Sin Busquets todo cambia
Luis Enrique modifica el dibujo para jugar sin mediocentro, jugando con tres defensas y llenando el centro del campo
Luis Enrique advirtió que este año no podría dar demasiado descanso a Busquets por cómo estaba configurado el plantel, sin otro mediocentro natural si se atiende a Mascherano como central y a Sergi Roberto como lateral; aunque los citó como posibles recambios como también a André Gomes. Y ante el Leganés decidió no llevarlo al límite de la exigencia competitiva, como ocurrió el año pasado. Titular en los seis partidos oficiales que había disputado el equipo desde el inicio de la competición, a Busquets solo le dio media hora de descanso el martes contra el Celtic de Glasgow, así que decidió ahorrarle el engorroso desplazamiento a Leganés, que incluía hacer noche en Madrid, una alimentación poco habitual en un partido a jugarse en un horario poco habitual y que el de Badia pudiera desconectar el fin de semana. No está claro si Luis Enrique decidió darle descanso porque pensaba jugar con cuatro centrocampistas o jugo con cuatro porque le dio descanso: “Un poco las dos cosas”, dijo tras el partido.
El traje le incomodaba al Barcelona hasta perder el control, pero necesitó poco, casi nada, una pizca de Messi
Que Busquets es único está demostrado y que no hay nadie que le aguante la comparación –ni Mascherano, por mucho que le duela- es una evidencia sabida. "Es un jugador vital para nosotros, no puede descansar en la selección, por lo que intentaré darle descanso cuando pueda", explicó Luis Enrique. Como en Butarque. Se especuló durante la semana si sería Gomes, Rakitic o Mascherano la solución y al final resultó que meterse en la cabeza de Luis Enrique siempre es complejo, porque para jugar sin Busi en Butarque el asturiano cambió de diseño antes que de piezas. Luis Enrique renunció al 4-3-3 y llenó el centro del campo: 3-4-3, con Umtiti y el argentino a izquierda y derecha de Piqué. Al central, exigido, no le pareció nada mal la idea: “Es más divertido, participas más. Y a pesar de que estás más expuesto, nos beneficia al ser cada vez más ofensivos”, dijo. Iniesta y Rakitic se emparejaban en el centro del mediocampo, Alba adelantaba su posición y Rafinha se pegaba a la banda derecha. Y la idea no salió del todo bien, por mucho que la calidad de Messi y el carácter de Luis Suárez rescataran al equipo en el marcador.
El traje le incomodaba al Barcelona hasta perder el control pero necesitó poco, casi nada, una pizca de Messi, tras una contra protagonizada por una galopada de Suárez para ponerse en ventaja y hacer inútil todo el “sacrificio y humildad” que la afición local le había reclamado a los suyos con una enorme pancarta antes del partido y que los de Garitano destilaron en todo momento. Justo después de marcar, durante los festejos, Luis Enrique llamó a Mascherano a la banda para darle instrucciones y tratar de ajustar las prendas. Pero las continuas consultas posteriores de Piqué con Luis Enrique demostraban que algo no les acababa de salir bien. Por si había dudas, bastaba ver a Mascherano sufrir al tapar las carreras del venezolano Machís. Volcaba el juego el Leganés por la banda izquierda y ahí caía el argentino, sacrificado como lateral, sin apenas ayudas de Rafinha en esa banda.
Con un poco más de calidad, alguna de las muchas llegadas al área de los 'pepineros' hubiera acabado con premio
Con un poco más de calidad, alguna de las muchas llegadas al área de los pepineroshubiera acabado con premio. No pareció verlo así Ter Stegen: “Jugar con línea de tres era la mejor solución para nosotros. Para cada contrario hay que encontrar una solución y por eso hoy jugamos así. Claro que quieren apretar, pero esto era complicado y al final hemos marcado cinco veces”.
"Buscabamos espacios, la posesión no nos interesaba para nada”, dijo Luis Enrique. De todos los vericuetos tácticos le sacó al Barcelona Messi, claro, como no podía ser de otra manera, que a la media hora le regaló a Suárez el segundo, tras robar una pelota, y largarse de quien trató frenarle por el camino a la portería de Serantes. Marcó Neymar, sin que el Barcelona jugara mucho por la medular, de nuevo corriendo más que tocando, sacando petróleo de los errores del débil rival, al que no perdonó ni una. Y así, con Busi haciendo el vermú, solventó el partido en la primera parte. A partir de ahí. Todo fue cuesta abajo y Luis Enrique incluso se permitió darle descanso a Suárez y a Iniesta, dando minutos a Paco Alcacer y a Denis Suárez, que terminó pivotando con Rafinha.
Descansó Busquets y ganó el Barcelona sin mediocentro, buscando soluciones en las ideas antes que en el fondo de armario. Total, con Messi no hay dibujo que termine siendo malo, por mucho que todo sea diferente.
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