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‘Proyectar un planeta negro’: el Macba cumple 30 años reivindicando el panafricanismo

Comisiariada por Elvira Dyangani Ose, la muestra explora la influencia del movimiento político, filosófico y estético en los últimos 100 años

En kuimbundu, una lengua bantú, la palabra kilombo significa “campamento de guerra”. En Brasil, su traducción, quilombo, designa un territorio rebelde autónomo fundado por personas esclavizadas que lograron escapar de su condición —se calcula que Portugal forzó a 5,8 millones de africanos a trasladarse a Brasil contra su voluntad—. El dramaturgo y académico brasileño Abdías do Nascimiento definió al “quilombismo” como una cosmovisión que “integra una práctica de liberación y asume el control de la propia historia”. Este miércoles, en la sala del Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba) dedicada a esta lucha por autosuficiencia en un mar de opresión, su directora, Elvira Dyangani Ose, ha reivindicado “la belleza y optimismo” de una hermosa pintura acrílica titulada Los guapos, de la pintora nigeriana establecida en Los Ángeles, Njideka Akunyili Crosby. Ese cuadro en el que se muestra a un niño nigeriano sonriente forma parte de una serie que Akunyili Crosby pintó en sus viajes a Nigeria para reencontrarse con su familia. La obra se inspira en la novela de 1968 del escritor ghanés Ayi Kwei Armah, Los guapos aún no han nacido, donde veía en las nuevas generaciones la posibilidad de romper con la pérdida del idealismo de una generación que dejó de anhelar una África mejor tras la independencia. Mirando a ese crío iluminado por una sonrisa, Akunyili Crosby vislumbra la esperanza en un nuevo mundo posible.

Los guapos es una de las más de 500 obras expuestas en Proyectar un planeta negro. El arte y la cultura de Panáfrica. La muestra, que se abre al público este jueves hasta el próximo 6 de abril en el Macba y es la que inaugura el año del treinta aniversario del museo, ha sido la exposición más esperada desde que Elvira Dyangani Ose asumió la gestión del museo de arte contemporáneo en julio de 2021. Este es su esperado buen quilombo, el culmen del proceso decolonial que inició para integrar dentro y fuera del emblemático edificio del Raval los debates culturales y políticos que nos interpelan. “Esta no es solo una exposición magnífica y contemporánea, también es una apuesta por una estética polifónica y global”, ha defendido la directora del Macba al presentar una ambiciosa muestra con espíritu internacional. La exposición busca romper con la visión reduccionista y uniforme que se había dado del panafricanismo, el movimiento político, cultural, social e ideológico que nació tras el saqueo colonial y que buscaba formar una nueva conciencia para alcanzar derechos sociales y transformar el planeta. Esa visión del “nuevo mundo” es la que vertebra toda la muestra, aunque Dyangani Ose aclaró que no busca ofrecer una historia completa e inamovible. “La idea es desarrollar episodios y movimientos para que sigan explorándose en el futuro”, ha dicho la directora del Macba, apelando a ese espíritu colaborativo del panafricanismo, uno que trascienda de la obra a los debates sociales que puedan darse en el futuro.

Comisariada por la propia Dyangani Ose junto a Antawan I. Byrd, Adom Getachew y Matthew S. Witkovsky, presentes este miércoles en el museo, Proyectar un planeta negro reúne a un centenar de artistas e intelectuales de África, Europa, América del Norte y América del Sur durante un siglo, desde 1920 hasta la actualidad, cuando se inició el debate sobre el panafricanismo. La muestra es la primera que explora con amplitud de miras y un extenso archivo documental un movimiento utópico que ha explorado múltiples estéticas y debates políticos. Tras pasar por el Art Institute de Chicago, la exposición viajará después del Macba al Barbican Centre de Londres y también ha contado con el apoyo del Kanal Kanal Centre Pompidou de Bruselas.

La de Barcelona está estructurada en nueve ámbitos que cuestionan, entre otros, las convenciones del tiempo, el ideal de progreso, la soberanía nacional occidental, la invención occidental de África (como si hubiese sido un desierto o inhóspita antes de la llegada del hombre blanco), la idea de negritud, la agitación social o la reverencia a los ancestros. Además del quilombismo, también explora otros movimientos como el filosófico y poético de la Négritude, que reivindicaba la libertad desde el punto de vista africano, o el garveyismo de Marcus Garvey, que llamaba a la solidaridad racial mundial de las personas afrodescendientes.

Un valor añadido de esta alianza cultural internacional, un proyecto que iniciaron los comisarios con distintos diálogos antes de la pandemia, es que nunca viajará de la misma forma. Solo 300 obras serán las que se muevan entre países. El objetivo es que los debates que plantea cada exposición salgan del corsé del museo, permeando con el territorio y aportando en cada muestra distintas obras y material de archivo que aborden las problemáticas y debates sociales de cada enclave. En esa línea, para el público barcelonés cobra especial relevancia la virgen negra expuesta en All’s my life I has to fight (Toda mi vida he tenido que luchar), la escultura de 2019 de Theaster Gates que el público no podrá evitar conectar con la Mare de Déu de Montserrat, la Moreneta. La escultura, metida en una jaula protectora, recupera desde el imaginario popular de la película El color púrpura la frase que decía Oprah Winfrey en la adaptación cinematográfica de la novela de Alice Walker, recientemente reivindicada por Kendrick Lamar en las notas de Alright. La obra preside una de las salas en la que se explora qué es la negritud y en la que la black madonna pide ser protegida frente a los elevados índices de encarcelamiento de la población negra. En ese celda-altar, las rejas están sacadas de una escuela del sur de Chicago y el suelo es el mismo de un editor de las revistas Ebony y Jet, cuyos ejemplares también se exhiben en una muestra en la que no hay distancia en lo que se considera alta y baja cultura.

Para Barcelona también destaca la exhibición de la Orogenia Panafricana, un trabajo de investigación y documentación de Tania Safura Adam que navega entre archivos del pensamiento, cultura popular y las políticas panafricanas del s. XX en la historia de Cataluña y España. La documentación revela la presencia de activistas negros en la Barcelona obrera del siglo pasado y de combatientes en la Guerra Civil en el bando republicano. Ahí se puede conocer desde la historia de Salaria Kea, la brigada internacional negra que salvó vidas en la Guerra Civil y que dejó Harlem para embarcarse hasta Portbou y ofrecer asistencia sanitaria en el Batallón Lincoln por España o leer parte del periodismo literario del poeta Langston Hughes mientras cubría la Guerra Civil. “Con esta muestra, el Macba se posiciona como una figura de pensamiento más allá del proyecto artístico para llamar a la cohesión social, rompiendo con los discursos de extrema derecha y de racismo que nos enfrentan”, ha enfatizado Dyangani Ose.

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