No habrá homenajes en el aniversario de la muerte de García Lorca

En la madrugada del 19 de agosto del pasado año, en una de las varias hondonadas que durante la guerra civil sirvieron ara enterrar a los fusilados por las fuerzas franquistas en el barranco de Viznar, un grupo de veinte artistas y escritores granadinos rendía el que entonces decidieron que fuera su último homenaje a Federico García Lorca, con motivo del cuarenta aniversario de su muerte.

Unos versos de Juan de Loxa pusieron en el aire granadino la esperanza de una España diferente para años sucesivos, en los que no fuese ya necesaria la clandestinidad, ni los restos del poeta de Fuente...

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En la madrugada del 19 de agosto del pasado año, en una de las varias hondonadas que durante la guerra civil sirvieron ara enterrar a los fusilados por las fuerzas franquistas en el barranco de Viznar, un grupo de veinte artistas y escritores granadinos rendía el que entonces decidieron que fuera su último homenaje a Federico García Lorca, con motivo del cuarenta aniversario de su muerte.

Unos versos de Juan de Loxa pusieron en el aire granadino la esperanza de una España diferente para años sucesivos, en los que no fuese ya necesaria la clandestinidad, ni los restos del poeta de Fuente Vaqueros siguieran enterrados en un lugar desconocido del barranco. Hoy, al cumplirse el 41 aniversario de la ejecución de Lorca, el deseo de aquellos artistas continúa sin hacerse realidad.Todavía hoy, al cabo de 41 años, la muerte de Federico García Lorca permanece sin desentrañarse en todos sus detalles. Si bien se conoce -sobre todo, desde la publicación, en 1971, del libro del investigador irlandés lan Gibson- la personalidad de quienes llevaron a cabo la detención del poeta y el hecho de que su ejecución fue decidida por el gobernador civil de Granada, Valdés Guzmán, así como la fecha exacta y el lugar aproximado donde se llevó a cabo el fusilamiento, lo cierto es que aún siguen ignorándose algunos aspectos fundamentales: de quién partió la denuncia contra Lorca, de qué se le acusó exactamente, si intervino o no el general Queipo de Llano en la decisión de ejecutarlo, el lugar exacto donde está enterrado, etc. Y, lógicamente, las posibilidades de averigua, todos estos detalles se van reduciendo más y más cada día que pasa.

En el transcurso del último año, en efecto, se ha producido la muerte de dos de las personas que más luz podían haber dado sobre los muchos e importantes puntos todavía oscuros respecto a la detención y el fusilamiento de García Lorca. Una de ellas, concretamente, el militar retirado José María Nastares, que en el verano de 1936 se encontraba con el rango de capitán al mando del puesto avanzado que los franquistas tenían en Víznar y era el encargado de cumplir las ejecuciones de los condenados a muerte en el Gobierno Civil de Granada. Continúa viviendo, sin embargo, en su casa de Madrid, el ex diputado de la CEDA Ramón Ruiz Alonso, que fue quien dirigió personalmente la operación de la detención de Lorca, que en estos 41 años se ha mantenido herméticamente callado respecto a los hechos que nos interesan. Dado que no ha hablado todavía, cabe suponer que también él, probablemente, se llevará a la tumba el secreto que desvelaría el misterio de la muerte del poeta.

Descubrir los restos

La intención de que los restos de Federico sean descubiertos -y ello, aunque difícil, no resultaría imposible al conocerse el detalle de que fue enterrado en un mismo hoyo junto al maestro de Pulianas, Dióscoro Galindo, que era cojo de una pierna- hace tiempo que late en la mente de amplios sectores populares de Granada. Días atrás, precisamente, el poeta José García Ladrón de Guevara lanzaba, a través de las páginas del diario Ideal, la idea de rescatar los huesos de Lorca y trasladarlos definitivamente a una tumba digna, «donde todo el que quiera pueda ira visitarlo y rendirle homenaje.»La familia de Lorca, sin embargo, ha mantenido un discreto silencio al respecto, mientras las fuerzas oficiosas de la ciudad se han dedicado a poner, como en años anteriores, recordatorias en la prensa local, llorando la muerte del poeta y no dándose por enteradas de la propuesta anterior.

Por su parte, el grupo de artistas y escritores que protagonizaron el sencillo homenaje del año pasado (entre los que se encuentran Justo Navarro, Rafael Guillén, José Heredia, José Carlos Rosales, Juan de Loxa, Francisco Javier Egea y el propio José G. Ladrón de Guevara) han decidido que esta madrugada no haya flores suyas para Federico. «Ya ha pasado -ha dicho Juan de Loxa- la época de las necrofilias y el tiempo en que los recuerdos eran sólo excusas para plañideras. Nos han obligado a ser plañideras durante cuarenta años y no queremos seguir siéndolo ni un solo día más. »

Para este grupo, la única alternativa válida ahora es «pasar a la acción». Y, dado que no pudieron celebrar este año la fiesta por la libertad en Fuente Vaqueros, el pasado 5 de junio, fecha del 79 aniversario del nacimiento de Lorca, piensan que su mejor homenaje hoy será poner en marcha una excursión a Sevilla para el próximo mes de diciembre, desde todos los puntos de Andalucía, con motivo del cincuenta aniversario de aquel otro viaje de artistas y poetas que, por invitación de Ignacio Sánchez Mejías, dio nombre a la Generación del 27. Una generación que, para ellos, es vida y no muerte, aunque muchos de sus componentes se encuentren ya físicamente muertos, y Lorca fuera el primero de ellos.

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