El Mallorca diluye el 'efecto Stoitchkov'
El equipo balear golea a los gallegos, que no terminan de salir de su delicada situación
El 'efecto Stoitchkov' pierde fuerza como la gaseosa al poco de ser abierta, tras sumar el Celta su segunda derrota consecutiva, la enésima en Balaídos, al caer goleado por 0-3 ante el Mallorca por 0-3, en un encuentro en que los baleares dejaron encarrilado en poco más de veinte minutos, gracias, una vez más, a la endeblez defensiva de los gallegos. Sólo quince días después del subidón que supuso la victoria ante el Deportivo en el primer partido del búlgaro como entrenador del Celta, la ola de ilusión desbordante generada en el vestuario y la grada parece poco a poco morir en la orilla.
Manejado a su antojo y en muchas ocasiones incluso ninguneado, los de Vigo fueron títeres en manos de un Mallorca que llegaba a Vigo con los deberes prácticamente hechos, sin la obligación imperiosa de puntuar, pero que se encontró con demasiadas facilidades. Los de Gregorio Manzano dominaron el balón tocando con una facilidad pasmosa al primer toque, mareando al rival, y llegando con mucho peligro a la meta defendida por Pinto, mientras que los de Stoitchkov volvían a la pasividad de tiempos recientes, jugando poco sin balón y apenas buscando el desmarque en la parcela ofensiva. Como muestra, el primer remate celeste se produjo a los treinta y nueve minutos en un flojo disparo desde fuera del área de Nené, cuando para entonces el Mallorca ya había machacado la portería celeste en un buen número de oportunidades, dos de ellas premiadas con el gol.
La primera a los diez minutos de inicio, en un disparo con la zurda desde fuera del área de Arango, tras recibir un pase del argentino Ibagaza, sin que ninguno de los defensas celestes salieran a tapar al venezolano. Sin embargo y a diferencia de lo que hubiese ocurrido hace apenas unas semanas, el público reaccionó, no criticando, sino animando esperando una reacción de los jugadores que lejos de producirse se mostró cada vez más lejana, por no decir imposible de atisbar en la lejanía de los minutos. Ni siquiera la entrada en el minuto once de Bamogó, otro delantero, por el lesionado Núñez dio otro aire al equipo. La presencia del francés en el interior derecha no pudo ser más desacertada.
Así a los veintidós minutos llegó el segundo tanto en forma de pelotazo, otra vez desde la frontal del área y otra vez sin que ningún central saliese al paso en este caso de Varela, quien se encargó de bajar definitivamente de la nube a un equipo y una afición que vio en Stoitchkov la solución a todos los problemas. En su paso por el vestuario Stoitchkov decidió dar entrada a un segundo pivote en el equipo para redibujar el sistema a un 4-4-2 que le dio a Celta en los tres primeros minutos de la reanudación del partido mucho más de lo que había ofrecido el equipo en la primera mitad. Primero en un mano a mano de Bamogo, que se quedó sólo tras un error defensivo mallorquín, y que atajó Moyá en el 46, después, en el 48, fue Nené quien disparó, tras revolverse en el área chica, pero su remate fue despejado por el meta balear con el pie.
Maxi redondea la goleada
Poco más tarde Nené volvió a disponer de oportunidad en un remate de cabeza picado, y en el 74 el brasileño volvió a probar fortuna, pero no era la tarde del centrocampista, como tampoco lo era para Perera, encargado de suplir al lesionado Fernando Baiano, máximo goleador del cuadro vigués. Lo intentaba el Celta ante un Mallorca, que pese a no mostrarse como la apisonadora que pareció en la primera mitad, dispuso también de alguna que otra ocasión como un cabezazo ligeramente desviado de Navarro.
Pero visto que lo suyo era más mantener, Manzano optó por retirar a un hombre de ataque, Víctor, por meter a uno de medio campo, Basinas, con el que tratar de frenar el creciente empuje de los gallegos. Un susto protagonizado por Perera en el setenta y ocho al llevarse la mano a la rodilla, cambio de repente todo. En la reanudación del juego, el Mallorca sacó rápido, corrió, y Maxi, en su primera acción tras entrar en el césped por Ibagaza, se quedó sólo ante Pinto al que batió sin dificultad (0-3). El Mallorca pudo incluso lograr el cuarto tanto, pero el rumano Tamas sacó bajo la misma raya de gol un remate de Arango que ya se cantaba como gol.
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