La rítmica quiere completar su obra
El equipo de Baranova compite este sábado por un puesto en la final olímpica con el recuerdo del cuarto puesto de Londres
La cuarta plaza de Londres no se esperaba, pero estuvo tan cerca y rodeada de polémica por la puntuación de Italia que supo a poco. Cuatro año después, el conjunto de gimnasia rítmica español, liderado por Alejandra Quereda y secundado por Elena López, Lourdes Mohedano, Artemi Gavezou y Sara Aguilar, quiere completar su obra en Río. "No nos obsesionamos con la medalla", advertía, sin embargo, la capitana antes de volar a Brasil, donde este sábado buscará la clasificación para la final del domingo.
El carácter subjetivo de la rítmica deja frecuentemente en el aire el desenlace de las competiciones. Más aun en Río, donde una mayoría de equipos, excepto Rusia, están tan cerca. O eso al menos defienden las españolas, conscientes de que aunque hagan cuatro ejercicios perfectos las medallas no están aseguradas. Aun así, la veteranía del grupo —Quereda, López, Mohedano y Aguilar estuvieron el Londres— y algún zarpazo en campeonatos internacionales, como el bronce en el Mundial de Stuttgart en 2015, el mejor resultados desde la plata de 1998, ha otorgado al conjunto que dirige Anna Baranova y Sara Bayón el respeto de una candidata al podio. En la clasificación de este sábado primero será el turno de las cinco cintas (15.20) y a partir de las 17.20 el mixto (tres pares de mazas y dos aros).
España tiene la oportunidad de añadir al oro de Atlanta 96 una nueva medalla olímpica en conjunto. Entre sus armas destaca el aroma artístico de sus ejercicios. "Aparte de enseñar la técnica de la gimnasia rítmica, nuestros ejercicios tienen un gran componente artístico, son obras de arte y es lo que nos diferencia de otros equipos. Intentamos sentirlos mucho, que al público se le ponga la carne de gallina", explica Quereda.
Las últimas semanas, el equipo se centró en hacer ejercicios de calidad, en pulir los elementos defectuosos. Como suelen decir, hasta el enlace más fácil puede salir mal. Lo harán sobre el tapiz del ambiente húmedo de Río. Por eso se estuvieron entrenando en Benidorm, preocupadas por la relación de los aparatos con el clima de la ciudad brasileña o con el uso del aire acondicionado para remediarlo. "Hace que haya viento y las cintas se pueden volar", explica la capitana. Si hay humedad, este aparato se hace pesado, como un trapo; si lo remedian con el refrigerio puede ser peor. Los elementos están estudiados y los movimientos sellados. Dicen que de tanto entrenarse juntas pueden hasta leerse la mente.
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