La malaria no puede con Drogba

Ni la malaria puede con Didier Drogba. Hoy, su técnico, Carlo Ancelotti, ha anunciado que el implacable artillero del Chelsea padece el virus, que le impidió disputar un choque de la Premier frente al Aston Villa y un envite europeo ante el Spartak pero que no le privó de estar sobre el terreno de juego en otros partidos. "Averiguamos que tenía malaria a través de unos análisis de sangre que le efectuaron. No sé donde pudo cogerlo. Se fue unos días de vacaciones y regresó enfermo", ha señalado el entrenador.

Poco antes del parón liguero de octubre, el delantero marfileño comenzó a sentirse mal. La fiebre le apartó del duelo contra el Aston Villa y posteriormente no pudo viajar a Moscú para medirse al Spartak, pero tanto el jugador como los servicios médicos del Chelsea no le dieron mayor trascendencia al asunto.

Con su físico debilitado, altas dosis de fiebre y algunos mareos, Drogba apuró todas las opciones para poder jugar contra el West Bromwich y frente al Blackburn Rovers. En dichos encuentros, el futbolista marfileño disputó los 90 minutos, pero su rendimiento estuvo muy por debajo de sus posibilidades y no encontró la portería.

El pasado domingo, los síntomas comenzaron a persistir y el ariete no pudo estar en el once inicial del Chelsea en Anfield Road. Sí jugó en la segunda mitad, en la que mantuvo un intenso pulso con los centrales del Liverpool, Carragher y Skrtel, aunque de nuevo no pudo engrosar su casillero de goles.

"Es obvio que sufrió porque no estaba al cien por cien, pero el tratamiento le ha rehabilitado y regresará al once en las mejores condiciones. Ahora ya está recuperado", ha afirmado Ancelotti, que de paso ha confirmado que mañana, el africano, que acumula seis goles en la Premier, liderará el ataque de los Blues ante el Fulham.

Lo que queda claro es que Drogba es un tipo duro que no solo ha hecho frente a la malaria. No es raro verle concluir partidos con la cabeza vendada o levantarse ipso facto de encontronazos en el que rival es el peor parado. Por si fuera poco, dos semanas antes del Mundial de Sudáfrica se rompió la clavícula, pero, brazo en cabestrillo, asisitió a la cita e incluso fue el jugador más destacado de Costa de Marfil.