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‘The Book’: el libro que explica cómo reconstruir la civilización tras el apocalipsis

De hacer fuego y encontrar plantas comestibles a cocinar sushi o montar festivales, todo se encuentra en el manual ilustrado del colectivo Hungry Minds. Recaudó 2,3 millones de dólares en un micromecenazgo y ha vendido más de 300.000 ejemplares

El menú de apocalipsis disponible es hoy muy nutrido: amenaza nuclear, emergencia climática, tecnología desbocada, crisis democrática, auge del totalitarismo, y un largo etcétera. El imaginario dominante es distópico y resulta difícil dibujar un futuro apacible. Aunque hay gente que lo hace… al menos después del colapso de la civilización tal y como la conocemos.

The Book significa El libro en inglés (también la Biblia significa el libro), un título que da entender que puede llegar el momento en el que este sea el único libro que importe. Se le intuye este punto de partida: mejor que evitar el fin, a pensar en cómo reiniciarlo todo después de ese fin.

Obra del colectivo artístico internacional Hungry Minds, The Book ha sido publicado en España por Duomo, que ya se había enfrentado a ediciones muy exigentes, en cuanto a su materialidad, como S. El barco de Teseo, de Doug Dorst y J. J. Abrams, o Casa de hojas de Mark Z. Danielewski. El libro explica, en gran formato y con coloridas ilustraciones (a veces, no siempre, de estilo steampunk), cómo poner en marcha a la humanidad de nuevo. Es un buen tocho (mide 24 x 35 centímetros aproximadamente, pesa más de dos kilos, tiene 410 páginas y más de 700 ilustraciones), pero un tocho hermoso.

De momento es un vistoso regalo para Navidad y un precioso objeto (cuesta 120 euros) para poner en la mesa del salón (o, mejor, en la estantería del búnker antinuclear), aunque puede llegar el momento en el que sea un artefacto crucial para la supervivencia de la especie. Su financiación es notoria: en 2020 sus artífices pidieron unos 200 o 300.000 dólares en un micromecenazo de la plataforma Kickstarter… y recaudaron 2,3 millones de más de 21.000 mecenas implicados: parece que había mucha gente preocupada por reconstruir el mundo, sobre todo en tiempos de pandemia. Ahora han vendido más de 300.000 ejemplares en todo el mundo.

En The Book, de espíritu claramente ilustrado (de la Ilustración con mayúsculas, además de la ilustración con minúsculas), se explican desde cosas tan sencillas como diferenciar plantas comestibles, obtener agua, hacer fuego o construir un refugio (los albores de la nueva civilización), hasta practicar la psicoterapia o desarrollar técnicas de animación (expresiones culturales más sofisticadas), pasando por conocimientos básicos de mecánica (la bicicleta, por ejemplo) o de anatomía humana: la nueva civilización ha de saber dónde está la tibia y el peroné. En estos aspectos recuerda a esos videojuegos tipo Civilization en los que el jugador tiene que ir superando diferentes logros desde un estado de naturaleza hobbesiano. Algunas inclusiones llaman la atención como la cítara, el sushi o los festivales culturales: en el nuevo futuro la gente tendrá que divertirse (esperamos que a precios más asequibles).

Pero el punto de vista es más bien artístico, casi poético, y divulgativo… Como se indica en una advertencia preliminar, la información no es completamente precisa ni exhaustiva: sería arriesgado usarlo como un manual preparacionista. Los temas se eligieron, tras largos debates y votaciones, componiendo una larga lista con miles de elementos, de los que hubo que destilar unos 200. Hay material para hacer una segunda parte, y quizás ocurra.

¿Es este libro pesimista, porque se toma en serio un posible fin del mundo, u optimista, porque imagina un nuevo renacer? “Intentamos no juzgar el mundo que nos rodea. El mundo está lleno de cosas extraordinarias y terribles a la vez. Pero lo miramos con una especie de asombro infantil, donde todo puede sorprender e inspirar”, explica Seva Batishchev, cofundador de Hungry Minds, grupo creado en 2021, que incluye a ilustradores, artistas, científicos, arquitectos, médicos y creadores (hasta 25 personas) de diferentes partes del planeta (Batishchev, misterioso, dice por correo electrónico encontrarse “en algún lugar de Europa”). Entre otras de sus creaciones está el puzle de mil piezas Octopolis, que mezcla steampunk, biopunk y fantasía psicodélica, o el libro The Last Book (en la línea de The Book), algo así como un resumen de los hitos humanos escritos por el último terrícola.

El cofundador no siente demasiada ansiedad por el futuro, incluso desea saber lo que nos espera. “Solo intentamos no contribuir a nada que pueda llevarnos de vuelta a una nueva edad oscura. Lo que realmente queremos es encender la curiosidad en las personas, porque las mentes curiosas hacen el mundo más bello”, añade. Más que una reflexión sobre el estado actual de la humanidad, lo juzga una reflexión sobre el ingenio humano. Y un libro con muchas capas: “Cada vez que lo leo sigo descubriendo cosas en él: está lleno de simbolismo, guiños ocultos, referencias a la cultura pop e incluso referencias personales que solo el propio artista reconocería”, insiste.

El libro se inspira en obras como los cuadernos de Leonardo da Vinci o, como objeto artístico, el Codex Seraphinianus, una enciclopedia ilustrada de un mundo imaginario creada por el artista, arquitecto y diseñador industrial italiano Luigi Serafini entre 1976 y 1978, y que imita un compendio renacentista de una forma paródica y extraña. “Nuestro libro quizá no está tan salvajemente desligado de la realidad, aunque Codex provoca esa sensación increíble de enfrentarte a algo inexplicable y, aun así, irresistiblemente fascinante”, dice Batischev.

Otra obra que ha sido citada en relación con The Book es el Manuscrito Voynich: otro compendio, esta vez de orígenes misteriosos, datado en el siglo XV, de autor anónimo e idioma incomprensible e indescifrable (¡hay quien dice que es de origen extraterrestre!). El artista también cita como inspiración personal la novela El manantial, de la pensadora Ayn Rand (gran inspiración, por cierto, para las corrientes ultraliberales y anarcocapitalistas). La clasificación conceptual bebe de la Summa Technologiae del escritor de ciencia ficción polaco Stanisław Lem que, desde el contexto de los años sesenta, reflexionaba sobre asuntos como la exploración espacial, la inteligencia artificial (intelektronika) o realidad virtual (famtomología).

La ilustración es colorida, llena de imaginación y, como se dijo, en ocasiones roza lo steampunk. “Considero que un ilustrador es ante todo un artesano profesional, más que un artista en el sentido elevado de la palabra, así que el estilo de las ilustraciones de un libro concreto debe elegirse de acuerdo con el espíritu de ese libro”, apunta Lev Kaplan, ilustrador principal de The Book. Por eso en la obra a veces aparecen grabados coloreados al estilo del XIX o estilo general, dependen de las necesidades, también el steampunk cuando salen máquinas de vapor o submarinos.

¿Qué se aprende sobre el desarrollo de la civilización realizando un libro tan ambicioso y exótico como este? “Creo, en resumidas cuentas, que uno de los aprendizajes fue notar que la civilización avanza gracias a personas realmente intrépidas, a veces directamente locas. Esa sensación de que no hay idea imposible. Con suficiente imaginación y voluntad, puedes mover montañas”, concluye Batischev.

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