El brillo europeo del Mallorca
Los de Caparrós, llenos de vitalidad, derrotan y alcanzan en la clasificación al Levante con un tanto de Pina
Pina, cara de niño bueno, celebró el gol que acerca al Mallorca a Europa con una sonrisa pícara. De chico feliz. Casi sin creérselo. Clavó un disparo a la salida de un córner. Fue en el minuto 55. Parecía mentira que, a esas alturas, el partido siguiera con empate a cero. Por la intensidad, las ocasiones de gol, la rapidez, la belleza de las jugadas, la generosidad de ambos equipos. Faltó, sin embargo, precisión delante de la portería. No la tuvo el Mallorca en la primera parte, en la que subía con Nsue por el lateral derecho y Cáceres por el izquierdo. No la tuvo tampoco el Levante, que se mueve como pez en el agua en las contras.
Se encontraron los chicos de Caparrós con un Castro fallón —en la primera parte envió por encima del larguero una bonita volea de primeras— y con los reflejos de Munúa. Alfaro se estará preguntando todavía cómo pudo sacarle el portero del Levante un gol que estaba cantado.
MALLORCA, 1; LEVANTE, 0
Mallorca: Aouate; Nsue (Cendrós, m. 81), M. Crespo, Chico, P. Cáceres; Pina, Martí; Pereira, Alfaro (Hemed, m. 46), Castro; y Víctor (Pablo Marí. m. 87). No utilizados: Calatayud; Abdón, Bigas y Tissone.
Levante: Munúa; Javi Venta, Ballesteros (Serrano, m. 91), Navarro, Pedro López (Rubén Suárez, m. 70); X. Torres, Iborra (Juanlu, m. 77); Valdo, Barkero, Botelho; y Ghezzal. No utilizados: Navas; Juanfran, Farinós, y El Zhar.
Goles: 1-0. M. 55. Disparo de Pina a la salida de un saque de esquina.
Árbitro: Iglesias Villanueva sacó tarjeta amarilla a Iborra, Munúa, Pereira y Botelho.
Unos 19.000 espectadores en el Iberostar.
Los chicos de JIM, por otro lado, llegaban a la portería contraria a base de contras. Rapidísimas. Bonitas de ver por estéticas. Con un gran Ghezzal distribuyendo los últimos pases. Estupendo fue el que metió a Valdo delante de la portería. Maravillosa hubiese sido la jugada si la vaselina con la que intentó sorprender a Aouate hubiese terminado en gol.
El duelo para las plazas europeas lo ganó quien se aprovechó de un relámpago de lucidez. El que fue capaz de sobreponerse al cansancio del final de temporada. Ese que por mucho que crea que las piernas responden a las órdenes del cerebro, no lo hacen. Y te dejan tirado. Le pasó al Mallorca después del gol de Pina. Buscó el 2-0 pero llegaba exhausto al área contraria.
Poco premio tuvo el Levante que, con esta derrota, se queda sin opciones de Champions para la próxima temporada pero aún puede pelear por la otra Europa. En la última jornada se las verá en casa contra el Athletic de Bilbao. El Mallorca se la jugará, en cambio, en el Santiago Bernabéu. La pelea de los chicos de Joaquín Caparrós (que anoche casi ni se lo creía) es emocionante por inesperada. Cuando el técnico andaluz cogió al equipo —jornada octava de Liga— su máxima aspiración era salir de los puestos del descenso. Salvarse y alejase del barro. La ambición de Caparrós acabó por contagiar al Mallorca y por transformarlo. Ya lo dijo el técnico hace pocos días: “Le veo un brillo en los ojos a mis jugadores”.
Ayer el Mallorca firmó su cuarta victoria seguida —para encontrar tres hay que remontarse a 2009— mantuvo la portería a cero —con 42 goles en contra, es el tercer conjunto menos goleado, solo por detrás del Barcelona (27) y del Madrid (31)— y, sobre todo, alcanzó al Levante en la clasificación.
Con oficio. Garra. Convencimiento. Y con el brillo en los ojos.
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