presente siglo, pero esta cifra podría ser menor, «si se atiende a los cálculos más optimistas».

El presidente del Banco Mundial, en su análisis, examinó tres «escenarios» posibles de desarrollo: «realista, pesimista y optimista.» En el primero de los casos, «escenario realista», el crecimiento económico de los países industrializados, en la década de los ochenta, será de un 4,2% por año y una media de un 5,6% en los países en desarrollo.

En el capítulo de los «capitales necesarios» para sostener el crecimiento proyectado, situado el análisis en el escenario o contexto realista, los países en desarrollo deberán disponer de 469 millones de dólares, provenientes de fuentes exteriores, en 1990. En cuanto a los países en desarrollo, de rentas débiles, afirmó que deberán recurrir a la asistencia pública para el desarrollo, y los países de renta media necesitarán de préstamos de los mercados financieros, a medio y largo plazo.

Sobre las exportaciones de los productos manufacturados de los países en desarrollo, advirtió que las proyecciones realizadas no se cumplirán si persisten las presiones proteccionistas de los países desarrollados. Anunció asimismo que recomendará al Banco Mundial dar préstamos y otras formas de asistencia a los países en desarrollo que inicien las adaptaciones estructurales requeridas para la promoción de sus exportaciones.

Robert Mac Namara se preguntó, más adelante, ¿cómo crear posibilidades de empleo para quinientos millones de personas que necesitarán trabajo en los países en desarrollo de esta fecha a finales de siglo, y cómo dar a mil millones de habitantes que se sumarán a la población urbana de los paises en desarrollo, durante el mismo período, «alojamientos decentes y servicios públicos adecuados»?

Frente a este problema, el presidente del Banco Mundial, en su informe, propone diferentes medidas, tales como estrategias de desarrollo agrícola e industrial apropiadas, pero reconociendo que uno de los problemas más difíciles es el de sostener el crecimiento industrial sin crear graves perjuicios al desarrollo rural.

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