Facundo Campazzo: “El yoga me ayuda a soportar la presión”
El base argentino del Real Madrid reflexiona en esta entrevista sobre su carrera y su juego, antes del estreno en la Euroliga
El calendario del baloncesto tampoco da tregua. Recién disputada la Supercopa, el fin de semana pasado comenzó la Liga Endesa y este jueves sube el telón la Euroliga, otra competición maratoniana. El Real Madrid ha jugado hasta el último segundo las dos últimas temporadas, campeón frente al Olympiacos y subcampeón contra el Panathinaikos en esas dos finales. El conjunto blanco arranca en su visita al Bayern Múnich (20.45, Movistar) un curso europeo que encara con muchas caras nuevas por la renovación de su plantilla. Sin dos leyendas como Rudy Fernández y Sergio Rodríguez, el liderazgo se acentúa en las manos de Facundo Campazzo (Córdoba, Argentina; 33 años). El base dice sentirse en su mejor momento.
Pregunta. El Madrid comenzó la temporada pasada con 19 victorias seguidas. Esta ha perdido ya dos partidos, la final de la Supercopa ante el Unicaja y el debut en ACB contra el Leyma Coruña. ¿Tanto se notan los cambios?
Respuesta. Sí, necesitamos tiempo y rodaje. Hay muchos jugadores que se tienen que acoplar. Eso lleva un proceso. Es lo que nos toca. A veces se empieza jugando en un nivel increíble y otras cuesta un poco más. Hay que adaptarse, mejorar, ser exigentes con el equipo y con uno mismo, con nuestro juego y lo que queremos llegar a ser. Con los pies en la tierra, seguir trabajando. También hay una manera de jugar distinta por los nuevos y hay que trabajarla.
P. Sin Rudy y Chacho, ¿le toca ser más líder?
R. Sí. Nos toca dar un paso al frente, desde el liderazgo, desde el ejemplo, de contagiar al que viene nuevo. Somos varios los que tenemos que dar ese paso para ser liderados por nuestro entrenador y por el capitán y para liderar. Es una temporada larga y todos sabemos lo exigente que es vestir esta camiseta. Es una motivación dar ese paso al frente.
P. ¿Qué tipo de líder es usted?
R. Los líderes que me marcaron a mí decían poco y hacían mucho. Hablaban lo justo y necesario en el momento adecuado, y en el día a día eran constantes trabajando, hacían lo que nos decían. Me quedó eso, ser el mejor ejemplo para mis compañeros. Si me toca hablar, hablaré. Si me toca callar la boca, escucharé. Me gusta más demostrar que estoy para cualquier entrenamiento y partido.
P. ¿Qué aprendió en la NBA?
R. Me fui a la NBA porque era mi sueño, no por dinero. Cuando llegué a Denver, Jokic me dijo que todo lo que había aprendido en el baloncesto europeo allí no servía. Era otro juego. Yo estaba acostumbrado a marcar la jugada y ahí el base era Jokic. Balones a él y los demás a movernos. Me tuve que reinventar, cambiar como jugador. Fue difícil, pero el nivel que había te facilita esa adaptación. Yo ya sabía que debía tener un mayor impacto con menos tiempo del balón en la mano. Tenía que ser efectivo con menos protagonismo de lo que estaba acostumbrado. Me dejo llevar por las buenas sensaciones, jugamos bien, fui titular en los playoffs, me sentí muy cómodo.
P. Le cortaron en Dallas. ¿La NBA como negocio es cruel?
R. Para lo bueno, es increíble. Y para lo malo… así son las cosas, son las reglas del juego. Ya sabes que eso puede pasar. Solo queda levantar la cabeza y seguir adelante. En Dallas debía producir, apenas jugaba y a veces no entraba el balón.
P. ¿Cuál es el requisito fundamental de un base?
R. Conocer a tus compañeros es lo principal. Sumar minutos con ellos, dentro y fuera de la cancha, preguntarles cómo les gusta que les pasen el balón, en qué jugadas están cómodos para anotar. Es la manera de generar la confianza. El objetivo del base es que quieran jugar contigo, que disfruten contigo porque involucras a todo el mundo. No es un trabajo fácil, pero me motiva mucho. El base es como el entrenador dentro de la cancha, estás en constante comunicación con él. A veces no te dice nada y es tu momento de decidir. Es manejar los tiempos y estar calmado. Eso lo trabajo día a día, no ser tan emocional, tener la cabeza fría.
P. ¿Es todavía tan impulsivo como antes?
R. Cada vez menos. Depende del partido. Cada vez controlo más esa situación. Al principio de mi carrera lo primero que se veía era lo impulsivo y emocional que era, y ahora se destaca más cómo controlo el juego. Son pocos los días en que estoy tranquilo, la verdad, pero lo controlo mucho, tengo más madurez y disfruto de ese camino que estoy recorriendo.
P. ¿Tiene alma de entrenador?
R. No lo sé, es muy difícil ese trabajo. Lo más complicado es saber gestionar el grupo, cómo enviar los mensajes a todos. Sí me encuentro en situaciones ahora en la pista en las que leo el juego y pienso qué haría yo como entrenador, y eso me genera mucha curiosidad. Creo que empezaría como asistente, estar más con el jugador.
P. ¿Qué tipo de entrenador y líder es Chus Mateo?
R. Siempre piensa en el grupo por encima de todo. Es un tipo de entrenador que no se ve mucho, está muy cercano al jugador. Fue mucho tiempo asistente, con Pablo [Laso] y es muy abierto para hablar e intercambiar opiniones. En una temporada tan larga y en un club tan grande como el Madrid, esa flexibilidad, que esté abierto al debate y al jugador, es muy bueno. Ese ida y vuelta hace mejor al equipo.
P. ¿Cómo trabaja la mente?
R. Hace tiempo empecé con la meditación. Me ponía un cronómetro, 10 minutos intentando no pensar en nada, aunque se me hacían largos... Ahora me he pasado a otro nivel, el yoga, y termino la clase con la meditación. Todo eso me sirve para soportar la presión de un mundo como este. Muchas veces me pasa que pienso en lo que viene, qué pasará en el partido siguiente, y eso me crea mucha ansiedad, gasto mucha energía y me pierdo el día a día, y eso genera cosas negativas para el juego y para mí. Estoy aprendiendo a vivir en el presente, poner mi energía en el campo y que vengan las cosas que tengan que venir, que para eso me preparo.
P. ¿Tiene alma de entrenador?
R. No lo sé, es muy difícil ese trabajo. Lo más complicado es saber gestionar el grupo, cómo enviar los mensajes a todos. Sí me encuentro en situaciones ahora en la pista en las que leo el juego y pienso qué haría yo como entrenador, y eso me genera mucha curiosidad. Creo que empezaría como asistente, estar más con el jugador.
P. ¿Cómo es Chus Mateo?
R. Siempre piensa en el grupo por encima de todo. Es un tipo de entrenador que no se ve mucho, está muy cercano al jugador. Fue mucho tiempo asistente, con Pablo [Laso] y es muy abierto para hablar e intercambiar opiniones. En una temporada tan larga y en un club tan grande como el Madrid, esa flexibilidad, que esté abierto al debate y al jugador, es muy bueno. Ese ida y vuelta hace mejor al equipo.
P. ¿Cómo trabaja la mente?
R. Hace tiempo empecé con la meditación. Me ponía un cronómetro, 10 minutos intentando no pensar en nada, aunque se me hacían largos... Ahora me he pasado a otro nivel, el yoga, y termino la clase con la meditación. Todo eso me sirve para soportar la presión de un mundo como este. Muchas veces me pasa que pienso en lo que viene, qué pasará en el partido siguiente, y eso me crea mucha ansiedad, gasto mucha energía y me pierdo el día a día, y eso genera cosas negativas para el juego y para mí. Estoy aprendiendo a vivir en el presente, poner mi energía en el campo y que vengan las cosas que tengan que venir, que para eso me preparo.
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