Carroll reabre el guateque

El Madrid superó con suficiencia al Nizhny ruso y recuperó para la causa a Jaycee Carroll. El escolta estadounidense desató el guateque en el Palacio con una actuación de museo y abrillantó una victoria funcionarial del subcampeón de Europa, que avanza firme en sus maniobras de rodaje. El conjunto blanco alcanzó los 112 puntos, la mayor anotación en la era Laso y la máxima puntuación que se ha visto en los últimos siete años de la Euroliga. En 2007, Panathinaikos sumó 123 ante el Chorale Roanne y el Olympiacos anotó 113 ante el Union Olimpija.

El protagonista de la noche se marchó al descanso con una hoja de servicios sobresaliente: 25 puntos en 14m 37s, con 3 de 4 en tiros de dos y 6 de 7 en triples, y concluyó el encuentro con 32 puntos (su mejor anotación en la Euroliga por encima de los 31 con los que apabulló al CSKA de Messina en enero de 2013). Su primera gran demostración después del martirio que padeció la temporada pasada. Una lesión en la rodilla izquierda le tuvo penando entre diciembre y febrero y le obligó finalmente a pasar por el quirófano, dejando a los de Laso huérfanos de uno de sus mejores artificieros en el tramo final de temporada, al que llegó sin la forma y la afinación necesarias para ayudar a su equipo después de dos meses de convalecencia. Este curso ha regresado a lo grande.

Bastó un inspirado comienzo del perímetro blanco para desmontar en un santiamén la enclenque defensa rusa. Carroll (con 9 puntos en los primeros seis minutos), Rudy y Llull lucieron puntería tras el pistoletazo de salida y anunciaron una velada plácida en el Palacio (20-9, m. 7). Sin repertorio en ataque ni rigor en defensa, los visitantes dejaron su suerte en manos de Taylor Rochestie que, a pesar de multiplicarse en la dirección y la anotación (23 puntos), nunca dio abasto para equilibrar la contienda (53-36, m. 18). Con lo justo y sin Tarence Kinsey, lesionado para la cita, la rotación del Nizhny se concentró en apenas seis jugadores y el Madrid impuso la intensidad de su repertorio hasta el zarandeo final.

El subcampeón ruso, debutante este curso en la Euroliga, se estrenó con un triunfo ante el Sassari italiano, pero en la segunda jornada cayó de forma estrepitosa en Kaunas ante el Zalgiris: 97-63. Pese a la tunda, Bagatskis propuso un distendido correcalles donde siempre mandó el Madrid. Los de Laso van logrando dar continuidad a su juego a pesar de las constantes idas y venidas de las piezas de la pista al banquillo. Una gestión calibrada al milímetro en la que todos aportan pero pocos encuentran tiempo para destacar. Una alternancia insensible a la efervescencia.

A la vuelta de la caseta, Laso dio carrete a Campazzo y se lo quitó a Carroll. El de Wyoming apenas jugó los instantes finales del tercer acto y pareció perder el hilo de su clase de tiro. Sin embargo, Carroll abrió el último cuarto con otro triple para la videoteca que agitó de nuevo a los parroquianos y superó la barrera de los 30 con tan sólo 21 minutos en pista. Se divirtieron todos, incluido Marcus Slaughter que aportó sus primeros mates al espectáculo tras varias jornadas fuera de la convocatoria.