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El Athletic se alivia a costa de un Celta huérfano de Aspas

El equipo vasco suma cuatro jornadas sin derrotas desde la llegada de Gaizka Garitano a su banquillo y sale del descenso

Futbolistas del Athletic tras el primer gol en Vigo.
Futbolistas del Athletic tras el primer gol en Vigo.Salvador Sas (EFE)

El Athletic lidia con varios problemas. El futbolístico no es de los menores, pero se maneja en otro atolladero complicado, el de abocarse a la consecución de un objetivo que no era ni el del club ni el que esperaban sus futbolistas. El Athletic mira ahora hacia la permanencia con la misma incomodidad de quien viaja en clase turista cuando toda la vida ha transitado en vagones más lustrosos. Y con el peso de la historia, que no es poca. Así es un equipo abnegado y esforzado, sin duda comprometido, pero también pleno de carencias, vulgarizado. Ante el Celta expuso todo ese repertorio para sellar un triunfo trabajado, sin brillo, pero de gran valor porque le saca del descenso y le acerca al pelotón de media tabla, donde nadie debe dejar de mirar hacia abajo.

Celta, 1 -Athletic, 2

Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Cabral, Araujo, Juncà; Brais Méndez, Lobotka (M. 64, Pione Sisto), Okay, Beltrán (Hjulsager, M. 79); Boufal (Dennis Eckert, M. 74) y Maxi Gómez. No utilizados: Sergio Álvarez, Kevin, Roncaglia y Jozabed.

Athletic: Iago Herrerín; Capa, Unai Nuñez, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche; Beñat, Dani García (San José, M. 75); De Marcos, Muniain, Córdoba (Balenziaga, M. 89); e Iñaki Williams (M. 66, Aduriz). No utilizados: Unai Simón, Susaeta, Guruzeta y Nolaskoain.

Goles: 0-1. M.19: Muniain; 1-1, M. 45: Fran Beltrán; 1-2, M. 54: Iñaki Williams

Árbitro: Martínez Munuera, que amonestó a Okay, Hugo Mallo, Iñaki Williams, Aduriz, Muniain, Dani García y Córdoba. VAR: Estrada Fernández.

13.266 espectadores en Balaídos.

El tránsito del partido le dio aliento al Athletic, que firmó la primera llegada clara a portería, una acción de estrategia en la que conectaron los centrales y que acabó Unai Núñez con un remate que, felino, despejó el meta Rubén Blanco. Replicó de inmediato el Celta con un libre directo de Maxi Gómez que se fue al palo, pero se adelantó el Athletic en una acción que definió a Iñaki Williams, que no es un nueve de área sino un velocista. En dos carreras le dio el partido a su equipo. En la primera recorrió cincuenta metros para habilitar a Muniain como llegador, en la segunda aprovechó un pase costa a costa de su portero para quedarse ante Rubén Blanco. En ambas acciones estaba por medio Cabral, un central bajo la sospecha de Balaídos, que entró en el equipo por lesión de David Costas. En el primer gol vio pasar a Williams, en el segundo a la pelota, así que suspendió el examen de los cánones del buen defensa: pasó el hombre y pasó el balón.

El Celta tiene desde hace tiempo un agujero en la zaga que le penaliza. Lo hizo de nuevo en un duelo en el que debía superar la ausencia de Iago Aspas, que sufre una lesión muscular y estará de baja hasta final de mes. “Tenemos que afrontarlo con naturalidad”, dice, obsequioso, su entrenador. Lo natural fue suplir al internacional con Fran Beltrán, un mediocentro reconvertido a mediapunta. Quedó claro que no es lo mismo.

Beltrán, un excelente futbolista de 19 años marcó el gol que empató el partido. Fue en la última jugada de la primera parte, una acción que alerta sobre el pelaje del Athletic, incapaz de guardarse la pelota y evitar un saque de esquina que le dejó expuesto. El Celta se había hecho con el control de la situación porque el Athletic mostró más predisposición y condiciones para buscar la contra que para trabajar el partido con la pelota en los pies. Incluso se acomodó a esa situación porque al Celta le faltaron ideas, más allá de las pintureros escarceos de Boufal.

Pero ese gol postrero, casi de camino al vestuario, le obligó a volver a empezar al Athletic. Porque a estas alturas ya le aprieta el zapato y tras dos victorias en 17 partidos necesitaba sumar tres puntos. Se los llevó con un gol logrado con casi toda la segunda parte por jugar, tiempo que el Celta no aprovechó para darle otra marcha al partido. Acabó diluido mientras su técnico buscaba soluciones con los cambios, con una opción final de Maxi Gómez que pudo darle la igualada. Pero su mejor futbolista, su faro, estaba de espectador en un palco. Superar su ausencia es un reto para el Celta. Desde que Aspas juega en la máxima categoría con la camiseta celeste se perdió 18 partidos y su equipo apenas pudo ganar cuatro. Se aprovechó el Athletic, que cantó victoria en el estreno en los palcos de su nuevo presidente, Aitor Elizegi, que ya conoce lo que se sufre en esa silla eléctrica. Desde la llegada de Gaizka Garitano al banquillo no conoce la derrota, con dos empates y dos triunfos, el de Balaidos el primero a domicilio en esta campaña.

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