Rafa Benítez: “Todos estamos dolidos”
El Madrid intenta recuperarse del golpe del clásico en casa del Shakhtar
El folleto urgente para turistas futbolísticos accidentales dice que Lviv fue la única ciudad polaca que no destruyeron los tártaros en la invasión de 1684. Ahora Lviv está del lado ucraniano de la frontera, pero sus monumentos, sus torres, sus piedras viejas, seguían intactas cuando la triste expedición del Real Madrid llegó a ayer por la tarde. Como la iluminación urbana es pobre en Ucrania el autobús se deslizó casi en penumbras hasta el estadio, de inspiración industrial, similar a una central eléctrica. Los jugadores pasaron cubiertos con auriculares y gorros. Solo Nacho dejó de ponerse bragas para el frío en el entrenamiento. Las temperaturas no pasarán de los dos grados. El ambiente inhóspito no ayudará a que este equipo golpeado por el 0-4 del clásico eleve la moral para jugar contra el Shakhtar (20:45, horas BeIn y Total Channel) en la penúltima jornada de la primera ronda de la Champions.
El Madrid está clasificado para octavos, pero eso no consuela a la expedición, como exhibieron el entrenador, Rafa Benítez, y el portero Keylor Navas, representantes de la plantilla en la conferencia de prensa oficial. “Estoy dolido”, dijo Benítez, con la voz rota. “Todos estamos muy dolidos con lo que pasó”, subrayó Keylor, más pálido y encorvado que nunca. “Somos conscientes de que hicimos un partido muy malo”.
Ni la ratificación pública del presidente Florentino Pérez, el lunes, pareció animar a estos hombres abatidos por un resultado que los deja a seis puntos del líder de la Liga. Un resultado de un efecto psicológico potencialmente destructivo en todas las competiciones. Algo como un pozo del que los madridistas deben intentar salir contra el Shakhtar. No es el mejor rival.
El equipo que dirige el rumano Mircea Lucescu, muy mermado tras la pérdida de Stepanenko en el Bernabéu, se ha recobrado y se muestra optimista por engancharse a la Champions. Si el Madrid necesita tres puntos para clasificarse como primero de grupo, el conjunto ucraniano precisa ganarle al Madrid para tener alguna esperanza de superar al PSG. “Sabemos que ellos querrán salir a buscar el partido porque necesitan los puntos”, dijo Keylor. En clave futbolística, esto significa que en el vestuario visitante se planea la típica emboscada. A esperar el error de los necesitados y a lanzarles a Cristiano y Bale para que corran a los espacios.
Benítez, que admitió que hará rotaciones para mantener la tensión competitiva de todos los futbolistas, atendió a las preguntas con corrección y un lenguaje administrativo propio de los protocolos de crisis. “Dos derrotas no van a cambiar lo bueno que hemos hecho”, replicó, cuando le preguntaron si temía que Florentino Pérez le echase. “El presidente ha dado la cara y está ahí para echarnos una mano. Tenemos que valorarlo de esa manera. La clave de los éxitos es mantener la unidad entre todos, jugadores, directivos y cuerpo técnico”.
El entrenador ratificado solo se quejó de lo que considera una predisposición derrotista en la opinión pública. “El equipo estaba líder, lo estaba haciendo muy bien, sobre todo a nivel de números, y ya veías críticas”, lamentó, en el punto menos formal de su comparecencia. “Independientemente de lo que hiciera, recibía críticas”.
Esta noche ante el equipo más poderoso de Europa Oriental el jefe y los operarios tendrán ocasión de dar el primer paso en la larga marcha hacia la redención.
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