Laporta gobernará en minoría en el Barça
Ocho directivos, entre ellos tres vicepresidentes, dimiten después del voto de censura del pasado domingo
Joan Laporta cumplirá su mandato como presidente del F.C Barcelona hasta el 2010, salvo que la asamblea de socios, prevista para septiembre, se exprese en el sentido contrario. El máximo mandatario azulgrana no admite ningún condicionante más que la opinión de los socios compromisarios para cambiar de estrategia, y así se expresó ayer en la reunión de la junta directiva. Ni siquiera la dimisión de ocho de los 17 directivos del consejo, entre los que figuran tres de los cinco vicepresidentes, condicionaron su porpuesta. Los vicepresidentes Albert Vicenç, Ferran Soriano y Marc Ingla, responsables del área institucional, económica y deportiva, respectivamente, así como los vocales Toni Rovira, Xavier Cambra, Claudia Vives-Fierro, Josep Lluís Vilaseca y Evarist Murtra, renunciaron a sus cargos, después que su lectura del voto de censura (el 60,6% de los socios se pronunció en contra de la directiva) fuera muy distinta a la de Laporta.
Los dimisionarios abogaban por la renuncia del presidente a fin de facilitar la gobernabilidad del club hasta la convocatoria de elecciones, cuya fecha debería decidir la próxima asamblea. Laporta desoyó la propuesta y expresó su disposición a nombrar los cuatro directivos que le faltan ?ahora cuenta con diez? para cumplir con los estatutos, que preveen el cese de la junta por la salida del 75% de los miembros de la junta. La decisión del presidente de someter su cargo a la confianza de los compromisarios sólo cambió el sentido del voto a Jaume Ferrer, vicepresidente de mercadotencia y especialmente bien relacionado con el sector nacionalista catalán y especialmente con la familia Pujol Ferrusola.
Los otros ocho directivos que ya se habían postulado en contra del proceder de Laporta ratificaron sus discrepancias y abandonaron la directiva. "Renunciamos a nuestros cargos por la discrepancia en la forma de actuar tras la votación", se arrancó Vicens, que habló por sus compañeros, aunque negó formar parte de un colectivo. "Para nosotros, el resultado de la moción mostraba un descontento mayoritario y aconsejaba hacer un cambio sustancial e inaplazable", apostilló. "Aunque el presidente y nuestros compañeros no opinan del mismo modo".
"Creemos que ahora se necesita paz social y estabilidad en el club", reiteró Vicens, vicepresiente primero, que pronto tornó sus palabras hacia un discurso políticamente más correcto. "El Barça está en una situación deportiva, social y económica óptima". Los rostros de los dimisionarios, sin embargo, no reflejaban tal certidumbre. El vicepresidente deportivo Marc Ingla, con cara larga y ojos vidriosos, apenas acertó a decir: "El club está bien, ordenado".
Laporta no ha podido evitar que su directiva se partiera por la mitad después de la fractura social expresada el pasado domingo en el voto de censura. El proceso de judicialización al que se ha visto sometido desde su llegada al cargo en 2003, ha servido al presidente para mantenerse en el puesto después que el voto de censura no consiguera las dos terceras partes necesarias para prosperar. Laporta entendió siempre que la votación era vinculante y, por tanto, desconfió de los directivos que le señalaban como único responsable, especialmente de cuantos se suponía aspirantes a presentarse a las próximas elecciones, especialmente Ferran Soriano. El vicepresidente económico, sin embargo, precisó que su dimisión no tenía ningún carácter táctico sino que obedecía a una respuesta a la votación del domingo. "Respetamos la decisión de los demás compañeros de la junta", opinó Vicens. "Deseamos que tengan éxito y acierto".
Laporta se mantendrá en el cargo con los vicepresidentes Jaume Ferrer y Alfons Godall, y los vocales Albert Perrín, Rafael Yuste, Joan Boix, Joan Franquesa, Jacint Borràs, Josep Cubells, Alfons Godall y Alfonso Castro. El presidente ya ha iniciado las conversaciones para cubrir las vacantes con personas vinculadas incluso al consejo que en su día presidió Joan Gaspart. Laporta ya solucionó la crisis provocada por la dimisión en 2005 del vicepresidente Sandro Rosell y también de su cuñado Alejandro Echevarría con personas de su máxima confianza, amigos de la infancia.
El presidente intenta ganar tiempo hasta la asamblea del próximo mes de septiembre para que el equipo pueda afrontar los próximos compromisos en una situación de estabilidad. La plantilla de Josep Guardiola se presentará el próximo lunes y durante el mes de agosto deberá afrontar una ronda previa de la Liga de Campeones. Rafael Yuste, responsable del fútbol base hasta el momento, ocupará el puesto de Marc Ingla, y una de sus prioridades será la de agilizar las negociaciones para contratar a un volante zurdo y un delantero centro, los dos puestos que quedan por cubrir después de los fichajes de Alves, Martín Cáceres, Pique, Keita y, probablemente, Hleb. A cambio, el Barcelona debe desprenderse todavía de Ronaldinho y Eto'o, declarados transferibles .Laporta pretende que el equpo recupere la senda de la victoria perdida en los dos últimos años y le permite acabar el mandato en 2010.
"Recuperaré el cariño del socio"
Fue una jornada larga y tensa para Joan Laporta, presidente del Barça, que ayer aceptó las dimisiones de ocho de sus directivos. A la una llegó al club, a las dos entró a la sala de la Llotja para la asamblea extraordinaria, y a las nueve reflexionó en público sobre la crisis institucional que azota al club. Junto a él, como escoltas, comparecieron los dos vicepresidentes que quedan en pie, Alfons Godall y Jaume Ferrer. "Hemos intentado mantener la cohesión de la junta, pero no ha sido posible por diferentes criterios sobre cómo actuar tras la moción", describió Laporta, que someterá su cargo a disposición de la junta general de compromisarios que se realizará a principios de septiembre. Su intención es otra. "Puedo recuperar el cariño del socio", deseó a modo de vaticinio.Para Laporta no hay otra vía que permanecer en el cargo. "Por coherencia hay que continuar", repuso; "por el momento tan crucial en que estamos, en pretemporada, hace falta recuperar la calma institucional y seguir con la planificación prevista". Pero, consciente de que su figura se ha puesto en entredicho de forma evidente —el 60,6% de los socios que votaron en la moción se situaron en contra de la junta—, pondrá su cargo a disposición del máximo órgano del club. "Se ha focalizado mucho todo en mi persona y, aunque se superó la moción de censura, se ha creado un ambiente convulso. No hay nadie con más facultades que la asamblea compromisaria para decidir qué debemos hacer", detalló.La directiva, entretanto, ya ha iniciado la reestructuración. "Con 10 miembros hay estabilidad", recordó Laporta. Así, se nombró a Josep Cubells como nuevo secretario de la junta y se determinó que Joan Boix se encargará del área económica y Rafael Yuste de la deportiva. Además, se creará la figura del director de fútbol. "Se requería un punto más de eficiencia para cuando existe un acuerdo de alta o baja porque intervenían muchas áreas", resolvió Laporta, que reiteró su voluntad de seguir en el cargo, por mucho que los dimisionarios pidiera también su destitución. "Por estabilidad, responsabilidad y coherencia, queremos continuar en el cargo", concluyó Laporta, que destituirá a Jordi Badía como jefe de comunicación.
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