‘Un silencio’: tenebrosa película sobre la tela de araña de la pedofilia y la pederastia

Inspirada en el caso real del letrado belga Victor Hissel, que defendió a las familias de dos niñas violadas y asesinadas, la película es áspera, elegante y sutil

Daniel Auteuil, en una imagen de 'Un silencio'.

Hay películas que entran a degüello, que agarran al espectador desde el primer minuto con acciones e información directa sobre los personajes y su entorno, y en las que todo cristo está dentro al minuto. Y hay películas de sedimentación lenta, en las que cada uno de los diálogos de su trecho inicial parece casi un jeroglífico, en las que hasta bien entrado su metraje las piezas no encajan. Un silencio, undécima película del siempre interesante director belga Joachim Lafosse, la inmensa ...

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Hay películas que entran a degüello, que agarran al espectador desde el primer minuto con acciones e información directa sobre los personajes y su entorno, y en las que todo cristo está dentro al minuto. Y hay películas de sedimentación lenta, en las que cada uno de los diálogos de su trecho inicial parece casi un jeroglífico, en las que hasta bien entrado su metraje las piezas no encajan. Un silencio, undécima película del siempre interesante director belga Joachim Lafosse, la inmensa mayoría estrenadas también en España, pertenece al segundo grupo.

Ese carácter críptico viene dado no tanto por la estructura como por la confección de las conversaciones entre los personajes, a las que se poda de los matices informativos que sirven a la platea para centrarse en quién es quién, por qué están allí y cómo están relacionados entre ellos. En los años noventa, el canadiense Atom Egoyan hizo de la sistemática un arte, sobre todo en El dulce porvenir (1997), en la que lo esencial era el clima de enorme toxicidad y vileza en torno a sus criaturas —exactamente igual que en Un silencio—, pero en la que hasta casi la mitad de la historia ni siquiera se sabía bien lo que estaba pasando ni de qué iba realmente la película. En esta de Lafosse la información esencial para que la cabeza haga finalmente el necesario clic llega en el minuto 40. Y es entonces cuando todo no solo encaja, sino que explota: cada uno de los diálogos anteriores, cada acción, relación y sombra adquiere una luz extraordinaria, nítida y perfecta. Se está exigiendo al espectador, pero si este es paciente, cuando además tiene el aliciente de la turbiedad atmosférica creada por el director, queda saciado con creces.

Perversa sin una sola explicitud, y sin necesidad de destripar demasiado, Un silencio habla de la procelosa tela de araña que envuelve a la pedofilia y a la pederastia, en torno a la familia de un abogado especializado en este tipo de delitos. ¿Hasta dónde llega? ¿A quién arrastra? ¿Quién es corresponsable? Inspirada en el caso real del letrado belga Victor Hissel, que defendió a las familias de dos niñas violadas y asesinadas por el trágicamente famoso pederasta Marc Dutroux, la película es áspera y elegante, sutil y tenebrosa. Laffose, que siempre dota a sus obras de una violencia soterrada y una complejidad moral casi insoportables, te coloca una vez más frente al abismo. Como en las excelentes Propiedad privada (2006), Perder la razón (2012), Después de nosotros (2016) y Un amor intranquilo (2021).

Y en ese abismo habita la mujer del lobo feroz, a cuyo silencio alude el título, pues es conocedora de todo. Una figura que en estos días no hace sino recordarnos a otro caso real, el de la escritora Alice Munro, y a la que Lafosse dibuja con una enorme ambigüedad en el trato con su hijo, que cada espectador deberá dilucidar. Porque de eso va también la película: de modos de amar en el entorno familiar. Y la secuencia del baile está hecha, y milimetrada, para eso: para que unos vean a una madre y a un hijo bailando, y otros vislumbremos algo rijoso y terrible, y miremos ese momento con incomodidad, cara de pasmo y, como mínimo, vergüenza ajena.

Coda: Laffose fue acusado recientemente por más de una decena de colaboradoras de generar un “sistema de control” detrás de las cámaras y crear un “entorno tóxico y desestabilizador” en sus rodajes. Las denuncias, que no iban acompañadas de demandas judiciales, salieron publicadas el pasado mes de junio en un artículo del periódico francés Libération, en el que se añadía que estas conductas podrían ser constitutivas de “acoso moral o sexual”. Este hecho no hace a la película Un silencio mejor o peor en sí misma, pero se incluye como complemento en esta crítica. Como una muestra más del enfermizo clima en el que parece haberse movido el país (y su cine) durante demasiados años en torno al sexo, y convertido ahora casi en una razón de Estado, que es justo de lo que habla la película.

Un silencio

Dirección: Joachim Lafosse.

Intérpretes: Emmanuelle Devos, Daniel Auteuil, Matthieu Galoux, Louise Chevillotte. 

Género: drama. Bélgica, 2023.

Duración: 99 minutos.

Estreno: 6 de septiembre.



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