O Rei de los mundiales
Pelé participó en cuatro campeonatos del mundo y consiguió el título en tres de ellos
Suecia 1958
Chile 1962
México 1970
• 17 años
• 4 partidos
• 6 goles
• 21 años
• 2 partidos
• 1 gol
• 29 años
• 6 partidos
• 4 goles
Fotos de Getty Images y Cordon Press
Suecia 1958
Chile 1962
México 1970
• 17 años
• 4 partidos
• 6 goles
• 21 años
• 2 partidos
• 1 gol
• 29 años
• 6 partidos
• 4 goles
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Suecia 1958
Chile 1962
México 1970
• 17 años
• 4 partidos
• 6 goles
• 21 años
• 2 partidos
• 1 gol
• 29 años
• 6 partidos
• 4 goles
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Suecia 1958
Chile 1962
México 1970
• 17 años
• 4 partidos
• 6 goles
• 21 años
• 2 partidos
• 1 gol
• 29 años
• 6 partidos
• 4 goles
Fotos de Getty Images y Cordon Press
Suecia 1958
Chile 1962
México 1970
• 17 años
• 4 partidos
• 6 goles
• 21 años
• 2 partidos
• 1 gol
• 29 años
• 6 partidos
• 4 goles
Fotos de Getty Images y Cordon Press
La leyenda de O Rei Pelé está ligada a la Copa del Mundo. El único futbolista que ha conseguido levantar tres veces el trofeo. Una gesta surgida de una promesa, la de un hijo que veía cómo su padre lloraba desconsolado por la derrota de Brasil ante Uruguay en la final de Maracaná en 1950. “Le dije: no llores papá, voy a ganar el Mundial para ti”, auguró el niño de apenas 10 años. Antes de alcanzar la mayoría de edad, cumplió su juramento en Suecia 1958 en el amanecer de una de las mejores generaciones de todos los tiempos. Garrincha, Zagallo, o Vavá fueron algunos de los históricos que trajeron la primera alegría a Brasil. Más tarde les sustituyeron otras leyendas como Jairzinho (el único jugador que ha marcado en todos los partidos de un Mundial) o Rivelino (el primer ídolo de Maradona). Pero el 10 siempre fue el eje vertebrador de la Canarinha, que pasó de no tener ningún Mundial a ser la selección más laureada del planeta en 12 años.
El 19 de julio de 1958, Pelé firmó su primer gol en un Mundial ante Gales en los cuartos de final con 17 años y 239 días. Ese gol, además de dar la victoria a Brasil, le convirtió en el futbolista más joven en anotar en una Copa del Mundo, récord aún vigente. Ningún otro menor de edad ha vuelto a marcar un gol en un Mundial. El que más se le ha acercado en este tiempo ha sido el español Gavi, que en Qatar marcó con 18 años y 110 días ante Costa Rica, el gol más joven desde el de O Rei.
Aquel gol fue solo el comienzo de la leyenda de Pelé. Al partido siguiente, en las semifinales ante Francia, anotó un hat trick, y en la final contra Suecia, otros dos goles, uno de ellos, una obra de arte tras un sombrerito a un defensa sueco en el área. Seis goles en su primer Mundial antes de cumplir los 18. Al final de su carrera sumaría 12, el quinto jugador con más anotaciones en Copas del Mundo. Las cifras totales de la carrera de Pelé ascienden a 1.281 goles en 1.363 partidos según IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol), teniendo en cuenta los encuentros oficiales y los amistosos o de exhibición.
En el Mundial de Chile 1962 y en Inglaterra 1966, el protagonismo de Pelé menguó respecto al torneo en el que debutó. En 1962 se lesionó en los primeros partidos y fue su compañero, Mane Garrincha, el que lideró a Brasil hasta el segundo título seguido. En 1966 se toparon con Eusebio, la mayor leyenda del fútbol portugués hasta la llegada de Cristiano Ronaldo. La Pantera eclipsó al 10 carioca y eliminó a la Canarinha en la fase de grupos, la primera y única vez que ha ocurrido en la historia. Lejos de enemistarse, Pelé y Eusebio se hicieron amigos.
Aquel fue el primer partido que perdió Pelé en un Mundial. Y terminó siendo el único. En 1970, tras retirarse temporalmente de la selección, regresó para formar un equipo de leyenda y levantar una de las mejores Copas del Mundo de la historia en México. En esta ocasión, el 10 fue el mayor reflejo de lo que significa ser un futbolista total, capaz de marcar, asistir, organizar el juego y recuperar balones. Sumó cuatro goles en seis partidos, que no fueron más por muy poco. Sus dos “no goles” más icónicos fueron en aquel torneo, con la sentada al portero de Checoslovaquia y el posterior disparo que se paseó por la línea, y la parada del inglés Gordon Banks a un cabezazo de O Rei. Sin embargo, de sus botas no pararon de salir goles, y se proclamó como el máximo asistente del torneo, consiguiendo la cifra más alta de pases de gol de la historia de los Mundiales.
Pelé surgió como un goleador imparable, que hacía cosas que no se habían visto antes. Pero como los genios, fue madurando, y acabó siendo un director de orquesta a la altura de los mejores organizadores de juego de la historia del fútbol. Del vértigo a la pausa, el cuarto gol en la final de 1970 ante Italia ilustra por qué Brasil se convirtió en la gran dominadora de aquellos años y como el Rei fue el pilar sobre el que se erigió la leyenda verdeamarela.
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