“El Madrid tiene la prepotencia de machacar”
Adelardo Rodríguez, el capitán histórico del Atlético, y Gabi, actual portador del brazalete, dialogan sobre lo que supone el sentimiento rojiblanco, el gran rival, y los 14 años que los colchoneros llevan sin ganar un derbi
En la víspera del derbi de esta noche, el Atlético de Madrid cumplió 110 años. De ese centenar y poco de años, Adelardo Rodríguez (Badajoz, 73 años) protagonizó 17 (de 1959 a 1976) hasta ser considerado como el gran capitán de una institución y de una afición que le venera por cómo defendió la camiseta. Ganó tres Ligas, cinco Copas, una Recopa, una Intercontinental y la Eurocopa del 64. Gabi (Madrid, 29 años), como actual capitán ha conquistado una Liga Europa y una Supercopa de Europa. Los dos conversan en clave rojiblanca.
EL PAÍS. ¿Cómo fue su primer día de rojiblanco?
Gabi. Hice las pruebas en el campo de las Cruces y solo nos cogieron a dos chicos. A partir de ahí entré en el Amorós, que era una especie de escuela del Atlético, y hasta el día de hoy.
Adelardo. Y tienen que ser más porque estás respondiendo muy bien. Te conozco desde que empezaste. Yo vine de Badajoz y por entonces el equipo titular se vestía en el vestuario del Atlético y a los nuevos nos metieron en el visitante. Salieron todos y me quedé sentado porque nadie me dijo nada. Entonces entró mi padre y me sacó de la oreja. “¡Si a mí nadie me ha dicho que salga!”, le dije. Antes se daban vueltas al estadio, alrededor del Metropolitano, y cuando pasó el grupo por allí me reenganché a ellos.
EP. ¿Por qué son del Atlético?
A. Yo no creía que iba a jugar en un equipo tan grande como el Atlético, que tenía figuras internacionales, venía con 18 años de jugar un año en Segunda... Pero me empezaron a poner y a responder y hasta que me retiré. El sentimiento, al no ser de aquí, y no ser de la cantera fue con el tiempo. Vas viendo lo que ocurre con los de tu casa, con los de enfrente... No es como tú, que lo mamaste en la cantera. Yo adquirí esos sentimientos con el tiempo, pero se me grabaron y es imposible quitármelos de encima.
G. Desde pequeñito me di cuenta de lo que significa jugar aquí, la gente te mira de una manera especial, te das cuenta de que se vive todo de tal manera que es difícil no ser del Atlético. Todo lo que conlleva en las victorias y en las derrotas... Para mí el sentimiento atlético es eso, cómo se vive cada momento de este club.
EP. Ahora viven un momento de 14 años sin ganarle al Madrid.
A. A ti y a Mario Suárez, que sois de la casa os lo he comentado, ya podéis con cualquiera, lo demostrasteis en las finales con el Athletic y el Chelsea. Siempre hemos tenido un peldaño menos que el Madrid, pero si no podíamos ganarles con técnica podíamos por coraje. Era la única manera de que no lo tuvieran fácil. No se podía marcar a Di Stéfano, a Puskas, a Gento… Esos partidos eran especiales por el sacrificio tan grande que había que hacer. Había que multiplicarse por dos o por tres, es la única forma de ganarles. Tenéis que ser tres gabis, tres falcaos, tres kokes...
Adelardo: “El derbi se gana multiplicándose por tres, tres ‘Falcaos’, tres ‘Gabis’...”
G. En el Bernabéu ha sido el único partido de la temporada que no estuvimos a la altura. El miedo escénico y eso que se dice que nos afecta no influye, ese partido no nos salieron bien las cosas. Es verdad que están un peldaño por encima, podemos equilibrar con el sentimiento. Nos quedan dos partidos contra ellos y los vamos a ganar los dos.
EP. En el Bernabéu se desmoronaron con el 1-0.
G. Pero nos pasa contra el Madrid y contra cualquier equipo.
A. Contra el Barcelona os pasó lo mismo. Si marcáis las tres ocasiones que tuvisteis...
G. A este equipo le está costando jugar con el marcador en contra.
A. Es verdad, os tenéis que mentalizar y decir: “vamos a continuar aunque nos hayan metido un gol”. Por lo demás estáis para enfrentaros a cualquiera.
G. Insisto no es solo el Madrid, el equipo se cae en Barcelona después de ser superior, no sabe reaccionar ante esos contratiempos.
EP. ¿Y Simeone que les dice?
G. Como siempre que no le gusta algo, en el descanso trata de mentalizarnos para que cambiemos el chip.
A. El Cholo lo trabaja, pero no es un trabajo de 48 horas, es de machacar y de que os convenzáis. No sé si conocía algo del club en Argentina. Desde que vino a España me di cuenta de que era ese típico jugador especial para el Atlético. Es sangre rojiblanca. Como jugador, creo que me parecía un poco a Simeone.
G. Es puro sentimiento rojiblanco.
EP. En su época también había diferencias económicas importantes con el Madrid, pero ellos les temían.
A. En una de las finales de Copa que les ganamos en el Bernabéu se pusieron 1-0 y a fuerza de continuar, de no rendirnos, de pensar que te lo juegas todo a un partido, logramos remontar. Los aficionados me querían quitar las medias con las botas puestas, la gente se volvió loca, nos sacaron a hombros como a toreros. No se me olvidan las caras de algunos ellos, de vez en cuando se lo recuerdo [risas]. Es esa prepotencia que tenían, habían ganado la quinta Copa de Europa consecutiva. Yo tenía 19 años y me decía : “¡cómo vamos a ganarles!”. Pero les ganamos.
Gabi: “El peldaño que están por encima,se les puede igualar con sentimiento”
EP. ¿Es prepotente el Madrid?
A. Siempre, quizá por todo lo que han ganado y por lo que les han consentido tienen esa prepotencia que quieren machacarte.
G. El Madrid mueve mucha prensa, si no les hacen ser así, les dan a entender que lo son, lees periódicos deportivos y lleva 10 páginas. Pero también tienen jugadores ejemplares, como Iker o Ramos. Si alguna vez hacen algo o tienen una actitud que no te gusta se lo haces ver e intentan cambiarla.
A. Lo primero que hacíamos era mirar el calendario para ver cuándo nos tocaba jugar con ellos, los derbis eran a muerte. Hay gente que prefiere que le ganes al Madrid, aunque no seas campeón, nosotros no, claro.
G. La ilusión que le hace a los atléticos ganar al Madrid es única, quieren ganar títulos y al Madrid, eso forma parte también del sentimiento atlético.
EP. Antes, los capitanes, si hacía falta cogían a un jugador por la pechera.
A. ¿Sabes para qué estaban los capitanes? Para discutir las primas.
G. [Risas]. Seguimos igual.
A. Es una carrera corta y para durar años en Primera te tienes que cuidar mucho, la gente se cree que estábamos de juerga todos los días. El día que tienes libre, eres humano y sales a cenar, a tomar una copa, a lo que sea.
Adelardo: “Becerra, era anárquico, pero Max Merkel le ponía porque era muy bueno”
G. Te ocupas de cosas extradeportivas y luego en el campo, sí te sientes con la responsabilidad, si ves a alguno mal o algo que no te gusta… Siempre con la dinámica de ayudar y de no sentirte superior a nadie por llevar el brazalete. Nosotros, si nos tenemos que decir algo nos lo decimos a la cara, pero sí es verdad que tienes que intentar que ninguno se salga del camino que llevamos.
A. Yo sí tenía que decirle algo a algún compañero se lo decía, pero para animarle no para hundirle, aunque a veces te acordaras de algún familiar. Tenía compañeros como Griffa que le pegaba unas voces tremendas a Ufarte y Gárate, que eran jugadores más especiales, para que trabajaran, pero era por el bien del equipo.
EP. ¿Qué futbolista de su época era difícil de controlar?
A. Becerra, que ya murió. Teníamos a Max Merkel, que era durísimo y Becerra llevaba melena. Le hacía así, “aggg, agggg”, como si fuera un perro, le tenía frito. Un invierno, Becerra apareció en el vestuario con un gorro y cuando entra el míster se lo quita. Se había pelado al cero, ¡en aquella época!
G. Eso hoy es habitual, raparse, ponerse el pelo amarillo...
A. En esa época la moda eran las melenitas, tenía hasta yo. Lo de Becerra en el vestuario fue un cachondeo tremendo, pero Merkel lo ponía a jugar, aunque era muy anárquico.
EP. ¿Ahora cuál es el más difícil de controlar?
G. No, son todos muy buenos [risas]. La gente habla mucho de Diego Costa, pero es un tipo muy noble, fuera del campo es muy alegre y extravertido y lo está dando todo en cada partido por el equipo. Hay poco que controlarle, cuando mejor juega es en ese estado, en el que el rival le busca. Le va chocar, le gusta el fútbol contacto. Luego hay cosas... que si escupe porque le han escupido a él..., pero son cosas del fútbol.
A. Es difícil hablar de un compañero que ahora está en activo. Griffa era impresionante, Rivilla, Calleja… Otros más técnicos, como Ramiro o Mendonça o Collar, eran más tranquilos.
EP. ¿Cómo eran los centrocampistas antes?
A. Yo empecé con la clásica WM de tres defensas, dos centrocampistas y cinco delanteros, pero andaba por todos lados. Si había que meter gol, allí que iba, y si daban palos, había que recibirlos. El fútbol no era tan complicado como ahora.
G. No era tan táctico.
A. Esa presión que te hacen ahora, con perdón, jode mucho. Antes había los marcajes individuales.
G. Y se iba al baño contigo.
A. En el Madrid me marcaba Felo, en el Valencia Poli, que era chiquitito, pero cómo corría el cabrón. Siempre estaba encima de mí. Cuando un jugador andaba bien y eras el organizador o el motor te ponían a uno.
Gabi: “A Diego Costa le gusta que le vayan a buscar, es cuando mejor juega”
G. Hoy un equipo competitivo, tiene dos centrales y dos mediocentros muy fuertes.
EP. Su suegro fue Vicente Calderón, ¿cómo lo tomaron sus compañeros y la grada?
A. Para mí fue horroroso, tuve una primera época, hasta los 27 o los 28, en la que hacía de todo en el campo. Me casé en el 68 y el público empezó a decir que jugaba porque era el yerno del presidente. Eso te mina, tenía que olvidarme de todo lo que decían. Los compañeros también había alguno que te miraba de reojo. A fuerza de trabajar se normalizó. Nunca utilicé a la familia. Yo le tenía un tremendo respeto al presidente… Llegaba al vestuario y saludaba a todos menos a mí.
G. Te lo ponía más difícil que a ninguno. Yo no soy el hijo del presidente ¿eh?
EP. Pero cuando regresó al Atlético Gregorio Manzano pidió que lo recuperase y comparten representante.
G. He tenido otros entrenadores en el Atlético, a Quique Flores, al Cholo y siempre me he tenido que ganar la confianza de todos. Sí, es verdad que Manzano me trajo porque me conocía, pero también había hecho una buena temporada en el Zaragoza. Quizá tenía que demostrar el doble por eso, pero nunca me ha pesado. El Cholo no tiene el mismo representante que yo y cuenta conmigo.
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