Anoeta se rinde al Lyon

La Real presumía de llevar 29 años invicta como local en Europa, pero en esta complicada temporada también ha perdido eso. Las penurias de la Liga se olvidaban cuando aparecía la Champions en el horizonte, pero con esta derrota su futuro continental es más que oscuro. El Lyon ha demostrado ser mejor equipo y ha superado claramente a la Real, aunque el marcador no refleje la diferencia que ha habido entre los dos conjuntos.

La Real ha vuelto a la Champions con las mismas dudas que le atormentan en la Liga y sin la confianza que demostró en la anterior ronda europea. Las dudas defensivas, la falta de lucidez de los hombres que deben mover el equipo y el habitual desacierto esta temporada de Kovacevic y Nihat han conformado un panorama poco alentador para el conjunto vasco. Y si encima enfrente hay un equipo que sabe a lo que juega, el dolor de cabeza de Raynald Denoueix no tiene visos de desaparecer. Los franceses, con todas sus limitaciones, han dominado sin mayores problemas y han sacado partido del oficio y la experiencia que le falta a la Real en este tipo de eventos.

El Lyon ha jugado como un equipo, cosa que no ha hecho la Real, que se ha movido a impulsos. El conjunto francés tiene una aseada defensa, nada del otro mundo pero que apenas ha sufrido, dos trabajadores en el centro, Essien y Diarra, que permiten que piense Juninho, el hombre con más clase del Lyon, dos extremos rápidos y hábiles, Malouda y Govou, y un inquieto delantero, Luyindula, que es la nueva esperanza del fútbol galo. Con todo ello conforman un bloque que se mueve con soltura cuando tiene el balón en su poder, que es lo que ha sucedido en Anoeta. Y si además se encuentra con la fortuna de su lado, como en el gol, marcado en propia puerta por Schurrer, no es extraño que se haya ido a los vestuarios con ventaja.

Los defectos de la Real se acentuaron tras el descanso y ni el carácter de Karpin, el mejor jugador de los locales, pudo sacar al equipo del hoyo en el que se había metido. Fue una lucha desigual del estonio contra el Lyon, que se relajó en exceso y casi paga esa desisia. Pero la suerte estaba de su lado y apareció cuando le hizo falta, como en un magnífico disparo de Karpin desde 30 metros que se estrello en el larguero de la portería de Coupet.

Esa fue la única ocasión clara de gol de la Real, que recurrió al corazón y se olvidó de las ideas. Xabi Alonso no apareció y los cambios de Denoueix no surtieron efecto. Volvió a jugar Lee Chun Soo, pero como si nada. Lo más atrevido que ha hecho el coreano desde que llegó a San Sebastián ha sido teñirse el pelo, pero futbolísticamente apenas ha aportado nada.

Y al final pudo ser todavía peor para la Real, ya que el Lyon disfrutó de varias oportunidades claras y en los instantes finales Malouda estrelló un balón en el poste.