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Columna
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Aston Villa, un histórico de incógnito

Todos hablan de United, City, Liverpool, Chelsea... pero por edad y palmarés los Villanos tienen un lugar entre los grandes

Grealish, a la izquierda, ante Klich, del Leeds.
Grealish, a la izquierda, ante Klich, del Leeds.LAURENCE GRIFFITHS (Reuters)

No mucha gente sabe que Birmingham es la ciudad más poblada del Reino Unido después de Londres. Al pensar en grandes urbes británicas la gente suele mencionar Manchester, o Edimburgo, o Liverpool. Y, sin embargo, Birmingham no solo tiene muchos más habitantes sino que también tiene su qué. Por ejemplo, es la ciudad con la población más joven de Europa, fue cuna del tenis antes de que ese título lo copara Wimbledon, y tiene más parques que París y más canales que Venecia.

Lo de los canales tiene su importancia porque, situada en el centro de Inglaterra, Birmingham se convirtió gracias a ellos en un gran polo de actividad económica e industrial en el siglo XIX. Aún hoy sigue siendo considerada la gran ciudad manufacturera del Reino Unido y la capital británica del sector del automóvil. Pero lo que la gente suele recordar es que Mánchester se hizo rica con el textil, Edimburgo celebra cada año un magno festival de teatro y que Liverpool alumbró a los Beatles y, ¡ay!, creció a la sombra de la siniestra industria del esclavismo. De Birmingham, sin embargo, nadie dice nada. Ni siquiera suele aparecer en las noticias.

Lo mismo ocurre con el fútbol. La gente sabe del United y el City, del Liverpool, del Chelsea, del Arsenal. Hasta del Tottenham. Pero solo los aficionados realmente fetén saben que el Aston Villa es de Birmingham y que, en realidad, es un histórico del fútbol inglés por edad y por palmarés.

Por edad no solo porque se fundó en 1874 sino porque fue el motor de la creación de la liga inglesa en 1888, una iniciativa del entonces director del Aston Villa, William McGregor. En su primera edición participaron 12 equipos, pero ninguno de los ahora grandes mencionados en el párrafo anterior.

Por palmarés porque, aunque es corto y muy apolillado (el Villa ha ganado siete ligas: cinco en el siglo XIX, otra en 1910 y la última en 1981, y su última Copa de Inglaterra fue en 1957), contiene una joya que ha caído injustamente en el olvido: ganó la Copa de Europa en 1982 en la primera de sus dos participaciones. Pero ni siquiera de eso puede presumir más de la cuenta porque el Nottingham Forest lo ha hecho aún mejor: ha ganado dos Copas de Europa (1979 y 1980) en tan solo tres participaciones y 10 partidos. Eran los años dorados del fútbol inglés, que ganó seis Copas de Europa consecutivas (las otras tres son del Liverpool) entre 1977 y 1982.

Los hinchas del Villa (les llaman los Villanos, pero no por bellacos. Villains en inglés, sino villans, por una gran mansión que había en Aston) están acostumbrados a sufrir. Han bajado a Segunda varias veces, la última en 2016. Regresaron a la Premier al ganar la promoción en 2019. La del año pasado fue una temporada difícil: evitaron el descenso con un empate en la última jornada con una plantilla en la que había 18 jugadores nuevos traídos por el que fue su director deportivo durante dos años, el valenciano Jesús García Pitarch (le despidieron en julio pasado).

Este año, el Aston Villa ha rejuvenecido casi un siglo: sus cuatro victorias en los primeros cuatro partidos han sido su mejor arranque desde 1930. El viernes tenían la gran oportunidad de soñar con el Olimpo: una victoria ante el Leeds United les hubiera convertido en líderes por primera vez desde el 27 de octubre de 2001. Pero el Villa volvió a ser el equipo anodino de los últimos 40 años. El Leeds del Loco Bielsa les pasó por encima en Villa Park con un triplete de Patrick Bamford (0-3) en la segunda parte. Lo más que consiguió su publicitada gran estrella actual, Jack Grealish, fue una tarjeta amarilla por protestar. A Grealish le han comparado con Iniesta pero más bien recuerda a David Beckham. Por el peinado, claro.

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