De Carabanchel a Qatar, sin escalas y sin árbitro: el torneo callejero que acaba en el Mundial
Cuatro equipos liderados por raperos españoles se enfrentaron en Hot Spot, una competición de fútbol callejero organizada por Budweiser. El conjunto del músico Israel B, campeón del torneo, viajará en noviembre al Mundial
En la pista de cemento no hubo árbitro. Para devolver el fútbol al barrio, para que los contendientes jugaran con la ilusión de un niño, para regresar al patio del colegio la ausencia de reglas fue la norma del torneo callejero Hot Spot, organizado por Budweiser, patrocinador oficial de LaLiga, y la productora Vietnam Estudio. El balón rodó sin parar desde las seis de la tarde hasta casi las once de la noche dentro de una nave industrial en el corazón de Getafe. Fuera, el termómetro marcaba poco más de un grado. Dentro, entre grafitis, improvisados shows de rap, artistas, streamers; entre chándales y sudaderas oversize, gafas de sol, un Audi A3 abandonado y el humo de una gran barbacoa la áspera pista era el campo de batalla en el que se dirimía cuál de los equipos, capitaneados por Delaossa, Piezas, Israel B y el colectivo Free Sis Mafia, se hacía con el premio soñado: billetes de avión, entradas y alojamiento para el Mundial de Qatar 2022. Los Black Panthers de un Israel B que arrancó su carrera subiendo vídeos a YouTube con C tangana, los chicos de Orcasitas y Carabanchel con los que creció, con los que rimó sus primeros versos en la calle, fueron los afortunados. En noviembre viajarán a Doha y vivirán, juntos, como en el barrio, la magia de una Copa del Mundo.
El rapero Marko Italia asegura que no cambiaría “ni un Wizink lleno” durante un concierto suyo por el viaje que se ganó en la cancha de Getafe el pasado jueves 31 de marzo. Marko Italia, de 33 años, nació, se crio y aún vive en Carabanchel, el barrio más poblado de Madrid, con alrededor de 250.000 habitantes, donde desde hace ya más de 10 años se metió en la industria de la música con otros amigos de allí como el propio Israel B, M Ramírez, Caballo de Rally o Dani Gómez, con quienes montó el grupo Takers, uno de los pioneros del rap español. “Tenemos las mismas costumbres, las mismas carencias, nos criamos juntos y siempre hemos sido los mismos”, sostiene. “Venimos de un barrio obrero, nunca hemos tenido muchas facilidades, pero tampoco nos ha faltado un plato en la mesa. He crecido con mi abuela que ha hecho todo para que no me faltase comida”, cuenta. Esa unión la reflejaron en la pista de Hot Spot y la potenciaron con verdaderos animales del fútbol como el zurdo Bilal, uno de los goleadores del campeonato, el freestyler Samir o la futbolista del CD Getafe Cristina.
“Nuestra ventaja fue que nos conocíamos. Otros equipos tenían jugadores profesionales, pero nosotros sabíamos bien qué podía dar cada uno”, asegura Marko Italia, admirador de la actitud de los delanteros del Atlético de Madrid Luis Suárez y Antoine Griezmann, que llegó a jugar de lateral izquierdo en el juvenil del Atlético Amorós, antiguo filial del equipo colchonero. “Yo fui el único que no supo reconocer sus limitaciones”, bromea. “Quise irme de un jugador de Segunda B corriendo y al regate. ¡No te sale en la vida! Solo lo intentas porque están las cámaras”.
Como en el rap, donde intenta respetar su propia esencia, Marko Italia saborea este logro con un poco más de placer. “Es más reconfortante llegar a conseguir algo con lo que llevas haciendo toda la vida que dejarte llevar por la corriente”, dice en referencia al torneo, pero también a su estilo musical. “Nos han criticado por estas super encasillados, pero nuestra forma de hacer música tiene que ver con cómo nos hemos criado y nos mantenemos fieles”, afirma. “Hoy cualquiera sale en la televisión y a la semana siguiente saca un tema. Antes era mucho más difícil”.
A Qatar desde el barrio. Un barrio que Marko Italia ve “igual que siempre”. Un lugar obrero, “donde la gente se busca la vida y donde las madres tienen dos trabajos, un barrio humilde pero no conflictivo, donde la gente lucha por lo suyo con mucha honra”. Tal vez por eso, este rapero valore más viajar con sus amigos al Mundial que llenar un estadio en un recital propio. Lo bueno, mejor compartido con los que quieres. “Yo me voy a Qatar. Que cante otro”.