La selección china para el Mundial de 2026 se forja en un pueblo de Madrid
Los jóvenes futbolistas del sub-15 chino se entrenan durante 10 meses en Algete con el objetivo de clasificarse a la Copa Asia de su categoría, pero muchos de ellos sueñan ya con la Copa del Mundo de Estados Unidos
“Se puede. Se puede”. He Xiaoke tiene 15 años y los objetivos bien claros. He es el delantero centro y máximo goleador de la selección sub-15 china que desde hace siete meses está concentrada en una residencia ubicada en Algete, un pueblecito a 20 kilómetros de Madrid. La meta inmediata de esta preparación es clasificar a China para la Copa de Asia que se disputará en Singapur en 2020. Pero cuando He dice que “se puede” se refiere a una aspiración a más largo plazo: el Mundial de Estados Unidos 2026. El futuro del fútbol chino seguirá forjándose al menos durante tres meses más en España gracias a un proyecto de LaLiga con la Asociación China de Fútbol (CFA). En esa base de entrenamiento, con tres campos de fútbol, una treintena de chavales duermen, desayunan, entrenan en doble turno, almuerzan, cenan, leen, se educan y compiten. Y sueñan.
He nació en Pekín y a los diez años se separó por primera vez de sus padres para instalarse en la academia del Shandong Luneng Taishan, cuyo primer equipo finalizó tercero en la última temporada en la Superliga china. Sus padres se mudaron a un piso al lado de la academia del Shandong para poder estar cerca de él. Ahora está a miles de kilómetros de casa, pero decidido a aprender de los mejores. “La idea de las familias en China es que la educación es más importante que el fútbol. Muchos jugadores abandonan el fútbol por el colegio, pero ya en las categorías inferiores hay que ser capaz de tomar una decisión, para entrenarte, para mejorar y para ofrecer el 100% todos los días”, afirma el joven, que quiere ser Balón de Oro. En el entrenamiento es uno de los más hábiles tocando el balón.
En Madrid, gracias a la alianza de la CFA con LaLiga, He puede compaginar los estudios con el entrenamiento. “La vida aquí es casi igual que en China. Lo que echo de menos es la comida. Tuve que acostumbrarme a nuevos sabores”, dice. En sus ratos libres, sigue siendo un chico más: guitarra, música y lectura. Aún no sabe hablar español, pero está empezando a aprenderlo.
En el primer equipo del Shandong juegan una mayoría de futbolistas chinos, pero también el belga Marouane Fellaini o el italiano Graziano Pellé. Su ídolo es Wu Lei, el primer jugador chino en marcar un gol en la historia de LaLiga, fichado este invierno por el RCD Espanyol. Tal vez puedan compartir plantilla algún día.
En 2015, el Gobierno chino lanzó una serie de medidas para relanzar la práctica del fútbol, impulsarlo en los colegios y forjar más estrellas locales. “El proyecto de Madrid combina ambas”, explica Sergi Torrents, director de LaLiga en China. “Hace 10 años había, a lo mejor, menos de 10.000 fichas federativas. Hoy hay más de siete millones y todavía no son muchas. Eso demuestra dónde estamos y cómo ha ido creciendo el interés por la práctica del fútbol”, apunta Torrents, que llegó a LaLiga en 2014 después de haber pasado 10 años en China trabajando en una agencia que abría mercados, para clubes de fútbol, deportes de motor o baloncesto.
Como el goleador He, el portero del sub-15 chino, Li Hao, está acostumbrado a vivir en una academia. A los ocho años se mudó a la del Guangzhou Evergrande, uno de los clubes más grandes de China. Cuatro años más tarde fue uno de los jóvenes talentos que llegaron al Atlético de Madrid por la alianza con el grupo Wanda. Su modelo a seguir es, claro, Jan Oblak, con quien pudo hablar una vez en el club. “Mi sueño es jugar en LaLiga y ser el portero de China en Estados Unidos 2026”, dice Li, en un español básico. En el programa coordinado por LaLiga está adquiriendo aptitudes para hacerlo realidad. “He mejorado mucho en la concentración y eso me permite tomar decisiones más tranquilo”, apunta el joven, a quien también le gusta jugar al baloncesto. “No extraño nada de China”, confiesa Li. En Madrid, el sub-15 chino entrena con un grupo de técnicos españoles y juega partidos amistosos una o dos veces por semana.
La de Madrid es la segunda base permanente de entrenamiento que la CFA tiene en Europa (la otra está en República Checa) y es uno de los centros de la estrategia de internacionalización del fútbol chino. “Queremos que sirva también para otros equipos. De hecho han estado también los sub-18 y las sub-15”, apunta Fernando Iturbe, un gestor deportivo con experiencia en China a cargo del proyecto. Las jóvenes visitaron las instalaciones para entrenar y competir contra equipos españoles y disputaron el partido de inauguración de la base contra el Rayo Vallecano. Los juveniles se instalaron allí en dos etapas, en noviembre del año pasado y en marzo.
En la base los jóvenes tienen todas las comodidades: piscina, gimnasio, biblioteca… Y el pasado 11 de junio LaLiga y la CFA inauguraron el tercer campo de fútbol con la presencia del presidente de LaLiga, Javier Tebas, y su homólogo de la CFA, Du Zhaocai. La alianza seguirá creciendo. Zhang Le, gerente general de LaLiga en China, apunta sobre este desarrollo: “En los últimos años CFA ha comenzado a impulsar una estrategia para el fútbol base muy importante. Para LaLiga es clave haber creado este centro de alto rendimiento junto con CFA y estamos comprometidos con ese camino para el fútbol chino”.
Los proyectos de LaLiga con la CFA acompañan la voluntad de esta última de impulsar el desarrollo del fútbol base en el país. Desde 2017, para lograrlo, solo puede haber tres extranjeros en las plantillas de los equipos profesionales y sobre los fichajes pesa un impuesto del 100%. Lo recaudado se destina a “la formación de futbolistas jóvenes, la promoción de este deporte y las actividades benéficas a través del fútbol”, según un comunicado de la CFA. Además, el ente que rige el fútbol chino obliga a los equipos a alinear al menos un jugador menor de 23 años por partido.
El centro de alto rendimiento de Madrid es una piedra más del plan de formación que LaLiga tiene con el fútbol chino. Hasta ese país, además, han llegado 200 entrenadores españoles para capacitar a sus técnicos y convertirlo en un competidor real. También se han realizado intercambios entre directores de cantera de clubes españoles y de la CFA o de equipos chinos.
Óscar Mayo, director de Marketing y Desarrollo Internacional de LaLiga, resalta: “Una alianza no consiste en buscar solamente ingresos económicos. El centro de entrenamiento en Madrid marca una voluntad de crecer a medio y largo plazo, sobre todo en el fútbol base”. Mayo es consciente del éxito con el que se desarrolla la relación entre el fútbol español y China: “Las visitas de hace seis o siete años sentaron una base, pero eran diferentes. Ahora todos se quieren reunir con nosotros: los presidentes de las mejores compañías, de los mejore clubes. Todos nos esperan”. Mayo y Torrents, la cara de LaLiga en China, repiten una máxima a la hora de trabajar en proyectos así: “Debemos alinear los objetivos, saber que los resultados no se verán de un día para otro, pero, sobre todo, cumplir con lo que prometemos”.
Hasta ahora, el gigante asiático solo ha disputado la fase de grupos del Mundial de Corea y Japón en 2002. Perdió todos los partidos y no metió un solo gol. Sus jugadores más jóvenes son ya fuertes en las dos áreas e intentarán que eso no vuelva a ocurrir.
El portero juvenil del Atlético demuestra que además de la formación brindada por LaLiga, ya han logrado captar algo de la esencia de este deporte: “Para todos nosotros, es un sacrificio estar tantos años fuera de casa. Los jugadores jóvenes tomamos esa decisión. Nos alejamos de nuestras familias porque queremos al fútbol. El dinero no entra en juego, no pensamos en ello para nada. Queremos jugar al fútbol”. Se puede.