La ‘rifa’ de Llorente agita el mercado

Delantero internacional de 26 años, 1,95m, fuerte, campeón del mundo y de Europa con España, se ofrece con traspaso gratis a partir del mes de junio.

El anuncio, de existir, bien podría ir acompañado de un lazo, si no fuera porque el regalo no puede desempaquetarse hasta que concluya la temporada. Y en la letra pequeña aparecería el estado de forma actual, ya que el sujeto del anuncio apenas ha disputado hasta el momento 365 minutos en Liga, repartidos en 10 partidos. Aun así, el regalo sigue siendo igual de goloso, teniendo en cuenta la crisis galopante que ha menguado las chequeras de todos aquellas cuentas carentes de petróleo, aunque a cambio el ariete se asegure un suculento contrato debido a que vuela gratis.

El remitente es Fernando Llorente, un futbolista peleado con su equipo, el Athletic, y a disgusto con parte de la afición, y que ha protagonizado uno de los culebrones más sonoros en la historia del club. En su último capítulo, Fernando Llorente ya se encuentra negociando su salida al Juventus, después de que el conjunto italiano trasladase al Athletic de manera formal, porque la oficiosa ya se conocía en Ibaigane, su deseo de contar con Llorente la próxima compaña.

En un escueto comunicado de tres líneas, el Athletic anunció ayer que el conjunto que dirige Antonio Conte, “conocedor de que Fernando Llorente concluirá su etapa el 30 de junio de 2013, iniciará negociaciones con el citado jugador para incorporarle a su disciplina”. El formalismo del aviso al club se enmarca dentro de los estatutos de la FIFA, que obligan al conjunto interesado en el fichaje a comunicar al club actual su decisión de negociar directamente con cualquier jugador que termine su contrato en menos de seis meses, ya que dentro de este contexto el futbolista es libre de decidir individualmente su futuro. Este movimiento no ha hecho más que enquistar más si cabe la situación entre Llorente y el Athletic, que ha revuelto el ambiente social de la capital vizcaína, y ha perjudicado al propio equipo.

A los 26 años, el riojano pretendía una ficha de cinco millones por curso

Desde que Josu Urrutia, presidente rojiblanco, anunciase en agosto la decisión de Llorente de no renovar su contrato a final de temporada, la afición ha recriminado al jugador su postura en reiteradas ocasiones con pitos cada vez que éste ha saltado al césped de San Mamés. “La no renovación de Llorente es un fracaso institucional. Es un golpe en nuestra línea de flotación. No me consuela que me den 12, 14 o 16 millones, el Athletic no vende jugadores, nuestro objetivo no es hacer negocio sino que los futbolistas quieran acabar aquí su carrera”, se excusó Urrutia durante aquella rueda prensa. Y ha llevado la medida hasta las últimas consecuencias.

Se avecina por tanto una salida al Juventus, Arsenal o Tottenham, algunos de los equipos interesados en su fichaje, que no reportará ni un euro a las arcas del Athletic, a diferencia de la macha de Javi Martínez al Bayer Múnich, que dejó en las delicadas cuentas del club 40 millones de euros. Una operación catastrófica vista desde el punto de vista económico, teniendo en cuenta las posibilidades de explotación de un equipo limitado en su capacidad adquisitiva y su política deportiva. La decisión de no negociar por Llorente ha ocasionado el malestar de parte de la afición con la presidencia del club, que en ningún momento ha mejorado su última propuesta al jugador a pesar de que su marcha sea ya inevitable.

Y es que la rifa por Llorente parece algo destinado a crear un agujero deportivo y económico en el Athletic, lejos de la inversión que supone para cualquier otro equipo. Solo es cuestión de conocer ahora el destino, porque en la despedida no habrá un consuelo en forma de cheque.