Senna elige sucesor

Interlagos es un circuito de carreras con un trazado espectacular y unas instalaciones pasadas de moda que necesitan una remodelación urgente. Gracias a constar como punto y final del calendario, esta pista ha tenido el privilegio de coronar a seis de los últimos ocho campeones. Aunque nunca haya subido al escalón más alto del podio, este escenario le cae simpático a Fernando Alonso, que el 25 de octubre de 2005 se convirtió aquí en el campeón del mundo más joven de la historia (24 años, 1 mes y 27 días), al volante de un Renault, una hazaña que repetiría al año siguiente. De las 26 ocasiones que el título se ha decidido en la última prueba, en 10 de ellas se lo ha llevado el piloto que llegó por detrás a la cita decisiva, una estadística muy llamativa y que anima a Alonso en su pulso con Vettel.

El asturiano es un habitual de estas tracas finales. En los últimos siete años, la gresca ha permanecido viva hasta el último momento en cinco ocasiones (2006, 2007, 2008, 2010 y 2012), y el ovetense ha estado metido en todas ellas menos en una (2008). Vettel, a su vez, se ha encasquetado el laurel las dos últimas veces (2010 y 2011) y, como su rival, tiene en su mano la posibilidad de desbancar a Ayrton Senna como el tricampeón más precoz de todos los tiempos.

El 21 de octubre de 2007, Hamilton llegó aquí con todas las cartas a su favor para llevarse la gloria en su debut, de la mano de McLaren y con Alonso como compañero. El británico contaba con cuatro puntos de margen respecto al español y siete sobre Raikkonen, cuando las victorias aún otorgaban 10 y el finlandés competía con Ferrari. Hamilton arrancó el segundo y al afrontar la primera curva se dio una excursión que le dejó en una situación extremadamente delicada. La cosa aún se le puso más cuesta arriba cuando en plena recta activó el limitador de velocidad de su MP4/22. Ese título fue el último que ha viajado hasta Maranello.

Alonso estuvo implicado en todas las batallas menos en la de 2008

Después le llegó el turno a Felipe Massa, que en la última parada de 2008 aterrizó en Brasil con un desventaja de siete puntos en relación a Hamilton, y que ante su hinchada vivió una de las situaciones más crueles de su trayectoria. El júbilo de su familia, arremolinada en el taller de Ferrari, se convirtió en un funeral cuando el chico de Tewin superó a Timo Glock en la última vuelta, se coló el quinto y se llevó el Mundial por un solo punto.

En 2010, Abu Dabi se instaló como punto final de la temporada, y allí se personó Alonso, ya con el mono de La Scuderia y como líder de la general, con un colchón de ocho puntos sobre Webber, otro de 15 sobre Vettel y con 24 más que Hamilton. Un error de cálculo de la estructura italiana, que prefirió cubrir al australiano y dejar desmarcado al alemán, embutió a su piloto entre el tráfico y le condenó detrás del Renault de Petrov.

Dos cursos más tarde, Alonso y Vettel volverán a encontrarse cuando aborden la primera curva de Interlagos, un trampolín prácticamente ciego bautizado como la S de Senna, un nombre mítico para una pista mágica que designará al sucesor del brasileño.