Duplicar el estadio en dos meses. La carrera de un modesto para jugar en la élite
No basta con los méritos deportivos para los equipos de Segunda B que ascienden a LaLiga 1|2|3. Además deben cumplir requisitos de infraestructura, de organigrama y económicos
Minuto 96 y medio. El Rayo Majadahonda anota ante el Cartagena el gol que le supone su ascenso a LaLiga 1|2|3. El primero de su historia. Su presidente, Enrique Vedia, celebró ese instante, claro, aunque ahora que ha pasado un año recuerda cómo a los diez segundos de aquel histórico tanto la alegría se tornó en preocupación: “Me quedo sin vacaciones”, pensó. Jugar en la división de plata, la sexta mejor competición futbolística mundial, emitida en 160 países, incrementa la visibilidad y las posibilidades de crecimiento de cualquier equipo. Pero también obliga a una transformación radical para cumplir con todos los requisitos que exige el estar entre los 42 mejores. Es la situación que ahora afronta el Fuenlabrada CF, otro equipo de Madrid novato en la categoría.
Desde que se confirmó el ascenso de los fuenlabreños la agenda de su presidente, Jonathan Praena, aparece copada de citas desde las nueve de la mañana hasta medianoche. “El trabajo es ingente y el plazo exiguo, pero haremos lo imposible por llegar a poder debutar en nuestro estadio ya arreglado el 18 de agosto, en la primera jornada de la próxima campaña. Porque para esto llevamos preparándonos tres años”, manifiesta con determinación. Y es que el salto de la Segunda División B a LaLiga 1|2|3 es un abismo no solo en lo deportivo; implica una completa reestructuración del club y comporta mejoras obligatorias en las infraestructuras.
“El mérito deportivo no es suficiente para ascender”, explica Raúl Ojeda, responsable de Competiciones de LaLiga. Desde el mes de abril Ojeda mantiene reuniones con equipos para irles mentalizando de todos los requisitos ineludibles que deben cumplir en caso de ascenso. Necesitan, por ejemplo, adaptar el estadio para las retransmisiones televisivas (habilitar posiciones de cámara, instalar una iluminación potente y garantizar el flujo de energía eléctrica, salas de prensa y cabinas de televisión, una zona mixta y para las entrevistas postpartido, controlar que la publicidad sea monocroma...) y también efectuar reformas para dar cabida a otras instalaciones imprescindibles para el desarrollo del juego o para el cumplimiento de la normativa de seguridad, tales como las cabinas del VAR, las salas antidopaje, los sistemas de Mediacoach (cámaras para el almacenamiento de big data y su videoanálisis) o zonas para afición visitante delimitadas y unos accesos controlados. Además, se insta a los equipos a invertir en personal para la gestión de las distintas áreas (deportiva, comunicación, legal...) e incluso a acometer el proceso de transformación en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) aquellos que suban constituidos como club.
“Los equipos modestos de Segunda B pueden alcanzar presupuestos de en torno a un millón de euros y, sin embargo, nos topamos con frecuencia con que están gestionados por una o dos personas que se encargan de todo”, explica Ojeda. “En LaLiga 1|2|3 las magnitudes se multiplican y ese modo de administración es inviable en estos momentos”, sentencia.
“Nuestro primer problema en nuestro campo, el Cerro del Espino, fue la iluminación”, cuenta Vedia. “Para que pudiera televisarse un encuentro en óptimas condiciones necesitamos una potencia varias veces superior a la que teníamos”. Las cuatro torres con faros led (LaLiga les aconsejó esta variedad por ser menos contaminante) de 30 metros de altura supusieron para las arcas del Rayo Majadahonda un desembolso de casi un millón de euros. Luego vino la reforma del estadio: derribar la cubierta de lona que se interponía en el tiro de cámara, habilitar una grada visitante separada de la local (con accesos y servicios independientes), vestuarios adaptados y con una sala antidopaje reglamentaria, una zona mixta y de prensa para las entrevistas postpartido… “Comenzó la competición y no estábamos listos. Si no nos hubiera echado una mano el Atlético de Madrid prestándonos sus instalaciones [el Rayo jugó los primeros siete partidos como local en el Wanda Metropolitano] nos habríamos quedado fuera y tal vez habría sido el Cartagena el que hubiera disputado la categoría”, advierte Vedia.
El estadio del Fuenlabrada, de titularidad municipal y bautizado Fernando Torres en honor al fuenlabreño más famoso, cuenta en la actualidad con una tribuna y una grada supletoria, que suman unos 2.800 asientos. En tiempo récord debe ejecutar mejoras importantes para alcanzar, al menos, la capacidad mínima para poder tomar parte en LaLiga 1|2|3, 6.000 espectadores. Las obras comenzarán de inmediato, tras varias reuniones entre el club, LaLiga y el consistorio.
Ahora poseen unos 1.800 abonados pero esperan que la próxima temporada todo el aforo lo copen socios con carnet. Porque, como explica el presidente Praena, Fuenlabrada es un municipio joven cuya población, de 217.000 habitantes, apuesta por el deporte como seña de identidad. “Somos una de las nueve ciudades españolas con equipos de élite en baloncesto y fútbol, y todas las demás tienen al menos medio millón de habitantes”, reseña con orgullo Praena, que indica que la intención es construir un proyecto para mantener la categoría y crecer paulatinamente mirándose en el espejo de clubes como Getafe CF o CD Leganés. “Si ellos pudieron… Siempre tuvimos este objetivo en mente, por eso en nuestro organigrama, adelantándonos a las recomendaciones de LaLiga 1|2|3, ya contábamos con un director de comunicación, uno deportivo, con asesoría legal y, en cuestiones como el cuidado del césped del terreno de juego, con tratos con las empresas que sirven a la mayoría de los mejores clubes españoles. Y por eso ahora solo tendremos que reforzarnos con más manos”, indica Praena.
El Rayo Majadahonda se vio ante alguna dificultad más y de mayor envergadura. Tuvo de hecho que transformarse en sociedad anónima deportiva (SAD), tal como obliga la Ley del Deporte para los que disputan competiciones profesionales en aras de una mayor transparencia jurídica y económica, ley que sin embargo permite una exención de un año desde la inscripción. Su reconversión concluirá el 30 de junio. El Rayo Majadahonda, que como club partía con 180 socios (“cabían en una furgoneta”, describe Vedia), pudo reunir la cantidad que el Consejo Superior de Deportes (CSD) fijó como capital social necesario para conformar la SAD: 3.272.400.
Para inscribirse en LaLiga 1|2|3, además de los méritos deportivos, los equipos han de reunir un valor contable de un millón de euros por temporada. Pueden, de entrada, abonar la mitad, y que LaLiga les conceda facilidades “mediante pignoración de derechos audiovisuales presentes y futuros”, explica Ojeda. Esto es: que los ingresos por las retransmisiones de sus partidos sirvan de garantía del pago. El Rayo sin embargo depositó el millón. “Ahora que ha acabado el campeonato y hemos perdido la categoría, LaLiga nos devolverá la fianza y una ayuda al descenso, lo que nos permitirá que, esta próxima temporada, tengamos más recursos de los habituales en la Segunda División B, de ahí nuestra intención de volver a disputar el ascenso”, afirma Vedia.
Tampoco en lo que atañe a los jugadores y lo futbolístico hay parangón. Cuenta Miguel Melgar, director deportivo del Fuenlabrada, que en los últimos ocho días ha recibido más ofrecimientos de jugadores que en los tres años anteriores juntos. Antes solía llamar cada verano a los equipos de LaLiga Santander para rogar que se enfrentaran contra ellos en partidos amistosos para darle notoriedad al club y para tratar posibles cesiones de futbolistas. Ahora que han ascendido a LaLiga 1|2|3, ya hay seis clubes de la máxima categoría que se han reunido con él.
Melgar fue durante 17 temporadas futbolista profesional, militando en las filas de equipos como Rayo Vallecano, Córdoba CF, Albacete BP, CD Leganés o AD Alcorcón. “Esta segunda categoría de ahora es mejor que la Primera División de mi época: yo jugué en campos cuyo pésimo estado era un peligro para nuestra salud, estuve en vestuarios repletos de cristales rotos. LaLiga 1|2|3 de ahora es otro mundo, se juega en unas condiciones y con unas garantías que no tienen nada que envidiarle a la máxima categoría”.