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Crónica:COPA DEL REY
Crónica
Texto informativo con interpretación

Kanouté salva al Sevilla

El delantero marca dos tantos a un Cádiz encogido tras golear en la primera hora de partido

Las mismas noticias trae el cambio de año para el Cádiz. Los gaditanos han despilfarrado durante el primer tramo de la Liga demasiados kilómetros de esfuerzo y ocasiones clamorosas para acumular tanta decepción. Al menos en los partidos que ejercen como locales, porque fuera de casa, ya es otra historia. La novedad del partido de Copa ante el Sevilla fue la eficacia ante la puerta contraria aunque al final el premio no fue el que se esperaba tras la primera hora de partido.

No hubo estrenos tácticos ni revoluciones. No es Víctor Espárrago muy proclive a cambios bruscos. El mismo derroche, el mismo sacrificio en la presión que en tantas tardes de domingo, pero nada de ello es rentable si el equipo contrario no tiene que sacar el balón de la portería. La primera parte amarilla fue una melodía minimalista. Casi siempre el mismo acorde. Tan eficaz que no es necesario mucho más. En media hora logró dos goles y dejó al Sevilla contra las cuerdas. Pero la última media hora devolvió a los gaditanos a la realidad. Es incapaz de gestionar un marcador que se le pone a favor. Cuando el partido se vuelve loco, el Cádiz se echa temblar y es cuestión de tiempo que el rival se venga arriba. Son muchos años sin estar en la élite y pocos jugadores habituados a tanta exigencia. El Sevilla tiene poderío para resarcirse de tres cuartos de partido infames. Así fue. En 20 minutos volvió a colgarse el cartel de favorito en la eliminatoria y dejó con mal sabor de boca a los locales que vieron, por un instante, como el partido en el Sánchez Pizjuan iba a ser un paseo de 100 kilómetros hasta el vecino.

Espárrago concedió un partido desde el inicio a hombres no demasiado habituales. La confianza ciega en el once de Chapín, que logró el ascenso, ya no parece tal. El técnico, después de casi una vuelta de Liga ya sabe que se necesita algo más para lograr la permanencia. Fabián Estoyanoff ha calentado el banquillo en la mayor parte de los partidos hasta ahora en la temporada. Uruguayo, eléctrico y con picardía cuando recibe la pelota, tras el partido de ayer solicita a Espárrago algo más que interpretar un papel secundario en este proyecto de salvación. Su rival en la lucha por el carril izquierdo del Sevilla fue David. Un compañero de cuidado que va sobrado también de piernas. El primer regalo de Reyes para el zaguero sevillista fue carbón. Los tres goles brotaron de los pies de Estoyanoff. También tuvo el cuarto en una cabalgada que le plantó ante Notario, pero éste lo salvó.

Lo cierto es que los sevillanos saltaron al Ramón de Carranza sin respuesta al vendaval amarillo. Dragutinovic y Aitor Ocio eran dos catapultas que achicaban balones a la nada sin el más mínimo criterio. Los amarillos buscaron el balón con apetito voraz. No hay pelota que no haya que correr y rival al que no presionar. Así gana partidos el Cádiz. Maresca se confió en un balón afable en su línea de fondo. El sprint de Mirosavljevic tuvo el premio del saque de esquina. Más allá de los méritos de los gaditanos, la actitud de los sevillistas en buena parte del encuentro no fue ni mucho menos modélica. El tercer gol fue la puntilla para una defensa que tuvo una noche complicada. Un centro inofensivo de Sesma se le complicó de tal manera a Dragutinovic que metió el balón en la portería.

Con la eliminatoria en la papelera, cambió la cara de los hombres de Juande Ramos. Los sevillanos adelantaron muchos metros sus líneas y achucharon a los amarillos que ya dejaban en un contraataque la única posibilidad de hacer más pupa. Jesuli y Kepa saltaron al campo para formar un cuarteto atacante con Kanouté y Luis Fabiano. Con el Cádiz replegado fue mucho más fácil para Martí y Maresca edificar, al fin, algo de juego con sentido. Pasada una hora de partido, el Sevilla metió el miedo en el cuerpo a los locales. La renta era holgada pero el sistema copero convertía el 3-1 en una piedra mucho más liviana que el 3-0. Kanouté en una buena combinación de banda a banda otorgó esperanzas para el Sevilla en la vuelta del próximo miércoles. Pero el daño para la moral amarilla fue todavía peor con otro remate inapelable del delantero africano.

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