El niño, apto para correr desde la más temprana edad
El niño, y también cualquier persona que se crea en pésimas condiciones físicas, tiene acceso al boom que ha tenido la carrera en España. Todo radica en una planificación adecuada. Esta puede realizarse en el colegio, a nivel individual o familiar. Casi sin esfuerzo se llegan a completar 180 kilómetros durante la etapa escolar, lo que proporciona una buena forma física. Y, a través de unos incentivos, llega a ser divertido.La plena aceptación de las carreras populares en España ha motivado que el tema sea tratado por diversos grupos directivos del deporte. Ahora nace una preocupación por cómo crear incentivos entre la población infantil para que practique la carrera y, sobre todo, para que la realice bajo control. Pero no todo acaba en el correr. También se inicia en el campo del deporte popular cierta inquietud para que se practique la natación, con el fin de que el individuo adquiera seguridad.
El tema de los planes experimentales deportivos fue uno de los centrales que se trató en las mesas de trabajo realizadas en Málaga y Vigo por dirigentes deportivos dentro del título general «La promoción deportiva y, la actividad física en un municipio». aspecto que se considera fundamental, pues son 9.000 los concejales de deportes que se integran en estos días en los municipios españoles. Las conclusiones fueron recogidas por AETIDE (Asociación Española de Trabajo sobre las Instalaciones Deportivas y el Esparcimiento).
José María Llusá, gerente del Patronato Municipal de Deportes de Hospitalet de Llobregat, fue quien condensó estos planes experimentales, de fácil ejecución y que pueden considerarse de interés general por sus características y porque son accesibles a un número muy amplio de personas.
Un primer plan tiene como objetivo estimular la afición a la carrera suave y larga, sin clasificaciones individuales, sólo por el placer de correr y sentir el funcionamiento orgánico. Consta de tres fases y se pueden crear unas cartillas individuales para marcar los kilómetros realizados y dar así el distintivo «liebre» al término de la primera; el «galgo», al término de la segunda, y el «gamo», al término de la tercera.
La primera fase se puede desarrollar de octubre a diciembre. En la primera semana se hacen tres kilómetros; en la segunda, cuatro, en la tercera, cinco; en la cuarta seis; en la quinta, siete; en la sexta, ocho; en la séptima, nueve, y en la octava, diez. Se totalizan así 52 kilómetros para ser «liebre». La segunda fase va de enero a marzo; en la primera semana se hacen cuatro kilómetros; en la segunda cinco; en la tercera, seis; en la cuarta, siete; en la quinta, ocho; en la sexta, nueve; en la séptima, diez y en la octava, once, con lo que ya se ha recorrido un total de 112 kilómetros y se es «galgo». La tercera fase va de abril a junio y en la primera semana se recorren cinco kilómetros; en la segunda, seis; en la tercera, siete: en la cuarta, ocho; en la quinta, nueve; en la sexta, diez; en la séptima, once, y en la octava, doce, con lo que se completan los 180 kilómetros y se gana el distintivo de «gamo». Así se dirige el instinto natural del niño, que siempre en sus juegos corre.
La natación, también importante
Hasta ahora, el correr centró toda la atención en este incremento del deporte popular. Ahora que llega el verano se ha hablado también de un plan experimental en las las mesas de trabajo antes citadas por el que se quiere mentalizar al individuo de la importancia de la actividad física y conseguir que se sienta más seguro en un medio distinto al habitual en el que se desenvuelve.Esto se pretende lograr a través de la natación, también en tres fases. La primera es de iniciación, y sus objetivos son que el individuo aprenda a respirar correctamente, que se mantenga en el agua y que sea capaz de nadar veinticinco metros. La segunda fase comprende el desarrollo de los cuatro estilos, que al terminar la fase nade correctamente un estilo Y que conozca la mecánica del salto. La tercera debe pretender que el individuo se lance al agua correctamente de cabeza, que domine los cuatro estilos y que sea capaz de realizar al menos cien metros en dos estilos v cuatrocientos en uno.
Al igual que en el correr, se pueden crear distintivos como «pulpo», «tiburón» o «delfín», así como distintivos de colectivos o familiares.
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