Vuelve Casemiro, el Jenga se mantiene
Zidane recupera al mediocentro ante el Sporting tras dos meses lesionado pero pierde a Varane por un golpe en la rodilla
Lo bueno que tiene el tono de voz que emplea Zinedine Zidane en todas sus intervenciones es que le resguarda de lo que realmente sucede por dentro, donde las emociones son por naturaleza descontroladas. De ahí que la lesión de Gareth Bale y su inminente operación sean calificadas por el francés como “cosas que pasan”, cuando esas cosas han ido pasando de manera imparable desde el mes de septiembre. Parece acostumbrado el francés a desafiar las leyes de la gravedad sobre las que se basa esa torre de Jenga que tiene entre manos. Se pueden quitar piezas, pero la estructura debe mantenerse firme. Y el tono, estable.
“Siempre creéis que voy a hacer cambios y aunque podemos cambiar de sistema, la dinámica seguirá siendo la misma”, aseguró ayer el francés en rueda de prensa en la primera cuestión que le consultaba por si el último varapalo había terminado por derrumbar su sistema.
Cierto es que con Bale la enfermería del Real Madrid crece en cantidad y caché, pero la entrada del futbolista galés ha coincidido en el tiempo con la recuperación de Casemiro, seguramente la única pieza sin recambio dentro de la caja. El medio brasileño estará hoy ante el Sporting de Gijón en el Bernabéu (16.15, beIN LaLiga) después de haberse perdido los últimos trece encuentros (ocho de Liga, cuatro de Champions y uno de Copa) por una fisura en el peroné.
Remendar la ausencia de Casemiro en el centro del campo ha sido el desafío táctico más grande al que se ha enfrentado Zidane ante semejante concatenación de lesiones —la de Bale es la 14ª desde que arrancó la temporada—. No solo por la falta de un reemplazo de las mismas características, sino porque del desempeño de Casemiro dependía el refuerzo de una defensa vulnerable en situaciones de contragolpe y el de un centro del campo de predominancia creativa y con notables reticencias defensivas. Basta recordar que en dos de los tres partidos de Liga que han disputado los blancos con el brasileño en el equipo terminaron con la portería a cero (Real Sociedad y Espanyol).
Durante los más de dos meses que ha permanecido lesionado Casemiro, Zidane ha experimentado con toda suerte de combinaciones. Cuando más adaptado parecía al puesto Kroos llegó la lesión del alemán —fractura en el dedo meñique— ante el Leganés. Con Modric entre algodones tras ser operado de la rodilla izquierda, y hasta la reciente aparición del croata también ante el club de Butarque, Kovacic y una secuencia de rotaciones en las que entraron Asensio (Las Palmas), James (Villarreal) e Isco (Eibar, Betis, Athletic, Alavés, Leganés, Atlético) conformaron una línea de tres que solo ante el Atlético cambió de forma convirtiéndose en un 4-2-3-1, una formación en la que la parcela del mediocentro defensivo queda reforzada.
Remendar la ausencia del brasileño en el centro del campo ha sido el desafío táctico más grande al que se ha enfrentado Zidane
Solución Kovacic
El gran partido de Isco durante el derbi madrileño quedó oscurecido por su poca presencia ante el Sporting de Portugal. Frente a la efervescencia del andaluz se ha impuesto la regularidad de Kovacic. “El chico siempre ha trabajado mucho”, le reconoció Zidane. “Cuando lo necesitas siempre lo hace bien. Después de algunas bajas ha tenido su oportunidad y eso que no ha sido nada fácil para él. Cuando juegas poco —antes de la lesión de Casemiro sumaba 252 minutos en tres partidos, hoy 1.062 en 15—, es complicado entrar pero se ha merecido jugar y lo está haciendo muy bien”, culminó el francés.
Si bien el centro del campo volverá a asemejarse al que Zidane desea, la defensa volverá a sufrir un nuevo cambio con la salida de Varane, fuera de la convocatoria por molestias en la rodilla. El lugar del francés lo ocupará Pepe, que jugará acompañado por Sergio Ramos, a pesar de que el capitán blanco está a una tarjeta amarilla de cumplir sanción, y por lo tanto de verla esta tarde se perdería el Clásico ante el Barcelona ene l Camp Nou de la próxima jornada. “Yo no pienso en estas cosas. El partido ante el Sporting será mucho más complicado de lo previsto y confío en que todo salga bien”, resolvió Zidane. Y con el mismo tono, todo volvió a sonar igual.
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