Augusto Fernández se proclama campeón del mundo de Moto2
El mallorquín confirma el gran momento de la cantera de la isla en la cúspide de las dos ruedas y el año que viene compartirá parrilla con Joan Mir en MotoGP
Augusto Fernández Guerra (Madrid, 1997), se ha proclamado este domingo como el nuevo campeón de Moto2. En el GP de Valencia, un error de su rival por el título, Ai Ogura, certificó su campeonato en la curva 8 de la octava vuelta. El japonés de Honda apretó demasiado los frenos y estrelló sus opciones de la forma más cruel después de dar mucha cera en los compases iniciales. “79 KO”, le marcaban en el muro y en la pantallita electrónica de la moto. A pesar de la montaña rusa emocional, el mallorquín supo mantener la cabeza en su sitio para terminar segundo en una prueba que ganó su compañero Pedro Acosta, mejor novato de la temporada en la categoría intermedia. “No tengo palabras para describir lo que siento. Quiero dar las gracias a todas las personas que me han apoyado hasta llegar aquí. Todavía debo asimilarlo”, declaraba Fernández tras llegar al parque cerrado.
El nuevo campeón, que desde bien pequeño reside en Mallorca, se une a la lista de célebres campeones de las islas, que este mismo año han disfrutado también de la coronación en Moto3 de Izan Guevara. Como el chaval del Aspar y como Joan Mir, desde el próximo martes nuevo piloto de Honda, Fernández sale del notable elenco de deportistas formados en el centro de tecnificación deportiva de las Islas Baleares (CTEIB). Allí, la Federación Balear de Motociclismo tiene reservadas nueve plazas entre el total de 250 alumnos de distintas disciplinas. “Las dificultades nos hacen más creativos. Es más difícil viajar, moverse. Aquí a esto le llamamos, en broma, el efecto ensaimada, pero siendo justos tiene más relación con las barreras a superar debido a la insularidad”, explica Rafa Cañellas, presidente del organismo. Y añade Mir: “Están saliendo grandes pilotos teniendo un circuitito allí. A ver si nos encontramos pronto los tres”.
Fernández tiene 25 años, pero es todo un veterano de las carreras en la categoría. El éxito definitivo le llega después de seis temporadas remando en la clase intermedia, donde se ha fraguado un camino alternativo hasta MotoGP. El año que viene, y habiéndose quitado el gusanillo del título, debutará junto a los mejores a lomos de una GASGAS, la marca española que irrumpe en la parrilla bajo el cobijo de KTM, la fábrica con la que el enésimo talento balear se ha proclamado número uno.
Una moto de motocross para Reyes
El piloto, criado en Pina, un pueblo de 600 habitantes, ha alcanzado la gloria tras seguir una trayectoria diferente a la de la mayoría de grandes campeones. “Fue una mezcla entre lo económico y lo físico”, recuerda el padre, su principal figura de apoyo en los circuitos. Su hijo se formó en un parking bajo la tutela de Chico Lorenzo, padre del tres veces campeón del mundo Jorge Lorenzo, con quien estuvo desde los 6 hasta los 12 años. No le conocían y fue casualidad –vieron un cartel publicitario– que terminara en su escuela. Durante esa fase formativa compartió andaduras con su hermano pequeño Alejandro, que durante años compartió con él la primera moto de motocross que les trajeron los Reyes Magos. Una vez superada la fase formativa, David Salom, primo del añorado Luis y subcampeón de la categoría Supersport de Superbikes, le consiguió una invitación para probar en Magny-Cours, con 13 años, su primera moto grande. Ya le quedaban chiquitas las de pequeña cilindrada y su vuelta rápida en carrera y séptima posición con una Kawasaki 250cc le abrieron las puertas del certamen. “Al no poder entrar en Moto3, era la mejor opción para competir y probarse en circuitos mundialistas, ya que en Mallorca no teníamos nada”, rememora su padre. Al año, su hijo se había proclamado Campeón de Europa Júnior de la categoría.
A partir de allí se tuvo que espabilar, aprovechando los golpes de suerte y superando los momentos malos que le deparó su camino hacia el éxito. Dos sucesos aislados en años consecutivos le dieron la oportunidad de probarse en el Mundial de Moto2 en 2017 y 2018. Primero apostaron por él en Speed Up. A pesar de su buen rendimiento se quedó sin hueco en parrilla. Al curso siguiente, Sito Pons pensó en él cuando Héctor Barberá dio positivo en un control de alcoholemia y fue apartado del equipo. En 2019, después de lograr tres victorias y cinco podios en su primer curso completo, se consolidó en la categoría con una meritoria quinta plaza.
Las lesiones y la covid-19 le apartaron del radar en 2020, pero cuando sustituyó a Álex Márquez en el Marc VDS recuperó su mejor versión. En su primer año con el equipo convenció a los pesos pesados en Austria para que le subieran a MotoGP.
En casa, donde ha pasado una última semana con algo de nervios, a Augusto le gusta ir a pedalear por toda la isla. Con su fisio y amigo, el expiloto de Trial Marc Horrach, les encanta subir al santuario de Lluc, un precioso enclave de la Serra de Tramuntana. “Nos picamos un poco entre nosotros, lo típico vaya. Nos gusta ir allí y paramos un momento para tomar un café y una tostada”, explica su preparador. De Fernández todos destacan su capacidad para gestionar muy bien la presión, también la facilidad con la que se adapta a los cambios de metodología y personal en el garaje. Su madre, profesora de yoga, también le ha enseñado precisamente a canalizar las emociones. Con cierto carisma y dado a las bromas, planea continuar viviendo en su tierra y cerca de su grupo de amigos del cole en Sencelles. Allí, este domingo, alrededor de 500 personas se reunieron en el polideportivo municipal para ver triunfar a su paisano en Valencia. Otras 30, miembros de su club de fans, celebraron el alirón desde las gradas y le recibieron con dos gazapos sobre la pista. Al chaval le conocen como el conejo de Sencelles, ya que de pequeño dormía agarrado a uno de peluche.
Nueve podios y cuatro victorias después, y con sustos como la caída que le situó a remolque de Ogura en Australia, Augusto puede celebrar que cumplirá su sueño, llegar a MotoGP, siendo campeón del mundo: “Es lo que queremos todos los que nos metemos en este lío desde niños”. Junto a su familia, que le acompañó para la ocasión, derramó lágrimas de alegría tras tantos sacrificios.
Póker inédito de Izan Guevara
El otro campeón mallorquín del curso logró un hito inédito en Moto3 al ganar en Valencia y completar el póquer de victorias en las carreras españolas del Mundial, su quinta de la temporada. Despidió por todo lo alto su gran año el piloto de 18 años, que fue más pillo que el turco Deniz Öncü. Después de que su rival le adelantara con un movimiento agresivo en la vuelta definitiva, Guevara mantuvo la cabeza fría y calculó una trayectoria abierta en la última curva para salir disparado hacia el triunfo. Por detrás, Sergio García-Dols, su compañero en Aspar, finalizó tercero y culminó el gran año de su equipo certificando el subcampeonato del mundo.
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