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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valencia recupera su estilo

Quique Flores encuentra el equipo que buscaba y pasa por encima de un Mallorca que se desinfló

Ya se sabe: el estilo es lo más difícil de encontrar en la vida. Lo estuvo buscando Quique desde que ocupó, en agosto pasado, el banquillo de Mestalla. Pidió tiempo para perfilarlo. Pidió una tregua del público, siempre exigente, para que su equipo fuera reconocible. Pidió, en fin, paciencia para que el Valencia volviera a estar entre los grandes después de una temporada calamitosa. Pues bien, llegado el parón invernal, Quique ha hallado lo que buscaba, si no algo muy parecido. Un equipo sobrio, seguro de sí mismo y dominador. Con las gotas de calidad de Baraja, Aimar y Vicente. Y la voracidad de Villa, un fichaje de 12 millones que ha supuesto un salto enorme en la capacidad goleadora del equipo. Esa es la principal diferencia respecto a aquel Valencia bicampeón de Liga con Benítez. El resto se parece mucho. Ayer, maduró el partido como solía, como esa máquina trituradora que va minando al rival con una presión sofocante. Continua. Hasta que el contrario cede. Que fue en el arranque del segundo tiempo. En el primero, el Mallorca se defendió dignamente, con el orden y la acumulación de hombres que caracteriza a Cúper. Pero cuando Albelda, goleador inesperado, abrió la veda, el cuadro mallorquín se entregó ante la apisonadora valencianista. Aimar, Vicente y Villa destaparon un fútbol vertiginoso que dejó el choque resuelto en media hora. Tanto, que mucho público abandonó el campo satisfecho antes de ver cómo entraba Regueiro, fichado para descansar a Vicente, pero marginado hasta la fecha por Quique a los minutos de la basura. No ha sido necesario para recuperar la identidad de Mestalla.

Por fin al abrigo de su público después de tres victorias consecutivas a domicilio, el Valencia jugó como tenía previsto su entrenador. Impermeable atrás, bajo el paraguas de un Marchena impecable, el cuadro de Quique presionó sobre el cogote del adversario. Y atacó según marcan los cánones. Abriendo el juego a ambos lados, aprovechando los lanzamientos de Baraja y la habilidad de Aimar. Sin prisas pero con determinación. La manera de abatir a cualquier rival de medio pelo como se presumía el Mallorca. No fue el caso. Al menos en el primer tiempo.

En ese periodo, Aimar dio la sensación de estar un tanto desaprovechado. Así lo manifestaba el propio media punta argentino, a tenor de sus gestos pidiendo un balón que no llegaba. Irritado porque no veían sus desmarques. Se ve fuerte físicamente Aimar, capaz de cabalgar a toda velocidad 50 metros sin despeinarse, y de ahí que exija más balón. Es decir, lo que sucedió en el arranque del segundo tiempo. Vicente trazó una pared con Aimar, centró atrás y Albelda, desde la corona del área, empaló de primeras a gol. No es ni mucho menos un goleador Albelda, que suma dos tantos en esta primera parte de la Liga, confirmando su excelente estado de forma. El Valencia jugó a sus anchas hasta el final. Abrió mucho el campo y esta vez los centros sí fueron bien aprovechados. Uno templado desde la derecha de Angulo lo empalmó a media altura Vicente, en una acción técnica exquisita, desvió Prats el chutazo, pero Villa, siempre atento, se elevó en una chilena en escorzo que levantó al público de Mestalla. Y confirmó que su equipo ha reencontrado un estilo.

El jugador del Valencia, David Albelda, celebra uno de los goles.
El jugador del Valencia, David Albelda, celebra uno de los goles.REUTERS

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