“Messi, el mejor jugador del mundo, es el que menos falla, no el que no falla”
Retirado de los terrenos de juego, David Villa, leyenda de la selección española y uno de los futbolistas más laureados de Europa, prepara deportiva y emocionalmente a jóvenes que quieren dar el salto al profesionalismo
David Villa
Exfutbolista
David Villa (Tuilla, Asturias, 42 años), el máximo goleador de la selección española de fútbol con 59 tantos, no concibe la vida sin este deporte. No solo porque de pequeño se recuerda con un balón en los pies a todas horas, sino sobre todo porque durante dos décadas de su vida ejerció de jugador profesional, militó y ganó títulos (varias ligas y una Copa de Europa, entre otros) en clubes de cuatro países (España, Australia, EE UU y Japón) y alzó la copa de campeones del mundo en 2010 en Sudáfrica, “el antes y el después de nuestra historia”, define. Hoy, retirado de los terrenos de juego desde hace cuatro años, transmite lo que sabe del fútbol y sus aristas a los chavales que ingresan en DV7 Academy, su red internacional de academias de enseñanza. “Me voy a morir viviendo el fútbol porque es una forma de vida para mí y para mi familia”, asegura en el vídeo que encabeza este artículo de Talento a bordo, el proyecto impulsado por Iberia para visibilizar e impulsar el talento español.
El Guaje (como se le conocía durante su etapa profesional) creció en Tuilla, un pueblo de la cuenca minera asturiana, donde vivió 21 años con sus padres: “No hubiera sido quien soy, ni como persona ni como futbolista, sin mis orígenes. Mi padre trabajó durante muchos años en la minería y se retiró cuando yo tenía 11 años”. Su triunfo, afirma, siempre será suyo y de su entorno, tanto el familiar como el deportivo. Ahora trata de ser ese escudo protector y sabio para los jóvenes que se forman en sus academias: “Quizás no cuando jugaba, pero sí ahora, soy consciente de que mucha gente me ha ayudado. Nosotros intentamos ser esa parte exterior con los chavales: ayudarles, ser esa ayuda que yo tuve”, explica.
Villa destaca la importancia de aprender a gestionar las emociones que propicia la alta competición: saber perder, no impacientarse, disfrutar del camino… “Hacer entender a estos chicos y chicas que el fútbol es un deporte de errores. Nadie es perfecto. El mejor jugador del mundo, que para mí es Leo Messi, es el que menos falla, no es el que no falla”, argumenta.
El asturiano, que también ejerce de comentarista deportivo, da un dato: solo el 1% de los futbolistas en formación llega a la élite. Entiende que el talento es necesario como base: “Tienes que haber nacido con un 20% de talento. El 80% restante se crea. Quien no tenga claro eso no va a conseguir ser profesional. Son mucho más importantes las ganas, el trabajo y la pasión que le pongas que el talento con el que naces”, concluye.