Un año sin el eterno Seve

Familiares y amigos del golfista cántabro Severiano Ballesteros instalaron este domingo una escultura del deportista junto al magnolio de su casa de Pedreña (en Marina de Cudeyo) donde descansan sus restos mortales. Seve falleció hoy hace un año, el 7 de mayo de 2011. Entonces se disputaba la tercera jornada del Open de España, y el campo se llenó de silencios, abrazos y lágrimas. Ayer, durante el centenario del campeonato español, los jugadores volvieron a mirar al cielo y a recordar al hombre que cambió para siempre la historia de este deporte y que fue una inspiración para todos los golfistas europeos. Chema Olazábal, que junto a Seve formó la mejor pareja en la Copa Ryder, llevará este año en Chicago el mando de Europa, la mejor manera de honrar al campeón cántabro.

La escultura en Pedreña sujeta la jarra del Abierto Británico, el torneo que Seve conquistó en tres ocasiones y que le aupó a la gloria. El busco está orientado a la la playa en la que el cántabro aprendió a jugar al golf durante esos momentos en los que se escapa del colegio e invertía horas y horas en su gran pasión. Sus familiares han colocado la escultura junto al magnolio, en el lugar donde reposan sus restos y que el propio Seve Ballesteros indicó en su testamento antes de morir.

Tras este acto, de carácter íntimo y familiar, los más allegados al golfista se desplazaron hasta la cercana iglesia parroquial de San Pedro en Pedreña, para asistir a la misa oficiada en conmemoración del primer aniversario del fallecimiento del deportista.

Severiano Ballesteros falleció hace un año, a los 54 años de edad en su casa de Pedreña y rodeado de toda su familia, a causa de un tumor cerebral, que sufrió en 2008 y por el que había sido intervenido varias veces. Hoy lunes, a las 20.00, se celebrará una misa en recuerdo a Seve en la Iglesia Santa Mª Micaela y San Enrique, en Madrid. El mundo del golf sigue recordando al gran campeón.