Fernández-Castaño tiene el 'swing'

No se le dio bien la última jornada, con las salidas desde el tee un tanto desafinadas, con más rough en su camino del esperado. Tampoco estuvo demasiado acertado en el juego corto, ni preciso con el putt, el arma que ha trabajado durante los últimos meses con denuedo. Pero Gonzalo Fernández-Castaño cumplió con la tarjeta, al par -71 golpes al equilibrar un birdie con un bogey-, y acabó el torneo de Dunlop Phoenix (Miyazaki, Japón) el segundo, con un premio de 192.000 euros. Pero para el golfista, que ya ganó la semana pasada el Open de Singapur tras 71 torneos y más de tres años de sequía, el mejor regalo es que cuando computen los resultados del fin de semana, ya estará entre los 50 mejores del 2011. Todo un salto, si se tiene en cuenta que hace apenas 15 días estaba en el puesto 126, con más dudas que otra cosa. Pero Gonzo, como le llaman los allegados, ya tiene el swing.

Con dos vueltas sensacionales (68 y 66) que le auparon al liderato antes de afrontar la jornada, Fernández-Castaño perdió fuelle en el último recurrido. La tromba de agua, como ya ocurriera en Singapur, hizo que el torneo se redujera a 54 hoyos. "Es una pena para los aficionados, para nosotros y para los patrocinadores", comentó el golfista español, presionado por los medios locales, que a cada paso le recordaban el aliento en su cogote de Tanihara y Haraguchi, los preferidos por el público. No fueron rivales. Pero sí Muto, que brilló con el putt -solo hizo 22- y contabilizó nueve birdies y se permitió el lujo de firmar un bogey en el último hoyo.

Torneo fetiche, en cualquier caso, para Fernández-Castaño, que suma en sus cinco participaciones dos segundos puestos, un tercero y un cuarto. Lejos queda esa degeneración lumbar que le impedía desarrollar el golf que tiene en las manos y en la cabeza, ese juego que ha brillado en estas dos semanas. Tampoco se le dio mal el torneo a Pablo Larrazábal, que finalizó décimo.

Tiger, la guinda de EEUU en la President's Cup

Estados Unidos, dirigido por Fred Couples, logró la victoria final en la President's Cup (19 -15), torneo que mide a los norteamericanos con los europeos, comandados por Greg Norman. La guinda, en el campo Royal Melbourne (Australia), la puso Tiger Woods, que firmó el punto decisivo ante Aaron Baddeley.

Reafirma su superioridad el equipo norteamericano, que suma cinco victorias de las seis últimas participaciones, redondeadas por un empate, en 2003.