La educadora que usa el fútbol para integrar
Marta Salas: “Los días de partido eran el mejor momento de la semana en el piso para personas sin hogar que tutelaba”
Me llamo Marta, tengo 32 años, soy educadora social y quería contar cómo el fútbol me ayudó en uno de los últimos trabajos que realicé en Cáritas: tutelar un piso que la organización habilitó al inicio de la pandemia para 14 personas sin hogar en Murcia. Una de mis tareas era ocuparme de la buena convivencia de todos. No había nada mejor que esos fines de semana en los que nos reuníamos delante del televisor para ver LaLiga. Unos eran del Real Madrid, otros del Atlético de Madrid, otros del FC Barcelona... Y en vez de generar conflictos, o piques, ese ritual de juntarnos para vivir fútbol ayudaba a limar asperezas. Los días de partido eran una fiesta; la vida en común era pura armonía.
Más allá del trabajo, el fútbol también está muy presente en mi día a día. Mi familia, especialmente mis padres, son madridistas a un nivel bestial. Tenemos la casa llena de banderas. Nos juntamos siempre para ver los partidos y disfrutar de la previa. Incluso hemos viajado de Murcia a Madrid para celebrar algunos títulos en el Santiago Bernabéu.
En casa tengo un recuerdo que guardo como una reliquia: un trozo de la red donde Bale marcó ese gol impresionante de chilena en la final europea de 2018. Lo gané en un concurso de Twitter donde se invitaba a los aficionados a contar sus emociones en unas pocas palabras. Me han llegado a ofrecer 1.500 euros por él, pero no me desharé de ese tesoro que tengo enmarcado en la pared.
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