Un emprendedor en la portería de la SD Huesca
Tiempo atrás, el guardameta Andrés Fernández compaginó el fútbol y la ingeniería informática. Ahora ha retomado su otra pasión convirtiéndose en socio de una empresa puntera en inteligencia artificial
El sueño de convertirse en futbolista obligó a Andrés Fernández a renunciar a su otra vocación, el universo de la tecnología. A los 19 años dejó la Escuela Técnica Superior de Ingeniería para marcharse a Palma y probar suerte en el filial del RCD Mallorca de Segunda B. Le fue bien. Dos temporadas después ya se había hecho un hueco en la élite, donde va camino de sumar 200 partidos, pero también se había quedado sin tiempo para retomar la universidad. Para seguir alimentando la curiosidad de ese niño que creció montando ordenadores en el salón de casa, no le quedó más remedio que apuntarse a cursos de programación y cargar con pesados manuales técnicos antes de enfrentarse a Messi y a Cristiano Ronaldo. Hasta que un día dio un paso más allá. Como no podía dedicarse de lleno a pensar y crear innovaciones decidió que ayudaría a otros que sí pudieran, primero como inversor de startups y luego como fundador de Biyectiva, una empresa puntera en inteligencia artificial.
El guardameta murciano de 33 años que defiende este curso los colores de la SD Huesca en LaLiga Santander se lanzó a la aventura de emprender en 2018, cuando aún jugaba en el Villarreal CF. Felipe Segura y Rubén Martínez, dos ingenieros de 29 y 33 años, se enteraron de que en su tierra había un tal Andrés, una especie mecenas del que nunca habían oído hablar, y fueron a verle a su casa para contarle sus proyectos. Como suele ocurrir en los veranos, el flechazo fue inmediato. En un par de meses los tres se hicieron socios y el futbolista sacó a sus nuevos compañeros de la habitación de un piso compartido que hacía las veces de laboratorio de ideas para montar una espaciosa oficina en Cartagena. “Él nos dijo: ‘vosotros sois los genios’ y nos dio toda la confianza”, explica Segura, uno de los fundadores de Biyectiva.
Pese al imprevisto de la pandemia, la compañía, que cuenta con diez empleados, sigue viento en popa. Sus soluciones basadas en técnicas de aprendizaje automático se aplican en clientes tan diversos como el Grupo Martinavarro, uno de los principales productores de cítricos de Europa, o la clínica deportiva Ripoll y De Prado, que ha tratado a estrellas como Pau Gasol o Xabi Alonso. También han patentado una serie de herramientas entre las que se encuentra un sistema que procesa facturas y formularios reduciendo el trabajo de un contable durante horas a un procedimiento de apenas un minuto.
En su tiempo libre, Fernández sigue aplicando los principios que aprendió de su familia. “En casa, antes de ponernos a jugar nos obligaban a aprender. Mi padre es el que trajo los primeros ordenadores y nos estimulaba para hacer todo tipo de actividades que nos abrían la mente”, explica por teléfono. Por eso, cuando la competición se lo permite, y sin saltarse las pautas de alimentación y descanso, prefiere sentarse en una mesa a resolver asuntos antes que ver series o salir a tomar un café. Lo hace de cuatro a ocho de la tarde y junto con sus socios por videoconferencia al menos una vez a la semana. “Ellos son los que llevan el día a día, pero hacemos un repaso a la situación general y los temas a abordar”.
Frente a la pantalla del ordenador, el portero pasa de ser la estrella, el famoso, a un colega de trabajo. “De fútbol no sabemos mucho, ni nos enteramos si le meten muchos goles”, comenta entre risas Segura, ingeniero industrial de formación. “Su papel fue clave porque tuvo la clarividencia de ver algo que nosotros ni siquiera veíamos. A la hora de motivarnos y darnos un punto de vista externo es un crack. Además, su papel de representación es clave porque está en las redes de contactos. Rara es la semana que no nos presenta a alguien”, añade.
Dentro del vestuario, los compañeros del jugador, que también ha pasado por las filas del CA Osasuna o el Granada CF, han sacado provecho de su condición de experto tecnológico. Algunos para interesarse por cuán provechosas resultan las inversiones en el sector de la innovación y otros, la mayoría, para resolver pequeños percances y dudas de la vida cotidiana. “Antes de ir a comprar suelen preguntarme, pero sobre todo me venían a preguntar cuando el Mac les pedía una actualización y no sabían qué hacer”.
El cancerbero que antes de jugar al fútbol empezó practicando atletismo siempre ha procurado tener otras ocupaciones y compromisos más allá de vestirse de corto el fin de semana. Prueba de ello es su afición a la lectura, que va de novelas a biografías de empresarios como el director ejecutivo de Disney, Robert Iger, y su adhesión al proyecto Common Goal, en el que se convirtió en el primer profesional del fútbol español en donar el 1% de su sueldo a causas solidarias.
Tras debutar en LaLiga Santander en 2007, Fernández sigue teniendo igual de claro que no se va a dejar absorber por “la burbuja” del fútbol. “Esto se acaba muy pronto y hay mucho mundo por explorar”.