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El Barça acentúa en Tel Aviv su suplicio viajero

Pargo, Devin Smith y Schortsanitis abaten al equipo de Xavi Pascual y hacen inútil la espléndida actuación de Tomic

Robert Álvarez
Marelinho, lanza ante Schortsanitis.
Marelinho, lanza ante Schortsanitis.ABIR SULTAN (EFE)

Los viajes durante el último mes se han convertido en un llanto y crujir de dientes para el Barcelona. Sevilla, Madrid (Estudiantes), Santiago de Compostela, Berlín, Bilbao y Tel Aviv es el periplo fatídico solo interrumpido por una incursión en Atenas (Panathinaikos). Es sorprendente lo desvalido que se encuentra lejos del Palau Blaugrana el equipo blaugrana. Su ataque se vuelve romo, su juego se hace más lento y pesado, sus hombres pierden frescura y puntería. Se pone en evidencia la falta de jugadores que se caracterizan por dar un paso adelante cuando las situaciones del juego son más enrevesadas o cuando el ambiente y los errores pesan en el colectivo. Es el caso de Navarro y Oleson, todavía lesionados.

El Maccabi le cortó las alas al Barcelona, especialmente en una primera parte infausta. Todos sus jugadores, a excepción de Tomic, tuvieron que hacer un examen de conciencia a fondo por su desoladora actuación, con guarismos nimios. 28 puntos en 20 minutos, poco más de un 25% de acierto en tiros de campo. Una pesadilla, acentuada por su incapacidad para defender a Schortsanitis en el interior de la zona y los triples de Devin Smith.

MACCABI, 70; BARCELONA, 68

Maccabi: Ohayon (6), Pargo (20), Devin Smith (15), Randle (10), Schortsanitis (11) –equipo inicial-; Haynes (1), Linhart (3), Tyus (0), Landesberg (0) y Alexander (4).

Barcelona: Marcelinho (4), Jackson (4), Thomas (3), Doellman (5), Pleiss (6) –equipo inicial-; Hezonja (7), Abrines (8), Satoransky (2), Lampe (3) y Nachbar (5).

Parciales: 15-13, 21-15, 17-19 y 17-21.

Árbitros: Lottermoser (Alemania), Gekontas (Alemania) y Koljensic (Montenegro).

Menora Mivtachim Arena. 11.060 espectadores. Tercera jornada del Top 16 de la Euroliga. El Barcelona suma una victoria y dos derrotas.

El Maccabi llegó a dominar por 11 puntos (39-28). Mejoró el Barcelona en el tercer cuarto, siempre a la estela de Tomic, pero con varios de sus compañeros ya más entonados. El Maccabi tuvo más problemas. Se aferró a Jeremy Pargo, que se disparó sin que Abrines o Jackson pudieran evitarlo. Aun así, el Barcelona llegó a remontar (55-56). Pero entonces Tomic cometió un par de fallos, Xavi Pascual lo sentó, Schortsanitis volvió a embestir como un búfalo a Pleiss y Devin Smith desatascó el ataque de su equipo.

El Maccabi se embaló y el Barça se colapsó (66-56). Quedaban apenas cuatro minutos y medio. El equipo israelí los afrontó en una situación ideal, con la posibilidad de administrar su ventaja y especular con la cuenta atrás. Y así lo hizo. Apenas necesitó anotar. Le bastó con atrancar las transiciones del Barcelona y encerrarse en su zona.

No tuvieron desperdicio los últimos minutos, amenizados además por la locura que se vivió en el banquillo del Maccabi, donde nada menos que el presidente del club, Shimon Mizrahi, hablaba al oído del entrenador, Guy Goodes en pleno fragor de la batalla y también mientras el técnico hablaba con sus jugadores en los tiempos muertos.

El Maccabi, obsesionado en dejar pasar el tiempo más que en jugar, cometió varios errores de bulto, especialmente dos tiros libres fallados por Schortsanitis y unos pasos de Devin Smith cuando solo quedaban 16 segundos y con 68-66 en el marcador. El Barcelona acarició la remontada, o cuando menos la posibilidad de forzar la prórroga. Lampe tuvo el balón para conseguirlo, pero Devin Smith le taponó por detrás.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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