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Margarita Luengo
Hablan ellas La pasión por el fútbol en primera persona

“Ojalá siempre fuera domingo para ir al fútbol”

Margarita Luengo

La atlética que lleva 26 años depositando un ramo de claveles rojiblancos en el córner de Pantic

Firma de Margarita

“Ojalá siempre fuera domingo para ir al fútbol”

Margarita Luengo

Margarita Luengo (Castilblanco, Badajoz, 1946) y su ramo son, literalmente, historia del Atlético de Madrid. Cada partido como local de los colchoneros las flores reposan en el córner, desde aquella lejana primera tarde de 1996, en que se las dedicó a Milinko Pantic.

Fue una casualidad, un vaticinio certero que se convirtió en rito para todos los colchoneros. El tabernero de su peña, pegada al río Manzanares, tenía un jarrón con claveles. Luengo, sin saber que aquello la convertiría en una de las aficionadas más famosas de España, le dijo: “te cojo cuatro, uno por cada gol que vamos a meterle hoy al Athletic”. Los depositó en el córner del añorado Vicente Calderón como regalo para Pantic, su preferido de aquella escuadra —”y de siempre”— en la que militaban un aguerrido Simeone o Kiko Narváez. Aquel día, Pantic metió un gol y dio dos asistencias. 4-1. Y, como su profecía se había cumplido, como el Atleti ese año consiguió el doblete, ella se prometió no fallarle nunca a su equipo. Tuvo que explicárselo al propio Pantic a través de una nota que dejó en el ramo: ‘No las tires. Son para ti’. Ya nadie las aparta para sacar de esquina. Allí permanecen, desde entonces. No importa si ya no es en el Paseo de los Melancólicos. Por eso, por estar siempre, en su última gran tarde como casa atlética, el Calderón le dedicó una pancarta y una ovación. Cuando el Atleti juega de local, se monta en el autobús de su peña de Talavera de la Reina, donde vive desde hace más de 25 años, para recorrer los 120 kilómetros que separan a la ciudad castellanomanchega del Wanda Metropolitano. Un recogepelotas la espera en la puerta 35 y la escolta hasta el césped, para que ella le indique dónde depositar religiosamente 12 claveles rojos y 12 blancos, con unas margaritas en medio como pequeño autohomenaje. Ni siquiera la pandemia impidió el ritual. La plantilla no podía permitir que su amuleto faltara. El capitán Koke, en junio de 2020, telefoneó a Margarita:

—Tú me dices.

—Te pones al lado de la valla y pones las flores mirando a la portería.

—¿Ahí están bien?

—No. Más hacia el banderín.

También ese día surtió efecto: el Atleti marcó el gol de la victoria desde ese córner.

La experiencia de Margarita Luengo en su propia voz

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¡Hola! Soy Margarita Luengo, la que lleva 26 años poniendo un ramo de claveles en el córner del Atleti. Ahora mismo siento que me falta algo. Tengo todo el verano hasta que vuelva el fútbol. Hasta que mi Atleti vuelva al Wanda, y yo con él. Me entretengo leyendo sobre fichajes: quién se queda, quién se va… le rezo al Cholo a diario, pero no es lo mismo… Y eso que hace 50 años no me gustaba el fútbol. Entonces no era como ahora, el domingo era el día en que podía ver a mi novio, a Dionisio, ahora mi marido, ya era muy colchonero. Era la única manera de verlo los domingos de fútbol. Así empecé. No había apenas mujeres en las gradas. Me daba vueltas por el Calderón. Hasta que aquello fue parte central de mi vida. Dionisio también, claro. Nos casamos y, en medio siglo, estuvimos juntos siguiendo al Atleti a todas partes. Conozco todos los campos de España. Déjame que cuente: me faltan el Nuevo San Mamés… tal vez algún otro más. Pero poquitos.

Desde que me hice famosa, me llaman peñas de todas partes, algunos clubes me invitan al palco. Pantic, el culpable un poquito de todo esto, también me manda mensajes de tanto en tanto y hablo con él, claro. Es como un hijo. Él también dice que somos sus padres españoles. Y eso que fue el primero en apartar el ramo del córner. Tuve que dejarle una nota diciéndole que eran para él. Ahora ya cualquier atlético ya lo sabe. Una vez, un rival les dio una patada. El estadio gritó. Diego Costa fue el que le explicó el significado de aquél ramo. Mi marido está muy orgulloso de que salga también en los documentales con el profe Ortega, con Simeone, con Oblak. ¡No sabéis la gente las fotos que se quieren hacer conmigo en las gradas y en la calle! Y eso que ni siquiera vivo en Madrid. Hace ya casi 30 años que ya vivo en Talavera de la Reina. Todos los fines de semana en los que jugamos en el Wanda, me subo al autobús con dos ajos dentro del ramo para ahuyentar cualquier mal y luego regreso a casa, a veces, más allá de la medianoche. ¡Son casi dos horas de viaje, sí! Ya no salto al campo [como en el Calderón] porque la grada no está abierta al césped. Tendría que dar mucha vuelta, una vuelta enorme. Y tengo 75 años, pero esto es lo que espero toda la semana.

La lástima es que mi marido ya no puede acompañarme. Padece del corazón y no lo puede ver. Antes, si el Atleti iba perdiendo, se salía del campo y me esperaba en la calle. Ahora no puede verlo ni en la tele. Eso le dijo el médico. Soy yo la que lo llama para hacerle la crónica del partido.

A veces pienso: “Quién me mandó meterme en esto, con lo tranquila que estaba yo…” Mis hijos lo llevan en la sangre, lo heredaron. Los partidos del Atleti [como visitante], ahora que no viajo, los veo con ellos en su bar. Yo preparo los aperitivos: magro, croquetas… Hay veces que acabo atacadita. Parece que me va a dar algo… Y, aun así, creo que el fútbol es lo más bonito que hay. Para mí sí. Pero os garantizo que ningún verdadero atlético se muere de un infarto… Coraje y corazón…

Conseguí que mis tres sobrinas se hicieran atléticas… madre mía. Ellas van a un Wanda que está lleno de mujeres: hay tantas como hombres. Eso me da mucha alegría. Me gustaría que ellas, y sus hijas después de ellas, sintieran el Atleti como yo, que siempre quieran que sea domingo para ir al fútbol.

Leer carta completa
Margarita Luengo deja su famoso ramo en una de las esquinas del Vicente Calderón
Margarita Luengo posa con la bufanda rojiblanca en su casa
Margarita Luengo y el futbolista Milinko Pantic en un retrato en el hogar de la aficionada
Fotos, recuerdos y objetos con el escudo del Atlético de Madrid en casa de Margarita Luengo
Margarita Luengo junto al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo
Margarita Luengo y su ramo de claveles frente al extinto Vicente Calderón
Margarita Luengo en los estudios de la Cadena SER de su ciudad, Talavera de la Reina
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CRÉDITOS

Redacción: Pablo Vande Rusten y Alejandro Martín
Fotografía: Jacobo Medrano y Archivo As
Audio: Lourdes Moreno y Jesús Blanquiño
Diseño y desarrollo: Belén Daza, Belén Polo y Rodolfo Mata
Coordinación editorial: Juan Antonio Carbajo 
Coordinación diseño: Adolfo Domenech

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