“No todos saben que yo soy Francisco, a secas”
López Alfaro, centrocampista histórico del Sevilla FC, recibe el Dorsal de Leyenda, máximo galardón con el que el club premia a sus exfutbolistas. El área de Historia del conjunto andaluz, pionera en España, se encarga de proteger el legado de la fe sevillista a lo largo del tiempo
Francisco. Pocos niños y jóvenes de Sevilla y de toda España han conocido a algún futbolista de élite que portara ese nombre a secas. Francisco López Alfaro fue “solo Francisco” durante sus 16 años de futbolista, una carrera que arrancó en 1981 en el Sevilla FC y que tres años después le llevaría a jugar con la Selección la final de la Eurocopa contra Francia: Arconada, Camacho, Señor, Santillana… y “solo Francisco”. El jugador más internacional de Nervión (20 partidos con España) tras Jesús Navas (35) acaba de entrar en el exclusivo club de los elegidos por la historia sevillista. Es ya Dorsal de Leyenda, la máxima distinción que el club otorga a sus exfutbolistas para premiar su trayectoria en la institución.
“Tengo 57 años, me fui del Sevilla en 1990, hace 30, y todavía hay personas, incluso béticos, que me ven en la calle y me felicitan. Fui una referencia para muchos en un momento determinado”, dice el excentrocampista sevillista, que jugó 302 encuentros con la camiseta blanquirroja. Antes de continuar, insiste: “Nadie me ha dicho López Alfaro en la vida. Yo soy Francisco. Y Francisco es del Sevilla”. Del Sevilla, como Pablo Blanco o Antonio Álvarez, glorias que también son Dorsales de Leyenda.
El premio fue creado en 2009 y lo han recibido solo 12 jugadores (ver gráfico). Todos ellos jugaron más de 300 partidos con el primer equipo y defendieron al menos una vez la camiseta de la Selección Española mientras pertenecían al Sevilla. “Es un premio del club a la fidelidad”, analiza Blanco, mito sevillista que, con 415 partidos oficiales entre 1971 y 1984, es el segundo que más veces ha vestido la camiseta de Nervión. “Va dirigido al pasado, al presente y al futuro”, afirma.
Blanco y Francisco coinciden en que el premio es importante para que las generaciones jóvenes, aquellas que se enamoraron del club con “el boom del Sevilla” del siglo XXI, conozcan el legado y el sentimiento de tantos años de historia. El club ha decidido protegerla y potenciarla a través de un departamento específico, el área de Historia, creada en 2011 y liderada por el antropólogo sevillista Carlos Romero. “No hay nada mejor que la historia para subrayar el sentido de pertenencia a un club”, afirma.
El equipo de Romero está formado por dos empleados del club y siete colaboradores, entre los que se encuentran historiadores, abogados, economistas o docentes. Gracias a su incansable labor, buceando por las hemerotecas digitales de pequeñas, medianas y grandes bibliotecas de todo el mundo, dieron, entre otras cosas, con la verdadera fecha de fundación del club, que era en 1890 y no 1905, como creían. “Encontramos el acta en la British Library, en un periódico llamado Dundee Courier and Argus”, cuenta Romero. También averiguaron quién había sido el primer presidente del club, el vicecónsul británico Edward Farquharson Johnston, gracias a una entrevista del periódico Otago Witness, de la ciudad de Dunedin en Nueva Zelanda. El esfuerzo, para Romero, tiene un destinatario: “¡Los más jóvenes tienen que conocer una historia de 130 años!”.
El presidente del club, José Castro, se involucra en la elección de cada Dorsal de Leyenda. “No os podéis imaginar los debates internos que suscita”, confiesa. Además de intentar acercar la historia del club a los más jóvenes, el reconocimiento de los dorsales de leyenda es también un guiño a los más mayores. “Para que vean que aquel Sevilla que vivieron y defendieron desde las gradas jamás caerá en el olvido”, asegura Castro. “Era nuestra responsabilidad que todos supieran quiénes eran Juan Arza, José María Busto o Marcelo Campanal. Estamos hablando de jugadores imprescindibles en el siglo XX: nuestro único Pichichi, nuestro portero campeón liguero en 1946 y, probablemente, el mejor central de nuestra historia, respectivamente”, repasa el presidente Castro.
Francisco dice que su recuerdo más bonito fue el día de su debut en la máxima categoría, “el 13 de diciembre de 1981”, ante el Real Zaragoza en La Romareda. El partido acabó 1-4, con cuatro goles del brasileño Pintinho y uno, el del local, de Valdano. “Fue un partido que no podré olvidar en mi vida”, cuenta el nuevo Dorsal de Leyenda del club. Francisco se hizo entrenador tras retirarse de los campos en 1997. Desde 2010 trabaja con la cantera de Nervión, volcado sobre todo en la mejora de las aptitudes de los centrocampistas e intentando trasladar su pasión por el equipo desde su humildad como Francisco y desde su peso como leyenda.