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El contraaque rojiblanco fulminó al Hajduk

El gran Atlético de las competiciones europeas resurgió en Split. Su contraataque fue fulminante y decidió la eliminatoria. Tras frenar el ímpetu y las entradas violentas de los yugoslavos en el primer período supo serenar su juego en la segunda parte y lanzarse hacia la meta de Katalinic con gran acierto. En los primeros minutos del encuentro el Atlético dejó mostrada su capacidad de poder ganar el encuentro. El fatídico gol de Zungul cortó el juego atlético hasta el descanso. Tras éste, los madrileños dejaron mostrado que eran superiores al equipo yugoslavo.Luis planteó el encuentro serenamente; desde un principio sus jugadores soportaron las impetuosidades contrarias, en especial de Bo1jat, sin respuesta alguna. Sólo Pereira, ya cansado del juego duro de sus rivales, replicó por dos veces a éstas. El árbitro sólo amonestó a Eusebio, que también replicó al ya nombrado Bo1jat, que continuó haciendo gala de su violencia. Nunca respondieron a estas acciones los rojiblancos; parecían tener la consigna dé hacerse las víctimas y esto provocó que los yugoslavos se acercaran con relativa. frecuencia, aunque sin peligro, en los primeros minutos al portal de Reina.

No obstante, el Atlético con juego suelto y fluido llegó fácil a la puerta contraria. En los quince primeros minutos, Katalinic ya había soportado seis disparos en su puerta. Por el contrario, Reina sólo uno. Los tiros de Leal llevaron especial peligro, pero los ataques de su equipo se acabaron con el gol del Hajduk. Se envalentonaron los yugoslavos a continuáción sin resultado positivo dada la firmeza y la seguridad de la retaguardia del Atlético. También intentó el empate en este período el equipo rojiblanco, pues Pereira se lanzó peligrosamente al ataque; y Eusebio, nervioso en los primeros momentos, se fue afianzando, y Heredia en el centro del campo -estuvo lento, lo que restó la capacidad de reacción del Atlético de Madrid.

Se temía una salida fuerte del Hajduk en la segunda parte. Esta no se pudo producir porque el Atlético de Madrid, con gran serenidad, paró y mandó en el centro, del campo; Heredia ya en plan maestro, con un Capón enorme, condujeron el balón hacia la portería contraria donde primeramente Ayala y después Leal solucionaron el partido.

Aquí prácticamente -finalizó éste. El entusiasmo violento del Hajduk acabó y el Atlético se, empleó en perder tiempo. Se vio incapacitado de reaccionar el equipo yugoslavo mientras que los rojiblancos se crecían momento a momento. Tras los cambios de Robi por Leivinha y de Aguilarponkyafa creció la peligrosidad de los madrileños, porque el primero se dedicó a sujetar a Perusovic, mientras que la velocidad de Aguilar en la punta izquierda del ataque llevó numerosas ocasiones de peligro.

El recién salido extremo del Atlético, faltando diez segundos para la conclusión del partido, estrelló un balón en el poste izquierdo que hubiese significado el 3-1, que hubiera sido justo reflejo de lo acontecido en el campo dada la superioridad del Atlético, que tuvo que luchar contra la parcialidad del colegiado británico y las violencias de los jugadores yugoslavos para proclamarse cuartofinalista de la Recopa europea. Ahora sólo falta confirmar las palabras del entrenador del Hajduk, que en las vísperas del encuentro aseguró que el ganador de esta eliminatoria sería campeón del torneo.

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